Fue hace más de dos años cuando lo vimos en forma de prototipo, con el nombre de FT-86 Concept. Más adelante le dieron otra vuelta con el FT-86 II Concept pero ya nos había quedado claro que Toyota estaba apostando por una vuelta a su línea de deportivos que quedó temporalmente aparcada al finalizar el siglo pasado.
Antes de que terminara el 2011 nos presentaron el Toyota GT-86 definitivo que recuperaba en la vida real un coupé clásico de cuatro plazas que vendría a posicionarse como un coche potente y divertido. A Barcelona nos hemos desplazado para ver, tocar y saborear al nuevo “Gran Turismo” japonés.
Del prototipo a la realidad, su diseño
No sé si compensa explicar el diseño exterior del coche porque estáis más que aburridos de verlos en las fotografías y en los vídeos. Toyota usa la palabra “espectacular” y yo prefiero ser comedido pero reconozco que del Toyota GT-86 lo primero que llama la atención es su exterior, sobre todo si te topas con la versión de color naranja o de color azul. (amén de los blancos, negros o rojos que también destacan mucho).
Toyota y Subaru han trabajado para que el GT-86 impresionara allá donde fuera y eso queda patente en sus ondulantes líneas que se extienden por el capó y cruzan los arcos de ruedas para terminar en una caída de la zaga que recuerda precisamente a uno de los modelos clásicos inspiradores: el 2000 GT.
La mirada agresiva es otro de los aspectos que se trabaja mucho en estos coches, de siempre. Para esto en el Toyota GT-86 resulta vital la forma de los faros, con las “cejas” LED y el ojo de xenón (de serie en todos los GT-86 por cierto), o la parrilla. Puede que no os hayáis fijado mucho pero si analizáis el diseño de cada celda de la calandra veréis una forma que se repite en otras partes del coche (pista: en la zaga y en algunas texturas del interior).
El hecho de que lleve el formato de ruedas que utiliza el Toyota Prius (215/45 R17) nos puede parecer poco puesto que casi cualquier compacto lleva ruedas más grandes. Pero es una combinación buena para el Toyota GT-86 y no por ello resulta menos deportiva.
Interior entre dos mundos: los 90 y ahora
Si el foco está puesto en el diseño y la deportividad cabría esperarse un interior descafeinado pero no es así, especialmente si de entrada te encuentras con unos asientos que entremezclan de piel y Alcantara. La mejor definición la podríamos encontrar en el adjetivo “clásico” por varios aspectos como la distribución de salpicadero elevado y plano, el volante sin ni un sólo botón o el foco de todo lo “manejable” puesto en el propio conductor.
Los creadores del Toyota GT-86 dicen, con buen criterio, que lo importante es que el conductor esté a gusto así que lo mejor debe estar en el manejo del coche y en que sea él quien tenga el control. Nada de botones en el volante, nada de muchas opciones de control…a lo concreto. Esa es la razón por la que es difícil perderse entre sus controles, amén de que lo multimedia / navegación esté encuadrado en una pantalla táctil y que los mandos del climatizador sean lo más intuitivo del mundo. Por cierto, los tiradores de estos últimos no os recuerdan a los del Giulietta?
Particularmente encuentro un acierto todo lo que es el túnel central. Está más elevado para contener la palanca de cambios, dentro de un aro de aspecto metalizado, más los ajustes rápidos del control de estabilidad pero además sirve como apoyabrazos. Tampoco es algo que sea nuevo del GT-86, por ejemplo el Mazda MX-5 también cuenta con este formato.
El cuadro de mandos del GT-86 no es el de un coche de carreras pero casi. En la izquierda, y con una textura de fondo que ya os debería sonar, está el velocímetro colocado para pedirnos más velocidad; a 100 km/h la aguja solamente estaría pasando por las siete de un reloj. En el lado derecho, depósito y temperatura. ¿Para qué más? Y lo más interesante queda para el centro, el cuentarrevoluciones es el protagonista hasta las 9.000 rpm del final del “rojo” y en el medio queda hueco para dos display pequeñitos: uno para la velocidad en digital, perfecto en un coche así, y otro para el ordenador de a bordo.
