Arrancamos con una nueva prueba. Primeros días de junio, antesala del verano, el calor comienza a apretar durante gran parte del día, el sol es ya un habitual y será más habitual aún durante los próximos meses, entonces ¿qué mejor manera que disfrutar de estas buenas temperatura que con un cabrio?
Durante una semana, me he puesto al volante del Peugeot 308 CC para contaros todos los detalles del descapotable de la marca francesa. Bajo el capó de este cabrio, el bloque diésel de 2 litros y 160 caballos, por lo que nos encontramos ante una combinación de diésel + cabrio + coupé + 160 caballos que nos dejan con un modelo listo para disfrutar del día a día, para hacer cada vuelta del trabajo, cada pequeño, o largo, trayecto más agradable disfrutando del aire, sin consumos excesivos y con 4 plazas para disfrutar acompañados. Recogemos la capota de este 308 CC y empezamos con esta prueba.
Tres coches en uno. Por un lado, un cabrio, por otro, un coupé y en esencia, un compacto, el 308 al que también hemos puesto a prueba, listos para desatarse a golpe de botón. Un coupé para ir a primera hora de la mañana al trabajo, con los consumos y comodidades de compacto y un descapotable para volver a casa disfrutando de todo el día que nos queda por delante. Por experiencia personal, los trayectos, por habituales que sean, cambian a mejor, hasta miras con otros ojos los atascos.
Su diseño exterior: rasgos redondeados para una silueta alargada
Comenzamos la prueba conociendo las dimensiones y cifras, sin entrar todavía a conocer su motor (lo haremos en la segunda parte de la prueba junto a la dinámica). El 308 CC tiene una longitud de 4,44 metros, una anchura, sin tener en cuenta los retrovisores, de 1,817 metros y una altura de 1,426 metros, con un peso total de 1.577 kg.
Su diseño nos deja con una idea general de “afilado” dentro del las curvas y las líneas abombadas propias de la marca. Los centímetros extra de la zaga, los pilotos delanteros, la caída del techo… se unen para ofrecernos una visión alargada, a título personal de las líneas más acertadas entre los coupés cabrio derivados de compactos.
Un frontal en el que nos encontramos con todos los rasgos del 308, todas las señas de identidad de la marca: la parrilla, la “nariz” sobre la que se asienta el león, las ópticas alargadas… completa la visión frontal las luces diurnas de las hendiduras inferiores.
En su zaga, nos encontramos con un diseño de la tapa del maletero con cierta caída redondeada que junto a la línea que recorre su flanco crea una buena imagen. Completa el diseño las ópticas completamente rojas que dan un toque de color, a juego con la tercera luz de freno bajo el alerón, al blanco de esta unidad. La última nota de diseño a la zaga la pone un difusor dividido en dos bastante llamativo.
Un buen diseño que gusta, sobre todo descapotado, una pena que sea raro encontrárnoslo así, sin el techo, ya no sólo al 308 CC, sino a gran parte de los coupés cabrios. Muy bien acompañado además el conjunto por el tono blanco tan favorecedor de la marca.
Su interior: derivado del compacto y aderezado por los asientos deportivos
Damos el salto a su interior. Abrimos la puerta y unos asientos de corte deportivo nos reciben. Muy muy buena presencia la que dan estos asientos al habitáculo del 308 CC, asientos, que son regulables en altura, longitudinalmente y en inclinación del respaldo, pero que además son calefactables y cuentan con una salida de aire caliente a la altura de nuestro cuello, realmente útil, ambas funciones, para cuando bajamos la capota en plena noche o en fechas no tan calurosas como las que ahora nos ocupan. Salvando estos asientos, el grueso del habitáculo se encuentra compartido con el del 308.
Pasemos a la butaca posterior. En esta unidad no tenemos asientos delanteros con reglaje eléctrico y por tanto, tampoco tenemos la función de desplazar automáticamente el asiento para que pasen los ocupantes de la fila posterior. Con el asiento delantero configurado para conducir bien, midiendo yo 1,80 metros, queda espacio suficiente para entrar detrás. Los ocupantes a los que he pedido que se montaran para comprobar el espacio, no han puesto pega alguna por el espacio disponible, salvo alguno cercano a los 2 metros que con el techo puesto se quedaba demasiado próximo, rozando casi, al techo.
