A finales de los años 80 los Mercedes W124 eran las berlinas de referencia. Con un diseño que aún hoy se mantiene vigente y una fiabilidad a prueba de bombas, también disfrutaron de versiones de altas prestaciones. Los Mercedes 500E fueron producidos desde 1990 a 1995 en cooperación con Porsche, que los ensamblaba en su planta de Zuffenhausen junto a los 911. Entre sus principales atractivos, un potente motor V8 de 5.0 litros de cilindrada, capaz de desarrollar 326 CV de potencia.
Para el año 1990, una berlina capaz de acelerar hasta los 100 km/h en 5,5 segundos y con una punta de 260 km/h – sin limitación electrónica – eran palabras mayores. Con una dinámica ajustada, eran un rival brutalmente discreto para los BMW M5 E34, a los que superaban al menos en su evolución inicial de 315 CV de potencia. Brabus ya estaba más que activa por aquél entonces, y no se pudieron resistir a echar el guante a estos “martillos” con ruedas. Así nacía el Brabus 500E, o Brabus 6.5 Sports Sedan.
Lo que Brabus hizo fue aumentar la cilindrada del motor hasta los 6.5 litros, con lo que se lograba una potencia final de 450 CV. La aceleración hasta los 100 km/h sólo consumía 5,2 segundos y la punta crecía hasta unos alucinantes 285 km/h. Brabus mejoraba el equipo de frenado y acoplaba unas llantas propias, pero el resto del coche no tenía otros cambios. De hecho, la línea de escape es la original y sólo un logotipo con el nombre del preparador en el portón trasero hace ver que no es un 500E cualquiera.
Una preparación muy apetecible, en definitiva. Pero lo que es apetecible es conocer que Brabus vende un 6.5 Sports Sedan con sólo 252 km recorridos. A todos los efectos, a estrenar. Brabus no ha dado detalles sobre esta fantástica máquina: no sabemos por qué tiene tan pocos kilómetros, su precio o el año de producción. La frase “precio a consultar” nos hace pensar que en absoluto será barato, pero su futuro dueño se lleva una pieza de coleccionista que muchos antojamos.
Fuente: Carscoop
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