Sobre un asfalto cambiante que permitía rodar más y más rápido conforme los diferentes vehículos iban desprendiéndose de buena parte de la goma de sus compuestos, la calificación del G.P. de Mónaco ha transcurrido dentro la normalidad que caracteriza a este circuito, de manera que desde que el semáforo verde abría la Q1 hasta el banderazo que daba por zanjaba la Q3, hemos podido asistir a una lucha encarnizada por conseguir las mejores posiciones de salida, lo que a la larga nos ha dejado un rosario de sorpresas.
Sabiendo que Maldonado y Schumacher iban a perder un puñado de puestos por sanción —10 el venezolano, a cuenta de un feo encontronazo con Sergio Pérez esta mañana; y 5 el alemán, por el accidente que originó en Montmeló sobre Bruno Senna—, la calificación consistía para los de arriba en cumplir con los trámites esperando que ni el de Williams ni el de Mercedes AMG se posicionaran muy adelantado (obviamente, para el heptacampeón del mundo y para el ganador del G.P. de España, de lo que se trataba precisamente, era de terminar lo más arriba posible para que el inevitable descuento de posiciones no lastimaran demasiado sus posibilidades de mañana).
En este escenario más propio de una partida del casino de Monte-Carlo que de su Gran Premio, la sesión de calificación daba comienzo sin que los protagonistas perdieran demasiado tiempo en lanzarse al ruedo, toda vez que como comentaba al principio, la pista iba a sufrir una evolución importante en la medida en que los monoplazas la fueran pisando, volviéndose más rápida en cada giro, y no era cuestión de desperdiciar el tiempo en garajes.
Sin embargo, Sergio Pérez daba la primera sorpresa de la tarde al perder el gobierno de su Sauber y su rueda trasera izquierda tras la inevitable colisión con los guardarraíles, lo que ha propiciado la bandera roja que ha marcado una Q1 de la que cabría destacar el constante cambio de posiciones, el descarte de los habituales, y la desolación del piloto mejicano, quien se enfrentaba a la triste realidad de tener que salir último por no haber tenido oportunidad de marcar crono.
En la Q2 se sucedían las continuas mejoras de tiempos, aunque la sorpresa la tendía con mano abierta un Jenson Button que se ha quedado a las puertas de disputar la Q3 por tercera vez consecutiva (en España salía 10º debido a la penalización que sufrió Hamilton). Y en la Q3 se desataba la orgía de cronos y el abundante cambio de posiciones, hasta que a su término, la gran sorpresa de la tarde la propiciaba un Michael Schumacher que se alzaba con la primera pole tras su regreso, por delante de un Mark Webber que ha empañado más si cabe el extraño comportamiento de Sebastian Vettel, y con el otro hombre de Mercedes AMG, Nico Rosberg, cerrando el trío de mejores clasificados.
En líneas generales, la calificación del G.P. de Mónaco ha cumplido lo que se esperaba de ella. Una pista rápida por momentos tenía que permitir disfrutar al aficionado hasta el último segundo, como así ha sido, aunque también ha arrojado algunas sombras que conviene matizar de cara a la carrera de mañana.
McLaren, por ejemplo, que sigue sin dar con el camino. Ni Button, por su ramplona actuación, ni Hamilton, quien a la postre se ha tenido que conformar con el 4º puesto (sale 3º tras la aplicación de la sanción a Schumacher), se han mostrado cómodos sobre un MP4/27 que parece haber retrocedido en prestaciones puras.
Red Bull, escudería que o bien ha jugado dos cartas muy diferenciadas con Webber y con Vettel, o que por el contrario está jugando a la ruleta rusa con el bicampeón del mundo al hacerle correr hoy en Q1 con los compuestos más duros de la gama que ha presentado Pirelli, pues lo ha metido a garajes sin marcar tiempo, en una nueva muestra de esa fea costumbre que están adquiriendo los equipos en aras de preservar gomas, pero en todo caso obligando al alemán a lidiar mañana con una arriesgadísima estrategia a 1 parada, que podrían ser 2 si las cosas se tuercen.
Y Lotus, escudería que llegaba a Mónaco con buenísimas vibraciones, pero que se ha tenido que conformar con colocar a un exultante Romain Grosjean en la 5ª plaza (sale 4º), y limitarse a ver sufrir a Kimi Raikkonen para alcanzar una 8ª que sin lugar a dudas sabe a muy poco.
En el lado luminoso, sin ambages, Felipe Massa y Mark Webber. El primero, porque hoy ha entrado y de forma holgada en la Q3, y el segundo, porque a la postre comenzará a disputar la prueba desde la primera posición de la parrilla con todo merecimiento, ya que sobre el deslumbrante comportamiento de los Mercedes AMG sobrevuela el uso del S-Duct.
Para terminar, decir que Sergio Pérez no saldrá último, sino que en vez de él lo hará Pastor Maldonado por haber tenido que cambiar su caja de cambios, y por tanto, perdiendo así otros 5 puestos además de los 10 que ya había perdido.
Sin duda el Gran Premio promete.
Fuente: statsf1.com
En Diariomotor: Previo del G.P. de Mónaco 2012: La F1 intentará despejar dudas
