Vuelvo a sentarme en el Peugeot 3008 Hybrid4. Después de la primera toma de contacto que pude hacer del modelo partiendo desde las instalaciones del grupo PSA en Madrid, he tenido la oportunidad de pasar una semana con este modelo híbrido para conocer más en profundidad los detalles de este modelo.
Un 3008 que incorpora todo un sistema híbrido que se encarga de darle una nueva personalidad. Por un lado la faceta más ecológica con la posibilidad de conducir en un modo completamente eléctrico. Por otro, un modo más deportivo que nos deja con toda la entrega de un bloque diésel de 163 caballos y el eléctrico de 37 caballos y fruto de esta conexión la posibilidad de disfrutar además de un modo con tracción total. Un crossover con alma eléctrica al que poner a prueba durante toda una semana ¿Arrancamos?
Su diseño: toda la personalidad de Peugeot plasmada en un vehículo familiar con aires de crossover
El Peugeot 3008 es ya todo un conocido en nuestras ciudades. No es difícil encontrarnos con uno por nuestras carreteras o cruzarnos con este Peugeot por las calles de nuestro barrio. Pasa en cierto modo desapercibido en este sentido. Ya nos hemos acostumbrado a su diseño y poca gente se percata que la unidad en la que nos encontramos es especial, es híbrida, hasta que en modo totalmente eléctrico cruzamos en absoluto silencio por la puerta de una terraza, paramos ante un paso de cebra o desfilamos casi de incógnito por la calle.
Su diseño tiene todos los rasgos característicos de Peugeot. Predominan en todo su diseño las líneas redondeadas, buena muestra de ello es su capó, toda una protuberancia abombada que sobre sale entre los faros alargados hasta casi la mitad de las aletas delanteras. El conjunto de su parrilla y ópticas delanteras es toda una seña de identidad aderezada además con un buen número de cromados que se extienden a otras superficies del coche.
Su trasera mantiene este diseño redondeado. Visto desde atrás en la oscuridad de la noche es fácil reconocerlo por sus ópticas en flecha de bordes curvos. Tiene una imagen peculiar, a medio camino entre el monovolumen y el crossover. Feo o bonito a gusto del consumidor, durante esta semana me he encontrado tanto con detractores como gente a favor de sus líneas y su concepto.
Ciñéndonos a las cifras, el Peugeot 3008 Hybrid4 tiene una longitud de 4.36 metros, con una anchura total con espejos incluidos de 2.11 metros. Su altura total es de 1.63 metros con una distancia entre ejes de 2.61 metros. En total tiene un peso, con conductor, de 1.735 kg (el 3008 no híbrido ronda los 1.500 kg), una cifra considerable, pero que no penaliza en exceso la faceta más rutera del 3008, sólo en dos aspectos, buscando una conducción deportiva y obviamente, el que busque en el 3008 un coche para salir a tomar curvas un domingo por la mañana se ha equivocado, y por otro lado en consumos, donde quizá si sea más clara la penalización, pero no adelantemos acontecimientos todavía sobre su dinámica.
Un interior espacioso con un buen acabado
Abrimos el coche, se abren electrónicamente los retrovisores acompañados por una luz de cortesía. Se encienden también las ópticas delanteras. Su interior es espacioso, sentado en la posición del conductor tenemos un buen espacio para estirar las piernas, pero los asientos, son algo duros.
El puesto de conducción es elevado, el volante y la palanca selectora del cambio quedan bien posicionados. Sobre nosotros el techo panorámico, siempre bienvenido a pesar de no ser practicable. Un extra de luz al habitáculo y un buen punto estético. A nuestra derecha, queda un gran puente central que separa bastante al conductor del copiloto. En este puente nos encontramos con la palanca del cambio, freno de mano electrónico y la ruleta de selección del modo de conducción. Muestra un buen acabado, en aluminio, plástico brillante y elementos forrados en símil de piel.
Además, nos encontramos con el apoyabrazos bajo el cual se esconde un sorprendente espacio de carga en el que, para que os hagáis una idea de su profundidad, entra más de medio brazo. Bueno para llevar un montón de objetos cotidianos, incluso cuenta con una pequeña bandejita donde dejar las llaves, monedas o el móvil y para largos viajes llevar una botella de agua de 2 litros a mano. Pero más allá de este espacio, el puente central queda bastante desangelado de huecos para llevar objetos y más allá de los objetos, pocos, que podamos colocar en esa bandeja dentro del apoyabrazos, el resto quedarán a merced de los movimientos del coche en el interior del profundo hueco.
Siguiendo con los huecos interiores, tenemos la guantera tradicional. Al abrirla me llevé una desagradable sorpresa por sus reducidas dimensiones, hasta que descubrí que bajo el volante hay otra donde entra perfectamente la documentación. En el suelo de la parte trasera también hay dos huecos más y el puente central cuenta con una malla.
