Desde que en los años 80 se lanzase en España el emblemático Seat Panda bajo licencia Fiat, este oso con manchas blancas y negras se ha convertido también en un símbolo del utilitario económico y eminentemente práctico con los justos detalles para hacer a su propietario la vida más fácil. El éxito de aquel turismo con forma de caja de zapatos fue tal, que bien entrado el Siglo XXI siguió fabricándose, tras lo cual llegaría una segunda y hasta una tercera generación, de la cual os hablaremos en esta prueba.
Sin duda el pequeño utilitario o segmento A no goza en España de la misma popularidad que en países como Italia, pero en cuestión de unos años la competencia ha crecido de tal forma que todos ellos, incluido el Fiat Panda, han tenido que adaptarse a una nueva realidad que exige de propuestas muy asequibles y populares así como retazos de distinción y toque chic. En general el Panda se caracteriza sobre todo por austeridad, una palabra que será clave a lo largo de este artículo, aunque no exento de tecnología, por que ante todo el Fiat 500 cubre bien sus espaldas con su enfoque juvenil, retro y desenfadado.
Para esta prueba decidimos escoger la mecánica más frugal, que no asequible, del Fiat Panda, el recién estrenado motor 0.9 Twinair de dos cilindros y 85 CV por la vía de la turboalimentación.
El Fiat Panda gana en belleza sin entrar en el terreno vedado por el Fiat 500
En cierta medida la segunda generación de Fiat Panda recuperó uno de los rasgos más característicos del primer Panda, aristas afiladas, diseño de caja, parco en detalles y la máxima de ahorrar costes para asegurarse de tener un precio competitivo. La nueva generación, y ya van tres, de Fiat Panda recurre a la recuperación de los rasgos estéticos del resto de la gama Fiat y un aspecto que, por qué no decirlo, hace gala de la belleza italiana. Formas redondeadas, pasos de rueda marcados, parrilla minimalista, abundancia de protecciones de plástico negro en carrocería y una característica que ya es tradición, el falso pilar B partido por una pequeña luneta de cristal.
Pero ante todo y por muy desenfadado que parezca, sigue siendo el Panda de toda la vida, sencillo y práctico a partes iguales. Gustos existen muchos y cada uno tiene el suyo, pero es indudable que su estética moderna está a la altura de los rivales que han llegado, están llegando y también están por llegar. Otro detalle que condicionará – para bien y para mal – sus aptitudes es su altura.
A día de hoy el Fiat Panda sólo se comercializa con cinco puertas, las cuatro laterales de un tamaño justo pero razonable.
Un diseño inteligente para el salpicadero que prima los huecos portaobjetos
Nos subimos a bordo del Fiat Panda y la sencillez de los materiales empleados lo inunda todo, pero también la certeza de que nada ha sido diseñado al azar y de que probablemente en zonas como el salpicadero estamos ante el vehículo que mejor aprovecha el espacio de su segmento. La dificultad de encontrar huecos porta-objetos en un espacio tan reducido se ha resuelto de buena manera con un salpicadero en el que inteligentemente se ha instalado una guantera y un espacio adicional encima de esta, abierto y suficientemente amplio como para alojar una pequeña mochila o un bolso. En este punto mencionaremos otro detalle, ¿saben que uno de los objetivos principales de este tipo de utilitarios es el de clientes féminas y especialmente mujeres con niños para convertirse en el segundo o tercer coche de la familia?
Materiales sencillos pero bien logrados. Superficie rugosa en el frontal, ausencia de plásticos brillantes de baja calidad (salvo en el perfil inferior de las ventanillas), tapizados de tela en puertas y alguna que otra arista mejorable.
Entre los asientos hay huecos para portar botellas o latas de refresco, así como en los bolsillos laterales, razonablemente amplios dado su tamaño.
