El Mercedes GLK nacía allá por 2008 como la respuesta de Stuttgart ante la presión de sus rivales y competidores, y por supuesto la demanda de la clientela, de vehículos todocamino de lujo y dimensiones compactas. No hay duda de que el GLK ha encontrado en el mercado norteamericano uno de sus particulares feudos. Precisamente será en Nueva York donde se destapará un oportuno lavado de cara que revisará muy ligeramente su estética, que de siempre fue conservadora, y hará efectiva la actualización de la gama de motores (que ya se estrenaron en Europa) en Estados Unidos.
Las defensas del Mercedes GLK han recibido un nuevo diseño más agresivo, que afecta ligeramente a la parrilla y a la posición de la fila de LED que ejerce la función de la iluminación diurna donde habitualmente se encuentran los faros antiniebla. En definitiva no parece que Mercedes-Benz haya asumido excesivos riesgos en este sentido puesto que los cambios son bastante discretos hasta el punto de poder pasar desapercibidos con facilidad.
Más allá de lo estético, Mercedes-Benz también creyó que era oportuno actualizar el GLK350 en Estados Unidos con la puesta a punto del V6 de 3.5 litros más potente y prestacional que ya conocíamos en Europa, con 306 CV de potencia. Así como introducir un eficiente y económico diésel con su motor twin-turbo de cuatro cilindros y 2.1 litros disponible con 190 CV para el GLK 250 CDI 4MATIC Bluetec.
Mientras seguimos a la espera de las novedades que recibirá el nuevo GLK en Europa, cabe mencionar que no se esperan cambios de importancia en la lista de precios. Por lo que en España seguiría comercializándose desde los 37.450€ del GLK 200 CDI BlueEfficiency.
Fuente: Mercedes-Benz | Motor Trend
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