A menudo pensamos que todo lo que concierne a nuestro vehículo es complicado, trabajo para profesionales. Pero es sorprendente que con labores tan sencillas, rápidas y baratas, podamos ayudar a preservar la mecánica de nuestro vehículo, viajar más cómodos y seguros e incluso ahorrar combustible. Parece que muchos conductores únicamente se acuerdan de los neumáticos cuando están demasiado gastados y es necesario sustituirlos, pero su correcto funcionamiento y su durabilidad depende de algo tan aparentemente nimio como mantener las presiones recomendadas.
Comprobar la presión de nuestros neumáticos no lleva más de cinco minutos. Podemos utilizar los puestos de control de presión que habitualmente existen en las estaciones de servicio. También es recomendable la posibilidad de emplear un pequeño medidor de presión o manómetro portátil, se puede guardar en cualquier sitio dado que caben perfectamente en el bolsillo y en internet pueden adquirirse a un precio muy módico, prácticamente desde 5€.
La presión incorrecta limita la duración del neumático y perjudica nuestra seguridad
Una presión incorrecta en los neumáticos acelera el desgaste de estos y limita su durabilidad. El exceso de presión deteriora el interior de la banda de rodadura, el defecto de esta desgasta los flancos y aumenta el consumo de combustible. Una presión un 20% inferior a la recomendada tendrá una duración un 20% menor.
En términos de seguridad la presión incorrecta produce problemas de adherencia en el paso por curva, sobre todo en mojado y alarga la frenada. Por si no fuera poco una presión desviada excesivamente de la recomendada corre un riesgo mayor de reventón por la fricción y por los daños que haya podido sufrir por un uso incorrecto prolongado. En condiciones extremas el riesgo de desllantado siempre está presente.
Equipo necesario: manómetro portátil / estación de servicio
Tiempo: 5-10 minutos
Coste: 0€
Mi consejo es adquirir un pequeño manómetro de presión para tomar las presiones periódicamente y en ocasiones especiales, por ejemplo cuando vayamos a iniciar un viaje largo. Estos dispositivos de bolsillo no son capaces de proporcionar presión, y disminuirla en caso de que sea excesiva, pero sí nos pueden indicar si será necesario ajustar el volumen de aire en el neumático.
En caso de ser necesario ajustar las presiones podemos acudir a una estación de servicio. Un buen consejo es aprovechar nuestro paso por la gasolinera para repostar y efectuar una maniobra que no nos llevará más de cinco minutos. Las presiones siempre deben medirse y ajustarse en “frío”, es decir, recorrer como mucho los kilómetros que existan entre tu casa y la gasolinera pero no después de haber efectuado un viaje.
Después de haber detallado los problemas que puede provocar un inflado incorrecto de los neumáticos, ¿no creéis que la presión es un factor lo suficientemente importante como para tenerlo en cuenta? ¿por qué arriesgar nuestra seguridad y la duración de nuestros neumáticos por una tarea que no requiere ningún desembolso económico?
Tiempo: el mismo que un inflado normal
Coste: 0-5 €
Por último un consejo adicional. Una buena forma de asegurarnos que la presión de nuestros neumáticos se conserva a lo largo del tiempo es realizar un inflado con nitrógeno. Entre sus ventajas nos encontramos con que el nitrógeno es un gas inerte no inflamable, no corrosivo y con cierta facilidad para dispersar el calor. Por lo que no sólo estaremos ayudando a mantener intacta la presión sino también a aumentar la vida útil de la goma, la llanta, el cinturón de acero y la válvula.
Un inflado con nitrógeno se debe realizar en un taller especializado en neumáticos. Normalmente es un trabajo muy económico o incluso gratuito en algunos casos al realizar una sustitución de neumáticos. Una recomendación habitual es no mezclar el nitrógeno, una vez inflado el neumático, con aire convencional, puesto que la mezcla perdería las propiedades originales.
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Fotografías: Audi | Michelin
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