Uno de los mayores placeres de la conducción en circuito es la mezcla de sensaciones que se viven sobre la pista, el rugido de los motores, las ruedas chirriantes sobre el asfalto, el olor a gasolina, carbonilla y goma quemada. Precisamente uno de los peligros más importantes está en esa mezcla de gases que en la mayoría de los casos por un problema mecánico y una mala combustión podrían filtrarse al habitáculo. La prueba la tenemos en el protagonista del próximo vídeo, que bien cerca estuvo de no vivir para contarlo.
El mayor peligro que se cierne sobre los presentes en un lugar cerrado junto a una fuente de combustión, que bien podría ser una salita de estar y una estufa de butano o el habitáculo de un deportivo de conducción y el motor de gasolina, como es el caso, es precisamente la emisión de gases de monóxido de carbono procedentes de la combustión. Este gas es inodoro y altamente tóxico, con el peligro añadido de que las personas expuestas a ello se envenenan poco a poco sin percatarse de su situación hasta llegar a fallecer.
La buena ventilación del habitáculo de un deportivo de carreras, ya sea en plena competición o tandas de fin de semana, es básica no sólo para mantener al piloto su sistema respiratorio en condiciones de temperatura y humedad óptimas, sino también para evitar los peligros de una mala combustión o una fuga en el sistema de escape.
La intoxicación por monóxido de carbono empieza con un dolor de cabeza, náuseas, pérdida de coordinación tal y como se hace patente en la primera parte de este vídeo que llega hasta prácticamente la parálisis de algunas extremidades. Si nos fijamos a partir del minuto 2:50 el piloto empieza a tener dificultades para engranar las marchas, se sale de pista continuamente y no lo tiene nada fácil para recuperar la marcha hasta percatarse de que tiene que detener su marcha y echarse a un lado. Si se fijan, durante la evolución del video las lunas han ido empañándose progresivamente hasta mostrarse translucidas.
El segundo estadio es la pérdida de conciencia y entrada en coma. Este conductor tuvo bastante suerte, a fin de cuentas, puesto que lo rescataron en una situación crítica. El tercer estadio es la muerte o la recuperación, si el intoxicado es atendido a tiempo, que dependiendo de la exposición al monóxido de carbono podrá conllevar diversas secuelas.
Practiquemos o no la conducción en circuito, para evitar que nuestro coche nos produzca una intoxicación por monóxido de carbono hay que evitar mantener el motor encendido durante un espacio de tiempo prolongado en un lugar cerrado, por ejemplo un garaje.
Fuente: Motorpasión | Hooniverse
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