Cada vez que un Ferrari 250 GTO se presenta ante el todopoderoso martillo de alguna importante subasta, la maquinaria del mercado de los clásicos se pone en marcha, los millones emergen y mientras los coleccionistas se pelean por conseguir una pieza única son muchos los que se frotan las manos ante el negocio del año. El coche más caro sobre la faz del planeta ya tiene precio, más de 28 millones de euros (35 millones de dólares al cambio actual) por un flamante Ferrari 250 GTO de 1962 que fue construído para el propio Stirling Moss y que ha sido vendido a un coleccionista norteamericano que permanece en el anonimato mediante una transacción privada.
Aunque desgraciadamente el Sir no pudo conducirlo jamás por su grave accidente en Goodwood al volante de un Lotus, este valioso Ferrari 250 GTO llegó a competir en Le Mans – aunque no llegó a completar la carrera – y a día de hoy ha logrado desbancar al clásico Bugatti Type 57 SC como el coche más caro de la historia. No es de extrañar dado que sólo se construyeron 39 unidades entre 1962 y 1964 y en más de una ocasión ya vimos el caso de varios GTO subastados por más de diez y de veinte millones de euros.
Por este otro Ferrari 250 GTO se llegó a pagar más de 24 millones de euros
Tal vez el color verde lima no sea el más adecuado o, mejor dicho, el habitual en un Ferrari de carreras. Aún así las inconfundibles formas sobre la carrocería esculpida de este Ferrari 250 GTO, el número 15 que viste e incluso la firma de Stirling Moss en el asiento que nunca llegó a ocupar, son detalles suficientes como para hacer las delicias de cualquier amante de los clásicos. Sin duda alguna el mercado del vehículo histórico y de las antigüedades está viviendo en plena crisis económica su momento dorado. ¿Será que mientras el resto de inversiones son cada vez más arriesgadas y poco fructíferas, los clásicos siguen revalorizándose a un ritmo imparable?
De esta forma hoy habrá varias personas que dormirán más tranquilos, satisfechos y con una sonrisa de oreja a oreja. Por un lado está Eric Heerema, un hombre de negocios holandés que ha hecho el negocio de su vida vendiendo su deportivo por un precio cuatro veces superior al que pagó hace una década a su antiguo propietario, el japonés Yoshiho Matsuda. Aún más curioso es que en 1996 se vendió sólo por 3.5 millones de dólares, o en otras palabras, una décima parte de su valor actual Por otro lado estará el nuevo propietario de este clásico, un estadounidense que de momento no se ha pronunciado al respecto.
Por cierto, los mediadores encargados en la transacción de este Ferrari y de otros muchos clásicos aseguran que alguno de sus clientes está interesado en adquirir otro 250 GTO. Así que ya sabes, si tienes uno en tu garaje tal vez sea el momento de hacer caja con una venta multimillonaria, y quién sabe si podría convertirse en un nuevo e histórico record.
Fuente: Talacrest | Bloomberg
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