Lanzado en 2005, el Lexus IS es un elegante sedán medio de corte deportivo que ya ha alcanzado la veteranía. Sus raíces niponas no quitan que a día de hoy sea uno de los modelos más europeizados de la gama Lexus, por enfoque, por posibilidades y por el catálogo de mecánicas de que dispone. De todo a ello hablaremos a lo largo de esta prueba.
Lejos de eslóganes publicitarios el Lexus IS fue concebido como una berlina premium con un claro enfoque deportivo. En 2011 no sólo se actualizaba la gama con la llegada de un nuevo motor diésel sino que además este recibía un nivel de equipamiento y acabado especial denominado F-Sport, el mismo que luce la unidad de pruebas que tuvimos ocasión de probar.
Acompáñenme en esta prueba del Lexus IS 200D F-Sport, una berlina que pretende conjugar con buen acierto la elegancia, el toque premium sin gran opulencia y la deportividad con la frugalidad de los consumos que se esperan de un bloque diésel.
El paquete F-Sport: mucha deportividad para una mecánica modesta
De un vistazo superficial es fácil que si desconocemos la mecánica que aloja en su interior nos imaginemos que equipa algo más potente y deportivo que un modesto diésel de 150 CV y es que definitivamente el paquete F-Sport hace que este IS 200D gane muchos enteros y no pase desapercibido allá por donde se deja ver. Al nuevo diseño de parachoques, parrilla, antinieblas y faros de la actualización que recibiera hace un año, se unen pingües mejoras aerodinámicas del conjunto F-Sport en defensas, una parrilla delantera de tipo panal y un spoiler trasero integrado en la tapa del maletero.
El color azul de la carrocería de nuestro Lexus IS 200D F-Sport de pruebas resalta aún más con unas llantas de 18” con acabado de color gris grafito y neumático de bajo perfil. El emblema F-Sport en las aletas delanteras y el volante, los pedales y los embellededores de las puertas de aluminio y el umbral de las puertas con una placa cromada, son detalles que nos recuerdan la naturaleza de este paquete deportivo.
A bordo contamos con un habitáculo práctico a la par que elegante y deportivo
El diseño del cuadro de mandos es muy clásico: cuentakilómetros a la izquierda, cuentavueltas a la derecha y respectivamente integrado en estos “relojes” los indicadores de volumen de combustible del depósito y de temperatura del líquido del radiador. En el centro disponemos de un sencillo ordenador de a bordo digital de dos líneas con la información suficiente acerca de los consumos parciales, instantáneos y demás.
Un detalle curioso es que el centro del marcador del cuentarrevoluciones se enciende de color naranja y rojo cuando sobre-revolucionamos el motor, así como el cuentakilómetros se enciende de naranja cuando sobrepasamos los 130 km/h. Un detalle aún más de agradecer hubiera sido una sincronización con los límites de velocidad del navegador, aún así no le quitamos el mérito a este práctico indicador que puede evitar que nos excedamos del límite de velocidad general para las autovías españolas.
Un tapizado más deportivo que lujoso, pero con muy buena sujeción
El tapizado de los asientos ha sido escogido para mantener la deportividad del exterior combinando el Alcantara de la zona central del asiento con la piel que refuerza los laterales. Precisamente el apoyo lateral de los asientos está bastante logrado para sujetarnos al negociar curvas con muchos G’s laterales. Tanto el piloto como su acompañante cuentan con ajustes eléctricos, además del clásico ajuste de altura de la base, distancia al volante e inclinación del respaldo, también disponen de ajuste lumbar para apoyar correctamente la espalda, algo muy de agradecer a la hora de realizar largos viajes por carretera.
El espacio de carga y la distribución de huecos portaobjetos no es una virtud del IS
El Lexus IS es una berlina de tamaño medio, tirando a largo, con exactamente 4.585 metros de longitud. En cualquier caso uno de sus defectos es un espacio de carga un tanto escaso y poco aprovechable respecto a la mayoría de sus rivales. El volumen del maletero es de 383 litros, gozando de bastante profundidad pero no así de anchura, puesto que los pasos de rueda ocupan demasiado espacio por su arquitectura de suspensión multibrazo con barra estabilizadora y las exigencias de la transmisión de este vehículo de tracción trasera. Cuenta con una tapa de maletero sólida y del suficiente tamaño para que dejar una boca de carga aceptable, aunque el suelo no se encuentra a ras de esta y el perfil está un tanto alto.
En el habitáculo nos encontramos con huecos portaobjetos en los bolsillos de las puertas delanteras (bastante estrechos), en la consola central con dos pequeños cajones cerrados por delante y por detrás de la palanca de cambios y bajo un reposabrazos fijo. El reposabrazos pierde algo de practicidad si no somos demasiado altos y ajustamos el asiento en una posición bastante adelantada, puesto que las sujeciones laterales del asiento deportivo del paquete F-Sport no facilitan precisamente apoyarnos sobre el reposabrazos.
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