Todos sabemos, o intuimos, lo difícil que puede ser contener el pie derecho cuando se tiene un deportivo entre manos. Un deportivo de esos que invitan a pisar el acelerador sin contemplaciones, ver la aguja del cuentarrevoluciones y del velocímetro subir sin remisión y escuchar el sonido de su motor a altas revoluciones. Ahora bien, está claro que para todo hay un tiempo y un lugar, y para ello el mejor sitio no es desde luego una carretera pública, porque los riesgos de accidente se multiplican exponencialmente.
Para algo así nada como irse a un circuito cerrado y poder disfrutar de nuestro deportivo sin miramientos y sin poner en riesgo al resto de conductores. Pero por lo que se ve todavía hay casos límite peores, como este que aquí os traemos: el conductor de un Brabus SLR McLaren Roadster circulando a fondo por un parking público y alcanzando los 150 Km/h, queriendo presumir de cochazo en el sitio equivocado.
En un recinto cerrado el sonido del motor de un deportivo como este es brutal debido a la resonancia (al igual que pasa en un túnel), y más todavía si tenemos en cuenta que es un descapotable, pero lo que está claro es que este es uno de los peores sitios para conducir a 150 Km/h, y si me apuras también para conducir a la cuarta parte de la velocidad que llega a alcanzar este Mercedes SLR McLaren Roadster preparado por Brabus.
¿Qué pasaría si se llega a cruzar un peatón que se baje de su coche o vaya a recogerlo? ¿O si se cruza un coche dando marcha atrás desde su plaza de aparcamiento? La respuesta es obvia: a 150 Km/h en un sitio cerrado y estrecho como un parking público no hay margen de rectificación, y el accidente sería inevitable y de cosnecuencias muy graves. No, un parking no es el mejor lugar para hacer una drag race, desde luego.
Más allá de esta pequeña reflexión que no por evidente deja de ser necesaria, un poco más arriba tenéis la prueba del delito: el Brabus SLR McLaren y sus 660 CV exprimidos de su motor 5.5 V8 a 150 Km/h en este parking de París. El vídeo transmite vértigo, pero también un poco de pánico si nos ponemos en el lugar. Por cierto, como bonus, fijaros hacia el final del vídeo: nada menos que un Bugatti Veyron Sang Noir aparcado…
Fuente: Jalopnik