Hoy continuamos con la prueba del BMW 530d. En la primera parte hemos visto que se trata de una berlina elegante y dinámica, con rasgos que recuerdan a generaciones precedentes. El interior no ha experimentado grandes cambios, destacando por un diseño sencillo y por la calidad de sus materiales.
El BMW Serie 5 ha crecido unos 5 cm en longitud y 2 cm en anchura respecto al modelo anterior. Ahora mide 4,89 metros de largo y 1,86 metros de ancho. La altura sigue siendo de 1,46 metros. La batalla aumenta significativamente – 8 cm – para llegar hasta los 2,96 metros. El peso en vacío con motor equivalente se incrementa en torno a los 100 kg, en el 530d hablamos de 1790 kg.
El motor que mueve el 530d es un turbodiésel de seis cilindros en línea y 2.993 cc. El turbo es de geometría variable y la inyección es directa por conducto común con inyectores piezoeléctricos. Desarrolla 245 CV a 4.000 rpm y ofrece un par de 540 Nm disponible entre las 1.750 y 3.000 rpm. En este caso, la caja de cambios automática de ocho velocidades. Estas cifras ya hacen intuir sus prestaciones. Alcanza los 100 km/h en sólo 6,3 segundos y recorre el primer kilómetro en 26,5 segundos.
El consumo medio homologado es de 6,2 l/100 km, subiendo a 7,8 l/100 km en ciudad y bajando a los 5,3 l/100 km en carretera. Si estos datos os parecen sorprendentes, debo indicaros que desde hace pocos meses se le han hecho unas modificaciones a este motor para ofrecer 258 CV, alcanzar los 100 km/h en 3 décimas menos y bajar el consumo hasta los 5,3 l/100 km de media, principalmente por la inclusión de un sistema Start/Stop y la posibilidad del modo de conducción Eco Pro para conducir de forma eficiente.
El depósito de combustible tiene una capacidad de 70 litros, suficientes para superar los 1.000 kilómetros en carretera a velocidad legal en España. Nuestro coche incorporaba unas llantas de aleación opcionales de 18 pulgadas con unos neumáticos Continental ContiSportContact 3 en medida 245/45.
Dinámica del BMW 530d, especialista en Autobahn
Dynamic Drive, ¿cómo quieres que se comporte?
El Dynamic Drive Control permite mediante un botón situado junto a la palanca de cambios, elegir entre varias configuraciones que afectan a la respuesta del acelerador, la dureza de dirección y la suspensión y a las revoluciones a las que la caja de cambios cambia de velocidad. Hay cuatro modos: Confort, Normal, Sport y Sport+, que hace más permisivo al control de estabilidad.
En la práctica, lo que se hace más patente es, por una parte, que la dureza de la suspensión se va incrementando desde el modo Confort hacia delante y por otra, que los cambios de velocidad se realizan a distintas revoluciones. Respecto al modo Sport, el modo Confort sube de velocidad unas 500 rpm antes y el modo Normal, unas 300 rpm antes. Lógicamente, el modo que usemos afectará en un sentido u otro al consumo de combustible.
En ciudad y carreteras secundarias
Casi la totalidad de los 1.400 Km que realicé con el 530d fueron en Autobahn. De lo poco que pude conducir en ciudad, tengo que destacar la suavidad del cambio automático y la gran ayuda que supone en un coche de este tamaño los sensores de parking y la cámara de visión trasera a la hora de aparcar.
También tuve oportunidad de hacer varias decenas de kilómetros en carreteras secundarias. En estas circunstancias, el gran problema es que debido a la potencia del motor, la ausencia de ruido y lo bien que absorbe la suspensión las irregularidades del firme, hay que estar muy atento o activar el limitador de velocidad para no exceder la velocidad permitida. La estabilidad, la tracción trasera y la capacidad del motor hace que se disfrute mucho en este tipo de carreteras. El aplomo y el paso por curva ya me hacia presagiar lo que es capaz en vías rápidas.
En esas carreteras de doble sentido, pudo comprobar lo bien que funcionan los faros bi-xenon autoadaptables y el asistente de luz de carretera, que conecta y desconecta las largas cuando viene algún coche de frente, nos acercamos a alguno en nuestro carril o hay suficiente visibilidad.