En la consola central, los mandos del climatizador bizona, presentes también en el 308 y los del equipo multimedia que muestra la información sobre la pantalla plegable del salpicadero en la que nos encontramos la información referente a la música que estamos reproduciendo (reproduce MP3), la radio, el navegador gps, la información sobre los elementos del sistema híbrido que estamos utilizando (con un diseño bastante vistoso) y un gráfico con los últimos datos de los consumos hechos en los 30 minutos anteriores .
Tras el volante, acabado en cuero, nos encontramos con las levas del cambio en símil de aluminio. Tras ellas, un cuadro en el que nos encontramos con el ordenador de abordo en un tono naranja y diseño simple, donde se reflejan dos parciales, con consumos y velocidad media, otro apartado con autonomía y consumo instantáneo, indicaciones del GPS y el funcionamiento del sistema híbrido. Destaca en este panel el cuentarevoluciones o mejor dicho, su ausencia. En su lugar nos encontramos con una esfera que nos indica el porcentaje de la potencia que estamos empleando acompañada de una indicación cuando sus baterías se están cargando (deceleraciones) y cuando estamos llevando una conducción económica.
Por encima de este cuadro un display HUD que nos muestra en una pequeña ventana, regulable, la velocidad. Ha habido gente que me ha preguntado sobre su comodidad, sobre si perjudica el campo de visión o directamente tachándolo de ser un aspecto negativo o que debería estar en otra posición. Personalmente me gusta donde se encuentra y no me supone ninguna molestia en el campo de visión, es más, me es bastante útil y lo he llegado a echar de menos tras montarme inmediatamente en otro coche.
En general el acabado es bueno. Un salpicadero blando de tacto gomoso, elementos forrados en símil de cuero, un techo agradable al tacto, elementos cromados, una llamativa botonera más propia de la cabina de un avión que de un coche… sí, el acabado interior es bueno, no se le pueden tachar demasiadas pegas. Le puedo poner un gran pero al acabado de la tapicería y no, no por su tacto, sino por su diseño con motivos de camuflaje.
Buen espacio en las plazas traseras y un maletero penalizado por el sistema híbrido
Las plazas traseras siguen con la tónica de las delanteras. Hay espacio suficiente para 3 adultos, con un buen espacio para las piernas, sin estar excesivamente apretados, pero las butacas son algo duras si tenemos en cuenta que se trata de un coche para toda la familia, para viajar acompañados y luchar con el tráfico del día a día.
En el espacio trasero tenemos a nuestra disposición dos huecos a ambos lados bajo nuestros pies, pero sin duda, el extra más interesante para mantener entretenidos a los más pequeños de la casa, y no tan pequeños, son las dos pantallas que ocupan los reposacabezas de los asientos delanteros y que llegan acompañados de dos euroconectores.
Un reposabrazos central sencillo y una compuerta que da paso al maletero, así que, vamos a comprobar qué tal espacio de carga tiene este 3008 Hybrid4.
Abrimos el portón trasero y nos encontramos con un espacio de carga medio. No es sobresaliente teniendo en cuenta que nos encontramos ante un vehículo familiar, pero tampoco se quedará escaso para llevar el equipaje de los 5 ocupantes en unas vacaciones largas a pesar de que nos obligará a jugar un poco con la colocación. Hay que tener en cuenta que en este apartado la hibridación juega en su contra restándole capacidad al maletero.
Cuenta con luz de cortesía a ambos lados, un buen acabado (a pesar de que el aluminio sufre un mal desgaste debido a los arañazos) y cuenta con un hueco bajo el suelo del maletero y compartimentos a los laterales. Su volumen de carga es de 420 litros frente a los 512 litros de la versión normal del 3008 y cuenta además con la posibilidad de plegar los asientos, dejándonos con un mayor espacio de carga y la posibilidad de portar objetos de mayores dimensiones gracias a que los asientos quedan prácticamente al mismo nivel que el suelo del maletero.
Por el momento me quedo con su espacio interior, a pesar de encontrar ciertas carencias en cuanto a los huecos para dejar objetos (más allá del existente bajo el reposabrazos). Como críticas he de señalar que los asientos me parecieron algo duros y que el maletero no es tan grande como se podría esperar, a pesar de ser suficiente y cumplir bien. Los acabados me han parecido buenos y en cuanto a diseño exterior lo dejo a gusto de cada uno. Eso sí, cuidado si decidís explorar su faceta offroad con los cromados que adorna los bajos de su carrocería, quedan bien, pero no son muy “cómodos” si queremos evitar rayarlos.
En la próxima parte de la prueba conoceremos el entramado del sistema híbrido de este 3008 Hybrid4, sus cualidades dinámicas y los consumos registrados durante la prueba, no os lo perdáis.
En Diariomotor: Peugeot 3008 Hybrid4, presentación y toma de contacto en Madrid