Monte-Carlo es el circuito urbano más genuino del calendario pues discurre sobre las mismas calles que durante el resto del año sirven para albergar el tráfico rodado del Principado de Mónaco, razón por la cual, el Gran Premio disfruta de un marco incomparable en el que destaca, sin ningún lugar a dudas, la posición privilegiada del puerto, cuyas vistas dominan practicamente medio trazado, desde Portier a La Rascasse.
Sin embargo, precisamente por disputarse sobre el corazón mismo de una urbe, el G.P. de Mónaco tiene que pagar una serie de servidumbres que conviene tener en cuenta para disfrutarlo en toda su magnitud y esplendor.
La primera de ellas radica en que la primera jornada de entrenamientos no se disputa en viernes, sino el jueves anterior a la carrera, debido a que resulta totalmente necesario intercalar al menos un día sin monoplazas, en aras de asegurar el abastecimiento de la ciudad y el comprensible movimiento de turistas y ciudadanos por su interior.
La segunda consiste en que debido a lo estrecho de las calles, la velocidad media que se alcanza en Mónaco es la más reducida de toda la temporada, lo que obliga al aumento del número de giros a completar, dando lugar a la carrera de duración más larga de toda la temporada, aunque resulte a su vez la más corta en kilómetros recorridos.
Y la tercera y última tiene que ver con el tipo de asfalto, pues debido a que no corresponde a un circuito normal donde se celebran carreras, sino a uno más adecuado al tránsito de vehículos de calle, obliga a que los compuestos utilizados sean siempre del tipo más blando posible.
En líneas generales, Monte-Carlo es especial por muchas cosas, por el glamour que lo envuelve, por la tradición que destila, por las razones que hemos apuntado en los párrafos enteriores, etcétera. Pero este año lo es además, porque la F1 llega a sus calles sin que la parrilla se haya clarificado en absoluto, ya que en las cinco pruebas anteriores hemos podido disfrutar de nada menos que cinco ganadores diferentes con cinco monturas también diferentes.
Así las cosas, el G.P. de Mónaco supone esta vez una cita ineludible para todas las escuderías, y aunque por sus características no parezca el lugar más adecuado para dirimir tantas rivalidades, la carrera del próximo domingo obliga a McLaren, Red Bull, Ferrari, Lotus y tal vez Williams, a comenzar a tomar posiciones de cara al comienzo de la etapa veraniega en Valencia (G.P. de Europa), tras el viaje que realizará el Circus a tierras canadienses a comienzos del mes que viene.
Características: Monte-Carlo es un circuito pequeño y estrecho en el que sortear las protecciones siempre supone un serio problema. Con 3,340 Km. de cuerda, lo vehículos deberán dar 78 vueltas completas hasta completar los 260.620 metros del recorrido total.
Aerodinámica: Lo revirado del trazado, la ausencia de largas rectas y la omnipresencia de curvas (19 en total), así como la baja velocidad punta que alcanzan los monoplazas, origina que la carga alar utilizada sea elevada para mantener en todo momento la tracción necesaria.
Suspensiones: Mónaco resulta especialmente duro para las suspensiones. La pista es muy estrecha y bacheada, y llega a ser incluso muy deslizante en algunas zonas, fundamentalmente en aquellas que corresponden a la señalización horizontal que ordena el tráfico normal. Por todo ello, la altura de los chasis se eleva ligeramente, lo que obliga a las suspensiones a realizar un trabajo muy continuado para estabilizar el vehículo y absorber las abundantes frenadas.
Motor y frenos: En apariencia Monte-Carlo es un circuito poco exigente con los propulsores (tan sólo el 48% de la vuelta se completa con el acelerador pisado a fondo), pero los numerosos baches y las inclemencias de la pista implica que puedan pasarse con facilidad de revoluciones a poco que las ruedas pierdan contacto con el piso. Para asegurar la adherencia y la tracción, se recurre a lograr la flexibilidad necesaria a base del uso de regímenes medios y bajos.
Las peculiaridades del circuito dan lugar a que los frenos sean uno de los elementos mecánicos que más sufren. Las continuas acelaraciones y deceleraciones someten al sistema de frenado a un considerable esfuerzo que se trata de paliar ampliando las tomas de aire para la refrigeración.
Neumáticos: El asfalto del Principado no es el ideal para disputar carreras, como ya hemos comentado. Para paliar la falta de grip y resolver las posibles irregularidades que presenta el terreno, Pirelli trae sus compuestos blandos (vitola amarilla) y superblandos (vitola roja).
DRS: Desde que se implantara su uso en 2011, Mónaco volverá a ser por segundo año consecutivo el único circuito del Mundial en el que no será posible utilizarlo ni en calificación ni en carrera Mónaco prescinde por segundo año consecutivo de su utilización en Tunnel, aunque habilita una zona única en la recta de tribunas, con el lugar de activación entre La Rascasse (curva 18) y Noghes (curva 19).
Consumos: Las estimaciones son de unos 1,60 kg. de combustible por cada giro, con una ganancia de tan sólo 2,9 décimas por cada 10 kg. utilizados.
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