Hace poco más de una semana, volvíamos a vivir un fin de semana de carreras en el madrileño circuito del Jarama. El asfalto, la tierra, los pequeños boxes llenos de leyenda viva (esperemos que por mucho más tiempo) del motor, eran ocupados por los coches del campeonato de España de GT, la Iber GT, que como cada año nos trae al Jarama una buena jornada de carreras, de gasolina y olor a goma quemada, de máquinas de ensueño llevadas al límite.
Allí nos encontramos con representantes llegados desde la casa del cavallino, dos Ferrari 430, también obras de arte sacadas del museo y llevadas a la pista made in Lamborghini, un Mercedes SLS, con su especial porte, e incluso un representante de cuatro ruedas británico, un Lotus Evora. Por supuesto, no podemos dejar a un lado a los preciosos Maserati del trofeo monomarca o los divertidos Caterham Super Seven.
Sábado, 9 de la mañana y recojo mi acreditación. Tras pasar por el tunel que cruza de un lado a otro de la recta de meta llego al paddock y allí, la primera grata sorpresa del día, una amplio elenco de Maserati me esperan colocados en perfecto orden. Menuda forma de empezar el día. En pista ya están en los entrenamientos los Super Seven, así que antes de ir al siempre entretenido pit lane, me voy a una de las curvas a disfrutar de los más pequeños de la jornada que llegan como acompañantes de la Iber GT.
Acaban los entrenamientos libres de los Caterham, ahora sí es el momento de disfrutar del trabajo en boxes, de ver los preparativos y las máquinas a medio montar. Hoy no hay repostajes a toda velocidad ni la tensión de la carrera, pero para todos los que nos gustan los coches, ver el V8 de 6.3 litros del Mercedes SLS al desnudo, empuñar la cámara entre ruedas sin montar, mecánicos dando los últimos retoques de cara a mañana… es simplemente una delicia.
Tras los Caterham es el turno de los Maserati. En boxes aún hay alguno con el capó desmontado. Últimos ajustes y arrancan, volvemos a irnos a disfrutar de los Maserati en pista desde algunas de las curvas del Jarama. Un gran plato previo al Iber GT con un buen espectáculo en forma de festival de bramidos de V8 antes de que los GT del campeonato salgan a pista, pero mejor, adelantar el reloj y dar paso a la jornada del domingo, donde nos espera la verdadera acción de los Ferrari 430, de los Lamborghini, del Ford GT…
Arranca el día lluvioso. De camino al Jarama acompañado por el Peugeot 3008 Hybrid4, en plena M-50 me cae un diluvio monumental. Todo apuntaba a que al igual que ocurrió el año pasado la carrera estaría pasada por agua, cosa que sólo ocurrió a primera hora. El calor y el sol se ocuparon de acompañarnos durante toda la jornada y llevar la contraria al cartel de Wet Race.
El Mercedes SLS AMG GT3 se veía obligado a abandonar nada más comenzar por un incidente que le dejaba con algún que otro rasguño, como más tarde pudimos comprobar en el paddock. El Porsche 997 RSR de Drivex y el Ford GT se encargaban de aderezar su falta disputándose la primera posición mientras que los Ferrari 430 nos dejaban sin palabras, y prácticamente sin oídos a todos los presentes en cada pasada por la recta de meta y cada visita a boxes.
2 horas y 10 minutos de carrera que nos dejaban con los siempre entretenidos repostajes, con paradas en boxes con frenos echando humo, como el V10 del Gallardo del equipo Goodsenses Racing que tras parar, y a pesar de la insistencia de los mecánicos, no volvió a pista.
El equipo NovaDriver, con César Campaniço y Mikko Eskelinen a bordo del Audi R8 LMS ultra, que demostró una enorme capacidad en el Jarama, se hacía con el primer cajón del podio, mientras que Miguel Angel de Castro y Alan Sicart quedaban segundos con el Porsche 997 RSR y el equipo Ray Racing con el Ferrari 430 GT2 terceros.
Más allá de los resultados deportivos, una excelente oportunidad para ver en pista a semejante horda de superdeportivos acompañados por los Caterham y los Maserati que os recomiendo disfrutar si podéis en próximas citas, como la del 16 y 17 de junio en Motorland, Aragón o a mediados de septiembre en Valencia, mientras podéis disfrutar de la galería que os dejo unas líneas más abajo. Una de las mejores citas del año en el Jarama que en esta ocasión gozó además de una buena asistencia de público que ocupó las raramente llenas gradas exteriores. Un placer como siempre volver a ver lleno de vida, de gasolina y de motores rugiendo al circuito madrileño.
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