Este próximo fin de semana tendrá lugar la quinta cita del Mundial de F1 sobre el circuito catalán de Montmeló, en cuyo asfalto se celebrará el Gran Premio de España, dando inicio así a la etapa más clásica del calendario.
Esta posición de apertura tras el paréntesis que pone fin a la gira asiática y australiana de El Circo, significa una interesante reválida para las escuderías, pues se aprovecha para incorporar el primer paquete serio de evoluciones en los monoplazas —una parte de estas novedades aerodinámicas y mecánicas ya han sido probadas durante la celebración de las pruebas en Mugello, pero es seguro que en El Circuit veremos la auténtica artillería con la que los equipos jugarán hasta el verano—.
En el lado humano, también es importante Montmeló, porque los pilotos están muy familiarizados con su trazado, debido a que en él se celebran las pruebas de pretemporada, y a que las mejoras en los vehículos les van a dotar de herramientas más depuradas que las usadas hasta el momento, en aras de defender sus aspiraciones para obtener la mejor posición al final de la sesión.
Al hilo, conviene recordar que el pelotón llega este año a Barcelona en extremo apretado, con nada menos que siete pilotos distanciados por apenas 20 puntos en la tabla general.
Características: El Circuit es un trazado promediado en todos los aspectos, con una cuerda de 4,655 km. en el que los coches deberán recorrer a lo largo de 66 giros, una distancia total de 307.104 metros.
Aerodinámica: Su diseño a base de una recta larga y una zona claramente diferenciada de ésta, en la que prevalecen las curvas de tamaño medio que se enlazan unas con otras a través de rectas también medias o cortas, da lugar a que las soluciones aerodinámicas que se vayan a usar sean también intermedias, de manera que primará en los reglajes la búsqueda del equilibrio entre el correcto apoyo en curva y la velocidad punta, gracias entre otras cosas, a que las cargas laterales que puedan sufrir los monoplazas son bastante asumibles.
Suspensiones: En sintonía con lo expuesto, los vehículos buscarán el mejor compromiso a la hora de resolver las zonas viradas y las rectas, de manera que aquí, también, el promedio será la norma.
Motor y frenos: El trazado de El Circuit no castiga especialmente los propulsores. La temperatura ambiente suele ser razonablemente cariñosa en la época del año en que se celebra el Gran Premio, y la consecución de rectas y curvas favorece su refrigeración. Por otro lado, debido a que no se alcanzan velocidades altas, como decíamos antes, a la intervención del KERS y a que el grip del asfalto de Montmeló ofrece buen agarre, los motores mantienen intactos sus márgenes de rendimiento, aunque el esfuerzo mecánico se traslade inevitablemente a las cajas de cambios.
Los frenos no sufren en exceso. Salvando el abordaje a Elf (curva 1) después de los más de 300 km/h que se pueden lograr en la recta de tribunas, y el de La Caixa (curva 10), la corta distancia entre los giros no permite alcanzar grandes velocidades, por lo que las frenadas no resultan exageradas.
Neumáticos: El asfalto de El Circuit no resulta demasiado abrasivo y ofrece un buen estado de uso gracias a las numerosas pruebas y entrenamientos que se celebran en el trazado catalán, pero sí puede alcanzar una temperatura algo alta. Pirelli trae sus compuestos blandos (vitola amarilla) y duros (vitola plateada), lo que sin duda animará las estrategias.
DRS: Se ha habilitado sólo un sector para su utilización, en la recta de tribunas. La zona de detección se encuentra a la salida de la chicane anterior a New Holland (curva 16), la de activación a casi media altura de la recta, y la de término, a pocos metros de la embocada de Elf (curva 1).
Consumos: Las estimaciones son de unos 2,17 kg. de combustible por cada vuelta, con una ganancia de casi 4 décimas por cada 10 kg. utilizados.