El G.P. de Canadá no podía faltar a esa cita ineludible con los récords que se ha impuesto esta temporada, sirviéndonos en bandeja al séptimo ganador diferente en las siete carreras que se han disputado, aunque esta vez el hito quedaba enmarcado en una prueba sabrosa de principio a fin, repleta de ingredientes a cuál más interesante, y que a la postre tenía como ganador a un Lewis Hamilton sobresaliente en todos los sentidos.
Marcada por una estupenda climatología, la carrera daba comienzo en tono conservador, con los cuatro primeros clasificados durante la tarde anterior ocupando las cuatro primeras plazas durante una buena cantidad de vueltas, mientras detrás se desarrollaban algunas escaramuzas que salpimentaron los compases iniciales de la prueba.
Como estaba previsto, la conservación de neumáticos trasladaba la responsabilidad de lo que acontecía sobre el asfalto a los muros de las escuderías, de manera que cuando comenzaron los pasos por garajes se empezó a entrever qué partida estaba jugando cada equipo.
Vettel, incapaz de despegar a Hamilton y Alonso, quienes seguían su estela a la espera de acontecimientos, lideraba la entrada de la cabeza en boxes. Detrás de él entraría el hombre de McLaren a cambiar sus gomas, mientras el Ferrari número 5 aprovechaba para distanciarse durante unas vueltas, aunque sólo lograba superar al alemán, pues salía primero de su cambio de compuestos para ser superado por Hamilton.
A partir de la vuelta 21, Hamilton, Alonso y Vettel se dedican a presionarse en pista sin alterar sus posiciones lo más mínimo. En el giro 49, con los neumáticos desfallecidos, el de McLaren entra a hacer su segundo cambio de gomas ante la perspectiva de que el de Ferrari y el de Red Bull aguanten con los que llevan puestos hasta el final de la prueba. La estrategia, en principio muy arriesgada, se demuestra pronto como la opción correcta, pues el piloto británico recupera la cabeza de la carrera en 13 giros. A tan solo 8 vueltas del final, la austriaca mete a garajes al vigente bicampeón del mundo para intentar salvar los muebles de una carrera que se le había puesto muy cuesta arriba, mientras Fernando Alonso resiste como puede para ir perdiendo posiciones porque sus gomas no dan para más, viéndose rebasado por Grosjean y Pérez, quienes con una estrategia a una parada habían ido escalando puestos sin apenas oposición, y por un Vettel que se deja las entrañas por recuperar el tiempo perdido.
Hamilton vencía en Montreal de forma implacable, compartiendo podio con el francés novato de Lotus y el mejicano de Sauber, quien lo pisa por segunda vez este año.
En líneas generales, la ausencia del Safety Car y la pocas incidencias habidas: los dos HRT abandonan por problemas en sus frenos, al igual que lo hacía el Marussia de Glock, y Michael Schumacher por el colapso del DRS de su W03, así como que de nuevo los Pirelli fueron los protagonistas, definieron una carrera divertida de ver en la que sin duda, McLaren fue quien supo manejar mejor la situación.
A la espera de lo que nos depare Valencia (G.P. de Europa), la tabla general de pilotos queda más apretada que nunca, liderada por Hamilton (88 puntos), con Alonso a 2 y Vettel a 3.
Lo mejor:
— Hamilton y McLaren, un binomio en absoluto descartable.
— Sebastian Vettel, por hacer honor a sus dos títulos mundiales.
— Fernando Alonso, por no conocer la palabra rendición.
— Romain Grosjean, un novato que apunta muy alto.
Lo peor:
— Pirelli y la FIA, la importancia que tienen los neumáticos es desmesurada.
— El DRS, por descafeinar la victoria de Hamilton.
— Mercedes AMG.
Clasificación:
Fuente: Statsf1.com
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