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Product Placement, o cómo Al Pacino ha conseguido venderme un Porsche 928

Porsche me ha convencido. No, no lo digo por la llegada del Macan o por el nuevo nueveonce, sino por un modelo con unos cuantos años ya a sus espaldas: el Porsche 928 ¿un poco tarde no? Puede ser, a pesar de haber un buen mercado de segunda mano de este modelo, pero, ¿por qué el Porsche 928?

Sencillo. Al Pacino ha conseguido vendérmelo. No, no es que le haya puesto un anuncio en algún portal de compra venta y le haya llamado para comprarlo, después de tomarnos algo y hablar sobre por qué rechazó un papel en Star Wars o sobre qué tal va de su insomnio. Hay que echarle la culpa al producto placement. Bueno al product placement, a Al Pacino y a Brian de Palma o en definitiva, a la estrategia publicitaria de Porsche en “El precio del Poder” o “Scarface” según desde dónde nos estés leyendo.


El precio del poder

¿Qué es eso del product placement? Fácil, es una artimaña publicitaria para “colarnos” de manera sutil, o no tan sutil, la presencia de un producto o una marca reconocible en mitad de una película o serie. Habrá cientos de discrepancias académicas, cientos de definiciones que concreten más o menos, pero en definitiva y acudiendo a la traducción es el “emplazamiento del producto” y eso es lo que allá por 1983 hizo a la perfección Porsche con el 928 en Scarface.

Hace un par de noches, volvía a disponerme a ver, no sé cuantas veces van ya, El precio del poder. Allí estaba Al Pacino ejerciendo de Antonio, “Tony”, Montana, un exiliado cubano dispuesto a triunfar, a enriquecerse a cualquier precio en plena era del vicio de Miami.

El precio del poder

Al bueno de Tony, le toca recoger a la mujer de su jefe, Elvira, interpretada por Michelle Pfeiffer en un Cadillac Series 62 convertible con tapicería de leopardo incluida. Ella le increpa, no se va a montar en ese coche y Tony en pleno ascenso en su carrera delictiva no tarda en ir directo a un concesionario para comprar uno nuevo y satisfacer la demanda de la señorita ¿y cuál es el elegido?: el protagonista de estas líneas, el Porsche 928.

Y ahí está, con el V8 de 4.5 litros y 219 caballos bajo el capó (en Norteamérica se vendía con esta potencia en lugar de los 240 caballos originales) y Tony, junto a Manny Rivera, interpretado por Steven Bauer, cargándolo de extras: “carrocería y cristales blindados, teléfono y una radio con scanner”, mientras el comercial le ofrece el hueco para la metralleta. No podemos pasar por alto tampoco el precioso Mercedes SL subido en un elevador mientras al Pacino sale del concesionario.

El precio del poder

Esta es la primera toma de contacto con el 928 en la película, pero por supuesto no es la única. Es más, es una escena breve, no demasiado importante en la línea de la película, pero sí con un pequeño detalle que hace que nuestra vista no pueda separarse del Porsche 928. Acaban de intentar matar a Tony. Ha habido un tiroteo en el club del que ha salido con vida. Tras salir, del local y como en una pequeña pausa tras la acción del tiroteo, Al Pacino se mota en el 928 y sale con el acelerador a fondo, dejando atrás a un Ferrari Maserati Merak aparcado al lado del de Stuttgart. Pero el momento, el detalle que hace que nuestra vista no se pueda apartar del 928 es el simple acto de ver como se encienden las luces y se alzan los faros escamoteables del Porsche, en mi caso hipnotizante.

Tampoco podemos pasar por alto una de las vallas publicitarias que entre los árboles nos deja ver la publicidad del 928, que había sido presentado 6 años antes del estreno de la película, en 1977 y que suponía un importante cambio en la filosofía del Porsche 911.

El precio del poder

No podemos decir que el coche hace al protagonista, pero sin duda es un elemento importante para formar la personalidad del personaje, quizá no tan derterminante en Scarface, pero seguro que se os ocurren infinidad de películas o series donde el coche juega un papel clave para entender cómo es ese personaje. Curioso también como en 1983, el 928 aparecía en Risky Business . Yo por mi parte, ya estoy repasando los anuncios de segunda mano para ver si encuentro un 928 con scanner y blindado.

En Diariomotor: El Porsche 928 de Risky Business, no es un negocio arriesgado

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Mario Herraiz

Apasionado del motor, llevo sobre ruedas desde que a los 14 años me monté encima de una moto. Después llegaron los coches, la afición por la fotografía y más tarde el periodismo y con ello la posibilidad de convertir mi pasión en trabajo. Seguir leyendo...

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