Hora de ponernos al volante del Kia Cee´d SW Emotion. Tras una primera parte en la que hemos podido conocer su diseño y su habitáculo, con especial mención al práctico maletero y en general a un acabado sencillo pero eficaz en su cometido como coche “de batalla” hoy analizamos su motor y su comportamiento dinámico.
Una longitud de 4.49 metros, 1.79 metros de ancho, una batalla de 2.65 metros y un peso en función de la versión de entre 1.400 y 1.500 kg, en el caso de la unidad probada, 1.502 kg, todo ello con un diseño en el que la sencillez mencionada se convierte en su principal virtud. Vale, tal vez los acabados no sean llamativos ni sobresalientes, pero cumplen a la perfección con su cometido mostrándonos una buena relación calidad-precio. Ahora, toca ponernos en marcha para comprobar si su propulsor diésel CRDI mantiene esta buena relación.
Antes de arrancar, un repaso técnico a las características del bloque 1.6 CRDI
Antes lanzarnos a recorrer kilómetros con el Kia Cee´d vamos a conocer un poco más su propulsor. El motor de este Cee’d SW es CRDI 1.6 de 128 caballos, el motor más potente dentro de la gama del modelo donde también nos encontramos con el CRDI 1.6 de 90 caballos, el 1.6 CRDI de 115 caballos y el mismo bloque que el empleado en la prueba pero asociado a un cambio automático de cuatro velocidades, mientras que en gasolina, tenemos el 1.6 CVVT de 126 caballos manual. En el acabado Emotion, acabado de la unidad probada, el único motor disponible es el CRDI 1.6 de 128 caballos asociado a un cambio manual.
Este bloque, común en todos los diésel de la gama, tiene una cilindrada de 1.582 cc, con un diámetro del cilindro de 72,2 milímetros, una carrera de 84.5 milímetros y un ratio de compresión de 17.3, cuenta con inyección directa por conducto común, turbo de geometría variable e intercooler. La potencia máxima, como hemos visto, es de 128 caballos entregados a las 4.000 rpm con un par máximo de 255 Nm entregado entre las 1.900 y las 2.750 rpm.
Con este bloque, el Kia Cee’d SW marca un 0 a 100 km/h en 11.2 segundos, alcanzando los 130 km/h en 18.7 segundos. En la gama, sólo lo supera en aceleración el bloque gasolina de 126 caballos, registrando sólo una décima de segundo menos en el 0 a 100 km/h. Su velocidad máxima es de 197 km/h.
En cuanto a los consumos homologados nos encontramos con un consumo urbano de 5 l/100 km, un Extra-urbano de 4.2 l/100 km y un mixto de 4.5 l/100 km. Además, no nos podemos olvidar del equipamiento EcoDynamics de esta unidad. Neumáticos de baja resistencia, indicador de cambio óptimo de marcha y un sistema de Start&Stop que se encargan de rebajar los consumos, según el fabricante, en un 15%. La capacidad del depósito de combustible es de 53 litros.
En su parte ciclo nos encontramos con una suspensión delantera independiente McPherson, mientras que en el eje trasero, también independiente, se recurre a una suspensión de paralelogramo deformable. La frenada queda a merced de discos ventilados de 280 mm en el eje delantero y discos de 262 mm en el trasero. La unidad probada cuenta con unas llantas de 16 pulgadas, con neumáticos con unas dimensiones de 205/55 R16.
En ciudad: un tacto blando del cambio y escasa rumorosidad de su motor
Ahora sí, llega el momento de girar la llave y arrancar el CRDI. Unas leves vibraciones acompañando los primeros segundos tras el arranque y un sonido que se filtra al habitáculo, pero no de una manera demasiado desagradable, bastante atenuado, dejándonos un leve ronroneo diésel.
