En la primera parte de nuestra prueba ya os asegurábamos una verdad absoluta: el Renault Twizy nunca podrá ser el verdadero sustituto de un pequeño city car ni tampoco de un scooter. Aún así no hace falta demasiado esfuerzo para encontrar las posibles aplicaciones prácticas que se pueden extraer de un vehículo tan peculiar.
El Renault Twizy es lo suficientemente curioso como para que nos detengamos en esta segunda parte de la prueba a detallar como funcionan sus exóticas puertas, si pasaremos frío y calor a bordo, la posición del conductor y su acompañante, así como el espacio del habitáculo y en general detalles que lo diferencian de cualquier otro vehículo que hayamos probado hasta el momento.
Accede al Renault Twizy mediante “Alas de gaviota”
Si hay algo que diferencia a este Renault Twizy es su peculiar sistema de puertas. Renault lo denomina alas de gaviota, aunque nosotros reservamos ese término acuñado por Mercedes-Benz para las puertas de su clásico 300 SL amén de su nuevo SLS AMG, y preferimos decir que son estilo Lamborghini. El sistema se basa en una puerta sencilla, sin ventana, que pivota sobre un eje en el perfil delantero del marco.
Les diré que para mí es un extra imprescindible, lo que los anglosajones vienen llamando un must have. La mala noticia es que cuestan 504€, un precio que se nos antoja un tanto caro por una puerta de lo más sencilla y sin demasiadas pretensiones de calidad, es básicamente una lámina de plástico. De hecho Renault reconoce que no mejora ni siquiera mínimamente la seguridad, en tanto no tiene refuerzo alguno. Hilando fino sí que podríamos considerar que nos puede salvar, por ejemplo, de recibir una piedra proyectada de un camión en carretera. No es fácil que suceda algo así, pero tampoco imposible.
Sobre todo recomendamos instalar las puertas por la defensa adicional que ofrecen ante el viento y la lluvia. La carencia de ventanas no evitará que entre agua en el habitáculo ni la sensación de frío provocada por el viento, pero sí ayudará muchísimo a reducirlo y especialmente lo agradecerá nuestro copiloto, de paquete en la plaza posterior. Y aunque sea por efecto placebo nos sentiremos más protegidos, así como nos desquitaremos del temor a que nuestras pertenencias a bordo salgan volando en alguna curva. El diseño de estas puertas además es muy cómodo cuando aparcamos en cualquier plaza demasiado estrecha, pues apenas sobresale del habitáculo.
Un dato más, de las reservas que ya está atendiendo la factoría de Renault en Valladolid entre un 15 y un 20% de los Renault Twizy se han encargado sin puertas.
Pese a todo en el Renault Twizy seguiremos expuestos al calor, pero sobre todo al frío
Es un defecto que este Renault Twizy no esté cubierto completamente y carezca de ventanillas, eso es indudable. Reconoceremos que el viento puede molestar, aunque en carretera y a la velocidad máxima que alcanza de 80 km/h no es en exceso molesto. La lluvia por su parte difícilmente nos alcanzará, y salvo diluvio nos empapará, pero el agua sí que entra ensuciando los reposapiés y molestando en mayor medida al pasajero de la plaza posterior.
Existen varias razones por las cuales no cuenta ni contará con ventanas. Incluir ventanas hubiera aumentado el peso de las puertas y dificultado su diseño, así como habría hecho que el habitáculo fuera más angosto y claustrofóbico. Además en un entorno tan reducido las lunas se empañarían continuamente. Concretamente hablando de esto, incluso abierto, la luna delantera tiene cierta tendencia a empañarse por lo que Renault ha introducido un sistema de luna térmica (opcional con Pack Confort para el Twizy 45 por 127.12€, para el Twizy 80 es de serie).
El no incluir climatizador, calefacción, asientos o volante calefactado se debe al mero hecho de que la autonomía de este eléctrico se vería mermada considerablemente. El atuendo que deberíamos llevar a bordo es el mismo que necesitaremos en la calle, dependiendo de la temperatura que haga, para no pasar frío. Es decir, en invierno no nos podemos olvidar del abrigo, pero tampoco es necesario protecciones adicionales que sí llevaríamos en una motocicleta. Unos guantes son bastante recomendables. Como extra Renault también ofrecerá una manta a medida para cubrir las piernas. Desconocemos precio, pero es otro extra muy a tener en cuenta, especialmente si no contamos con puertas.
