Tras la celebración del G.P. de España y el de Mónaco, la F1 abandona momentáneamente Europa para acercarse este próximo fin de semana a las riberas del río San Lorenzo en Montreal, lugar donde se disputará el G.P. de Canadá sobre la isla artificial de Notre-Dame (Île Notre-Dame), en el circuito que lleva el nombre de Gilles Villeneuve, el mítico piloto quebequés fallecido en 1982.
El trazado, de tipo semiurbano, a pesar de acoger diferentes eventos deportivos del mundo de las 4 ruedas mantiene algunas de sus zonas abiertas al tráfico cuando no está cerrado, lo que define que la calidad de su asfalto no resulte homogénea. Siendo ésta una de sus principales características, no es la única, ya que comparte espacio con la equilibrada combinación de rectas y curvas de su diseño, que aunque siempre supone un bonito reto para pilotos y máquinas, origina que la mecánica de estas últimas sea sometida a uno de los esfuerzos más interesantes de la temporada.
En términos generales, el circuito, alargado y dispuesto de Norte a Sur, está marcado por las dos curvas que definen sus vértices: L’Epingle y Coin Senna. La primera, famosa porque es una horquilla muy cerrada a la que se llega muy rápido, en cuyas inmediaciones tuvo lugar el brutal accidente que sufrió Robert Kubica en 2007; y la segunda porque supone el inevitable embudo al que se enfrentan los coches nada más arrancar la prueba, ya que está situada a pocos metros de la línea de salida.
La unión entre ambas nos ofrece dos escenarios bien diferenciados: de Sur a Norte, dirección en la cual comienza el giro a la vuelta en el sentido de las agujas del reloj, el trazado contiene 9 de las 14 curvas de las que se compone el circuito, lo que supone una bonita prueba de manos para los pilotos y una reválida para el equilibrio de sus vehículos. Y de Norte a Sur, por contra, asistimos a una zona muy rápida que pone a prueba las prestaciones brutas de los monoplazas, donde se superan los 300 km/h antes de abordar las curvas 13 y 14, y a cuya salida se encuentra el denominado Muro de los Campeones que antecede a la recta de meta, lugar donde los pilotos pasan tan apurados que rozan literalmente el hormigón de las protecciones y donde más de uno ha terminado abandonando.
Características: El Gilles Villeneuve es un circuito rápido en el cual suele hacer acto de presencia el Safety Car, debido a la poca o nula presencia de escapatorias en algunas de sus zonas más complicadas, y en el que tampoco es descartable la aparición de la lluvia por ser el trazado situado más al Norte de todo el calendario. Con una longitud total de 4,361 km., los monoplazas tendrán que dar 70 vueltas para completar los 305.270 metros del recorrido total.
Aerodinámica: Debido a que cuenta con un trazado bastante limpio, la velocidad promedio es relativamente alta, lo que aconseja el uso de una carga aerodinámica de tipo medio bajo, que permita disponer del necesario apoyo en curva sin por ello resentir el rendimiento en recta.
Suspensiones: Montreal resulta duro para las suspensiones. Las constantes frenadas y aceleraciones y las diferencias que presenta el piso, obligan a que el equilibrio dinámico de los vehículos y la tracción a la salida de las zonas viradas descanse fundamentalmente en el trabajo de las suspensiones. Por si fuera poco, esta es una de las partes mecánicas que más se resiente a lo largo de cada giro, porque los pilotos buscan apurar sus trazadas en aras de conseguir algunas décimas, precisamente atacando muy fuerte los pianos.
Motor y frenos: El Gilles Villeneuve es un circuito muy exigente con los propulsores, no tanto por las necesidades de velocidad (alrededor del 60% de la vuelta se completa con el acelerador pisado a fondo), sino por los cambios brutales de ritmo al que se les somete a la hora de abordar las curvas más lentas. Obviamente, la resistencia de las cajas de cambio supone un factor a tener en cuenta, y no tanto, de nuevo, por la cantidad de cambios de marcha (alrededor de 48 veces por giro), sino porque se concentran en puntos muy localizados del trazado, de idéntica manera a como sucede con los frenos, otro de los elementos más castigados.
Neumáticos: El asfalto de Montreal, como decíamos antes, resulta poco homogéneo en cuanto a calidad y grip. Pirelli, para resolver la papeleta trae sus compuestos blandos (vitola amarilla) y superblandos (vitola roja), como ya hiciera en Mónaco, aunque las características del trazado canadiense (mucho más rápido que el europeo) auguren un mayor desgaste de los compuestos y por tanto eleven la previsión de pasos por garajes.
DRS: A diferencia del año pasado, éste sólo habrá una zona habilitada para el uso del DRS, en Droit du Casino (entre las curvas 12 y 13), con el lugar de activación dispuesto a la salida de la horquilla L’Epingle (curva 10).
Consumos: Las estimaciones son de unos 2,19 kg. de combustible por cada giro, con una ganancia de 3 décimas por cada 10 kg. utilizados.
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