Engrano primera y me sorprende el tacto del cambio, me sorprende mucho. Un tacto blando, muy blando, suave, cómodo, pero quizá demasiado blando, algo mantequilloso, eso sí, útil para el día a día, cómodo para pelear entre el tráfico del centro de la ciudad.
Y justo es ahí donde empezamos esta prueba, en pleno centro de Madrid. Una correcta visibilidad junto a un tacto suave en la dirección me acompaña en las primeras maniobras. La posición de conducción sobre el tráfico es correcta, la que cabe esperar en un turismo corriente.
El CRDI responde bien por debajo de las 2.000 rpm, desde las 1.500 rpm podemos circular por ciudad sin perder respuesta ni forzar la mecánica. Las suspensiones no se muestran duras y el coche no balancea en exceso en las rotondas o curvas enlazadas, si se acusan ciertos rebotes en badenes o baches, pero muestran un tarado bastante neutro.
Acompañando a la capacidad para responder desde un régimen bajo de revoluciones nos encontramos con el sistema Start&Stop. Su funcionamiento me ha parecido bueno, no interrumpe el comportamiento que tendríamos con un coche sin él, antes de llegar a engranar primera ya ha puesto el coche en marcha sin excesivas vibraciones. El consumo resultante en este terreno para el Cee´d SW es de entre 6.5 y 7 l/100 km, dejándonos con un consumo medio entre ciudad y el que podría ser un trayecto de casa al trabajo y vuelta a casa combinando ciudad y autovía de 5.9 l/100 km.
En ciudad las dimensiones extra de este modelo respecto al Cee’d lo penalizan ligeramente, pero no supone tampoco una limitación exagerada y el radio de giro es bueno. Además, contamos con sensores de aparcamiento que nos ayudan en las maniobras.
Una buena respuesta de su motor con un consumo contenido
Llega el momento de dejar los atascos y la ciudad atrás para abordar la autovía. Comenzamos a aumentar el ritmo del CRDI, dejamos atrás Madrid y nos ponemos rumbo a Toledo para probar qué tal se desenvuelve en autovía y vías rápidas este Kia.
En autovía, primer adelantamiento y el motor diésel de este Kia nos vuelve a mostrar su buena capacidad de respuesta, con una buena entrega, sin necesidad de engranar una velocidad inferior y sin baches aparentes en su curva de potencia. Circulamos en sexta a velocidades legales algo por encima de las 2.000 rpm acompañados por un ligero ruido de rodadura y el murmullo del bloque diésel. No hay ruidos aerodinámicos reseñables y el confort en marcha es óptimo con una buena y espaciosa posición de conducción.
El consumo en autovía ha sido de 5.2 l/100 km, con unas velocidad de 120 km/h bastante constante, sin apenas tráfico, pero en definitiva una buena cifra para este Kia, un buen aliado, por espacio y por rendimiento para largos viajes.
Fuera de la autovía, entrando en algún tramo de curvas, seguimos encontrándonos con la grata respuesta del motor con una respuesta precisa del cambio a pesar del tacto excesivamente blando antes citado, una pega en mi caso, me gusta un tacto algo más duro, pero una ventaja para otros muchos, cuestión de gustos. La suspensión orientada como es de esperar al confort muestra un tarado blando, pero no balancea en exceso en ningún momento. Como era de esperar también algo de subviraje aumentado el ritmo, pero no me parece algo reseñable en exceso en un coche de esta categoría.
Llega el momento de parar el motor del Cee´d, sacar conclusiones y conocer a sus rivales, pero eso, lo haremos en la tercera y última parte de esta prueba. De momento me quedo con una buena respuesta del 1.6 CRDI y sus 128 caballos, sin demasiados ruidos ni vibraciones y un buen nivel de confort en marcha.
En Diariomotor: KIA Cee’d SW 1.6 CRDI 128 CV Emotion, a prueba (I)| Kia pro_cee’d 1.6 CRDi 128 CV EcoDynamics Emotion, a prueba (I)