El BMW 530d en la Autobahn: fuerza y velocidad
Enfilamos el carril de aceleración para exprimir al máximo este 530d en la Autobahn, las autopistas alemanas con algunos tramos sin límite de velocidad. Elijo la configuración Sport, que endurece la amortiguación y cambia de velocidad a unas 500 rpm más que en Confort, con la intención de no tener balanceos a alta velocidad.
Con 245 CV y 540 Nm de par, te deja pegado al asiento cuando hundes el pie en el acelerador. No es un deportivo pero el empuje es muy grande y la sensación es de inmediatez de respuesta en toda circunstancia, se superan los 150Km/h casi sin darte cuenta. Disponemos de potencia suficiente para ganar velocidad cuándo queramos, las recuperaciones son más que rápidas.
Esto en las autovías alemanas se traduce en una gran comodidad para circular ya que podemos ir a 130 Km/h en un tramo limitado a esa velocidad y una vez finalizado ese limite volver a circular a 180 Km/h en pocos segundos. A esa velocidad, con el asfalto en buen estado y con carriles anchos, sólo tenemos que preocuparnos de no encontrar coches en el carril izquierdo y de apartarnos al carril central si viene alguno achuchando por detrás, porque como se suele decir, el coche va sobre raíles.
La estabilidad en curva a alta velocidad es soberbia, mucho mejor que la del Mercedes S350L que había conducido dos años atrás. Con poco tráfico, con este coche y en la Autobahn, podemos poner el control de crucero a 200 Km/h y disfrutar del viaje. Eso sí, conducir no es juego y a esa velocidad todo pasa mucho más rápido, debemos de estar aún más atentos a todo, ya sea un objeto en la carretera o un coche que invade nuestro carril. Este BMW frena muy bien, dicho sea de paso, pero no hace milagros.
En esas circunstancias, me parece de enorme utilidad el Head-Up Display, que proyecta sobre el parabrisas la velocidad y la información del navegador. No tener que apartar la vista de la carretera es un gran logro en seguridad, y a alta velocidad aún más, por lo que me parece una opción totalmente recomendable. La caja de cambios automática de ocho velocidades efectúa los cambios y reducciones con mucha rapidez y suavidad.
El BMW 530d tiene una velocidad máxima limitada a 250 Km/h. Para que os hagáis una idea del potencial de este motor, en una ocasión, sin coches a la vista y sin limite de velocidad, pude mantener pisado el acelerador y aumentar la velocidad hasta que ví un coche a lo lejos y comencé a frenar. Alcancé 242 Km/h de marcador a 3.900 rpm, todavía quedaban casi 1.000 rpm hasta llegar al corte de inyección. Realmente impresionante.
Consumo
Por defecto, el consumo viene expresado en Km/litro tanto el instantáneo en el cuadro de instrumentos como en el ordenador de abordo, a diferencia de litros cada 100 kilómetros como estamos acostumbrado. Supongo que es posible cambiar la unidad de medida pero no fui capaz de encontrar la forma de hacerlo.
He hecho la conversión para conocer y comparar el consumo en la medida habitual. Cuando conducía de forma muy eficiente, es decir, sin apenas pisar el acelerados en llano, con marchas largas y a pocas revoluciones, el consumo instantáneo marcado se va a la zona EfficientDynamics, o lo que es lo mismo, menos de 3.3 l/100 km. Evidentemente, es casi imposible mantener esas circunstancias durante muchos kilómetros.
Tras circular 1.450 kilómetros en todas las circunstancias posibles, sin tener cuidado del acelerador, con freceuente recuperaciones y a alta velocidad en Autobahn, el consumo medio fue de 8.8 l/100 Km. Para poder sacar conclusiones más objetivas, circulé a velocidad constante de 120 Km/h y el consumo en ese trayecto fue de 5.9 litros/100 km, una gran cifra dada la potencia y el peso del coche.
Mañana le daremos un repaso al equipamiento y analizaremos los principales rivales de este 530d.
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