¿Cómo se viaja dentro de un coupé 2+2?
No es exactamente comparable pero cuando me senté por primera vez en el asiento de acompañante pensé que había una cantidad de espacio similar al que tienes cuando vas en esa misma posición dentro de un Audi TT. Estaba claro que los dos ocupantes delanteros eran los que iban a tener más espacio en las tres dimensiones posibles. Como todo está orientado hacia el conductor el acompañante tiene poco que tocar y para hacerlo debe incorporarse. Los asientos sujetan y abrazan más que bien.
Varios nos habéis preguntado por Facebook acerca de las plazas traseras. Desde luego no serán las más usadas pero siempre es bueno saber si se puede recurrir a ellas para una emergencia. Lo primero que me llamó la atención es que cuesta mucho entrar a ellas: para hacerlo hay que desplazar primero en longitud cualquiera de los asientos delanteros y luego tirar de una palanca lateral para abatir el asiento (no lleva nada parecido a “Easy Entry”). Aún así el hueco para introducirse en la parte trasera es pequeño.
Posicionarse atrás es prácticamente dejarse caer en el asiento, no hay ni una mínima asa para poder colocarse despacio. Como seguramente ya habéis visto por las fotos los asientos traseros son muy hondos y consiguen ese efecto de estar “encajonado”. También consiguen otro efecto y es el de aumentar la distancia de la cabeza al techo, lo que es de agradecer. ¿Y en anchura? Es la suficiente para una persona adulta? Entre los dos asientos hay un pequeño reposabrazos con dos huecos para bebidas.
Maletero en su justa medida
Si nos basamos en la ficha exacta del Toyota GT-86 su maletero tiene un volumen de 243 litros (sin la rueda de repuesto). A la hora de la verdad, es decir de cargarlo con maletas para un divertido viaje, me encontré con un aspecto positivo y es que no era incómodo meter cualquier maletín a pesar de que el maletero está bajo. Se basa más en superficie y fondo que en altura por lo que unas maletas con no mucha “barriga” cabrán sin problemas. Ahora no os podéis esperar que quepan maletas para los cuatro posibles ocupantes o que se pueda meter un televisor de los antiguos.
Equipamiento del Toyota GT-86
Únicamente existe un nivel de equipamiento en el Toyota GT-86, en España se denomina Sport, que está bastante completo. Cuenta con 7 airbags, control de estabilidad VSC Plus, aviso de cinturones, faros antiniebla delanteros y control de velocidad de crucero en lo que a seguridad se refiere. De serie se incluyen las llantas de 17”, los faros de xenón con encendido automático, luces diurnas / faros traseros de tipo LED y el alerón trasero por fuera mientras que por dentro incluye el climatizador dual, la tapicería mixta, el volante y la palanca de cambios en cuero, el equipo de sonido con pantalla táctil con USB y Bluetooth (manos libres y audio) o la entrada y arranque sin llave.
Opcionalmente se puede incluir el navegador Toyota GO, que simplemente añade el software y la antena de GPS al sistema con pantalla táctil que sí viene de serie, los asientos de cuero y Alcantara en el manual (en el GT-86 automático se incluye por defecto) o el Toyota ProTect, una capa de protección cerámica que se aplica a la pintura exterior, a las llantas de aleación y al tapizado interior.
A mayores de estos pocos opcionales existen una serie de elementos de personalización como los retrovisores “Carbon Look”, los adhesivos exteriores, el equipo de sonido JBL Sound de 440W o los sensores traseros de aparcamiento. Todos estos elementos tienen un precio por el material, el precio de instalación dependerá de cada taller.
Mañana continuamos con la parte más interesante de este coche con una crónica de conducción por ciudad, carretera, autopista y circuito. Pero antes de eso os lanzo un par de preguntas: ¿cómo creéis que se comporta dentro de la pista? ¿qué consumo os imagináis que hace yendo por carretera?
Continuará…
En Diariomotor: Toyota GT86 a fondo | Subaru BRZ y Toyota GT 86, separados al nacer | Toyota GT86 en España desde 29.990€: ha nacido una estrella