71.680€ es una cantidad lo suficientemente importante como para adquirir un Porsche 911 Carrera de ocasión con pocos kilómetros, o eso, o un clásico con algo más de historia como el Porsche 911 Turbo que durante diez años utilizó uno de los grandes gurús de la industria informática. En este caso no hablamos del desaparecido Steve Jobs, sino de uno de sus grandes antagonistas, Bill Gates, el que fuera fundador de Microsoft y a día de hoy dedica su tiempo libre a la filantropía.
Concretamente el modelo que atesoró el bueno de Bill Gates durante más de una década, era un Porsche 911 Turbo (930) del año 1979 dotado de un motor de 3.3 litros y 300 CV de potencia, un modelo con una vida bastante corta en Estados Unidos por la imposición de una estricta normativa medioambiental. Está claro que para nosotros no tiene ningún mérito que este deportivo haya pertenecido al ilustre fundador de Microsoft, ni mucho menos, pero no hay duda de que esa fue una de las razones por las cuales el precio ascendió a una cifra muy superior a las ya de por si elevadas cantidades que se pagan por un clásico bien conservado.
Este deportivo habría recorrido más de 130.000 kilómetros a lo largo de su vida útil, aunque según sus vendedores el motor habría sido completamente remozado hace menos de un año y su carrocería luciría impecable y restaurada en un acabado de pintura azul turquesa metalizado muy chillón, pero fiel al original. Según el libro de mantenimiento se cumplieron religiosamente todas las reparaciones y revisiones periódicas estipuladas.
¿Pagarías más por un deportivo por haber pertenecido a una celebridad? ¿Incluso cuando suceda como en este caso, y se trate de un automóvil que no tiene nada más en especial?
Fuente: Dorotheum
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