Un pomo del cambio manual confortable y muy bien situado
El diseño inteligente del salpicadero del Fiat Panda concluye con el hecho de que se hayan instalado aireadores del climatizador, no sólo a los lados, sino también en el centro. Y aún así también se halló espacio para situar el pomo del cambio manual a cierta altura acortando nuestros movimientos de mano, en una posición realmente cómoda. Controles del equipo de sonido y el climatizador y un socorrido navegador opcional que sobresale por encima del salpicadero en un soporte especial, una solución similar a la empleada por el Seat Mii (y por extensión Volkswagen up! y Skoda Citigo).
Otra solución inteligente ha sido la instalación de un freno de mano muy peculiar, que con un gatillo lateral y un mango ancho para introducir la mano sobresale muy poco y no sólo es cómodo para accionarlo sino que también quita un incordio para el conductor y su acompañante. La posición de la palanca de cambios es muy cómoda, pues está en un lugar prominente y muy cerca del volante, lo cual facilita mucho su uso en la conducción urbana.
El puesto de conducción elevado, para obtener la posición óptima del conductor
Como sucede habitualmente en este tipo de pequeños utilitarios, el puesto del conductor tiende a ser más cómodo en una posición relativamente alta. Ajustes longitudinales (distancia con los pedales), inclinación del respaldo y uno más para la altura de la base del asiento que oscila ligeramente en diagonal, hacia arriba y hacia delante o viceversa. El volante por su parte sólo es regulable en altura y no en profundidad, otro defecto común en este tipo de vehículos que puede dificultar que nos acomodemos.
Los asientos de tela son aceptables y cómodos para el aprovechamiento urbano que se presupone de este vehículo. De serie el Fiat Panda cuenta con espacio para cuatro pasajeros aunque por 150€ adicionales las plazas traseras pueden acoger a tres pasajeros, legalmente, al contar con sus tres reposacabezas y sus tres cinturones de seguridad, pero salvo para niños pequeños no es recomendable tal ocupación. La banqueta posterior se abate dividiéndose en dos piezas 60/40 y puede deslizarse para aumentar la capacidad del maletero de los 225 litros iniciales a 260 litros.
De hecho el maletero, aunque no es muy hondo salvo que prescindamos de rueda de repuesto temporal y optemos por un kit de reparación de neumáticos, es bastante profundo. Abatiendo los respaldos el espacio de carga aumenta hasta los 870 litros.
Dos niveles de equipamiento y varios pack para configurar el Fiat Panda
El Fiat Panda parte del nivel de acabado y equipamiento Pop muy sencillo, con la dotación de equipamiento básica pero coherente en materia de seguridad (salvo por la ausencia de ESP que es opcional). El nivel de equipamiento Lounge incluye mando de apertura y cierre, aire acondicionado, barras longitudinales de techo, radio CD con MP3 y cuatro altavoces y dos tweeters, acabado “interior plus”, rueda de repuesto de emergencia y molduras laterales de protección.
Cada pack de equipamiento cuesta 500€ adicionales. El pack Flex 5 plazas añade asiento central posterior, banqueta posterior abatible en dos piezas 60/40, asiento del acompañante abatible plano, ajuste del conductor en altura y bolsillos traseros en asientos. El pack Tecno incluye navegador TomTom, Blue&Me y mandos en el volante. El pack de Seguridad es imprescindible con ESP y sensores de aparcamiento. El pack Estilo incluye llantas de 15” y faros antiniebla.
Recordemos por último que el modelo antiguo aún se comercializa bajo la denominación Fiat Panda Classic aunque únicamente resulta interesante si queremos optar por una mecánica de GLP o tracción 4×4, dado que estas dos opciones aún no están disponibles en la nueva generación de Fiat Panda.
En Diariomotor: Fiat Panda y Panda Classic, el piccolo utilitario desde 8.040€ | Fiat Panda 2012 en Frankfurt: más simpático y moderno, con la funcionalidad por bandera | Fiat Panda 2011, el benjamín de Fiat se hace mayor