Un habitáculo sorprendentemente cómodo, espacioso y práctico
Si por algo sorprende el Renault Twizy es por la facilidad con que se accede a su habitáculo. Las puertas en ala de gaviota, en caso de contar con ellas, dejan un espacio muy amplio para acomodarse en una butaca con respaldo y reposacabezas integrado y fijo que puede regularse en longitud respecto al volante. La regulación manual en longitud del asiento no sólo sirve para encontrar la posición idónea al volante, sino también para facilitar el acceso del pasajero que llevemos de “paquete” detrás.
Esta plaza del acompañante es algo más estrecha y dado el diseño en tándem del Twizy requerirá que nuestro acompañante viaje con las piernas abiertas y estiradas (como de “paquete” en una scooter) pero mucho más cómodo, pues va recostado hacia atrás. El mullido de los asientos es bueno, teniendo en cuenta que están pensados para estar expuestos a las inclemencias del tiempo, además están convenientemente perforados para que no se forme un charco en su superficie si se mojan.
La posición del conductor es óptima, en tanto va ligeramente elevado para dominar la carretera. Y la visibilidad es bastante buena dado el tamaño de la luneta delantera y la única presencia en los laterales de los estrechos pilares que conforman la estructura del techo. Incluso sin un asiento regulable en altura y contando con un volante de posición fija, no es complicado lograr una posición que sin llegar a la comodidad de un turismo es infinitamente más práctica que la de cualquier ciclomotor, motocicleta o cuadriciclo. Probablemente esto pueda ser una buena razón para aquel conductor de ciclomotores que por una falta de condición física (por edad, enfermedad…) necesita algo más cómodo.
Lo que sinceramente sorprende es la amplitud con que contamos conduciendo el Renault Twizy, con bastante espacio a los lados y sin sensación de agobio alguna. Todos los controles los tenemos a mano, de hecho apenas existen controles en el cuadro de mandos y el salpicadero, más allá de los imprescindibles para iluminación, pilotos de posición, selector de marcha (Directa, punto muerto y marcha atrás), bocina y luneta térmica.
Una función muy curiosa del Renault Twizy es un selector que permite ir emitiendo un bip sonoro que sin llegar a ser tan molesto como la bocina, si es lo suficientemente audible como para advertir a los peatones de nuestra presencia. Si circulamos por zonas céntricas y calles ocupadas por peatones, es fácil que se de la situación en la que el peatón no se percata de nuestra presencia y no nos deja pasar por la calzada.
Pocos y pequeños huecos porta-objetos. El Renault Twizy carece de maletero
Otro problema del Renault Twizy viene a la hora de cargar bultos, puesto que carece de maletero al uso. Renault ha dispuesto de dos guanteras sobre el salpicadero, una a la izquierda con capacidad para 3.5 litros y otra a la derecha con capacidad para 5 litros. Esta última cuenta además con cerradura mediante llave, que aún así por prudencia nos invita a no dejar objetos valiosos cuando nos marchemos. Tras el respaldo del asiento posterior existe otro compartimento con una capacidad de 31 litros, cerrado por llave. El tamaño de este pequeño maletero es el suficiente para guardar unas carpetas, un portátil y otros objetos estrechos poco voluminosos.
Renault ha pensado además en ofrecer como opción un cajón y una mochila con una capacidad de 50 litros y con el tamaño exacto para montarlo en la plaza posterior del acompañante.
Tras haber conocido con un poco más detalle los entresijos del Renault Twizy os citamos a nuestra próxima entrega de esta prueba que publicaremos mañana. Por fin nos ponemos al volante de este vehículo tan peculiar en sus variantes Twizy 45 (se puede conducir con licencia de ciclomotor) y Twizy 80. Les puedo ir adelantando que más allá de la naturaleza eficiente y ahorradora de este eléctrico, es divertido e incluso hasta cierto punto gratificante para el que disfrute conduciendo. En cualquier caso su manejo se parecerá más al de un diminuto coche, pues tiene volante, pedales, cuatro ruedas y demás, que al de un ciclomotor o un cuadriciclo, de los cuales además nos podremos caer.
En Diariomotor: Renault Twizy, entre 4.917€-5.972€ con 5 y 17 CV