Obviamente no es el espacio del que dispone una berlina, tampoco hay plaza central, pero para distancias cortas es realmente óptimo. En un viaje, la cosa se complicaría un poco más, pero aún así, tampoco sería demasiado problemático.
Volvamos al asiento del conductor. Los acabados, sencillos, son buenos, no podemos esperar grandes lujos, no podemos olvidarnos, ya os lo recordaré también en la parte dinámica de la prueba, que estamos ante un derivado de un compacto al que podemos tomar totalmente como referencia para hablar de los ajustes y del acabado del coupé cabrio. Una buena posición de conducción, para nada deportiva a pesar de lo que nos puedan anunciar sus asientos (por si había alguien que esperaba que no fuera así), una buena distancia respecto a la palanca de cambio y al volante y tras él una esfera que se ve con claridad con fondo blanco.
A nuestro lado, un altavoz con la insignia de JBL, y la comprobación musical a continuación, nos recuerda que el equipo de sonido de este 308 CC es bueno, tiene una buena calidad de sonido y nos permite seguir disfrutando con total nitidez de la música una vez hemos descapotado. Además, reproduce MP3.
Eso sí acostumbrado al Head-Up Display del 3008 Hybrid4 he de reconocer que lo eché en falta, al igual que eché en falta también alguna toma USB a pesar de tener una toma de 12v. Una buena dosis de huecos, dos en la consola central y bajo el reposabrazos, prácticos para el día a día, teniendo, en los situados en la consola, un acabado en goma para impedir que el móvil golpe con el movimiento.
Sorprende descapotados lo bien aisladas del aire que quedan las plazas delanteras
Hablemos del aire, que para eso estamos en un descapotable. Sorprende lo bien aislado que está del flujo del aire su interior. Con las ventanillas subidas se puede mantener una conversación con total comodidad, prácticamente como si fuéramos con la capota puesta. Las plazas delanteras gozan de una buena cobertura por parte del marco superior de la luna delantera, apenas nos da el aire.
En las plazas posteriores la cosa cambia y mis acompañantes si me han mencionado que el aire les da bastante más directamente. En este sentido, la sensación general es que vamos bastante bien cubiertos frente al impacto del aire, sobre todo en las plazas delanteras, también, perdemos así algo de “espíritu roadster” pero no es el principal cometido de este coche.
La capota se recoge en unos 15 segundos en los que tendremos que permanecer presionando el botón (no es automático) y que tendremos que realizar en parado, o casi, sólo te deja a muy pocos kilómetros por hora, por lo que en la práctica, descapotaremos o capotaremos en parado. Junto al botón de la capota, en el puente central, nos encontramos también con un botón para bajar o subir todas las ventanillas al mismo tiempo, bastante práctico para cuando descapotamos, y queremos tener una sensación mayor, no tener que pulsar a los cuatro botones individuales.
Su maletero: bueno para salidas en pareja, limitado para 4 ocupantes
¿Y su maletero? He mencionado la practicidad de poder contar con 4 plazas, siendo las traseras muy útiles en trayectos cortos y relativamente correctas para viajes largos, pero, ¿dónde dejamos las maletas?
Tenemos el techo puesto, el maletero nos muestra ahora mismo la máxima expresión del espacio disponible. Para cuatro personas y un viaje largo es algo limitado, 4 maletas grandes es impensable que entren. 3, muy muy justas, si hablamos de alguna escapada de fin de semana o somos contenidos en nuestro equipaje, podemos tener hueco para los cuatro, recurriendo tal vez además al sitio libre entre los dos ocupantes de las plazas traseras a costa de su comodidad. Por supuesto, nos olvidamos de descapotar durante el trayecto, hecho que queda reservado a sí sólo hemos cargado dos maletas medianas. Ideal para un viaje en pareja. En cifras, el volumen de carga del 308 CC es de 465 litros.
Ajustamos el asiento, una pena que sea manual, ajustamos el volante, en longitud y altura, mantenemos pulsado el botón encargado de recoger la capota y arrancamos el bloque de 2 litros turbodiésel de 4 cilindros y 163 caballos, pero toca esperar a la segunda parte de esta prueba para ponernos en marcha y comprobar los detalles de su dinámica.
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