“Will it drift?” Es lo que se suelen preguntar los chicos de Autocar de vez en cuando, como excusa para que el señor Steve Sutcliffe intente mantener un sobreviraje prolongado en coches de lo más variopinto. Entre otros vehículos que han intentado practicar el drifting nos encontramos a un taxi londinense, una limusina, un Lamborghini Aventador o un coche fúnebre. En este caso, nos encontramos al pequeño Renault Twizy 80.
El urbano eléctrico de Renault tiene un peso muy contenido, 17 CV de potencia y un bastidor diseñado por Renault Sport. El motor está situado en posición central-trasera y toda la potencia pasa al tren trasero en exclusiva. Todo parece indicar que es óptimo para el drifting, salvo los 17 CV y sus pretensiones exclusivamente urbanas: no es un coche hecho para correr y mucho menos para irse de lado en las curvas.
Aún así, en el vídeo podemos comprobar que en una superficie deslizante es capaz de circular de lado sin interrupción. Ahora bien, la superficie sobre la que lo hace simula el hielo puro, y el coche va con el acelerador a fondo todo el tiempo. La velocidad es muy moderada, y contravolantear parece un juego de niños, a tenor de la cara divertida de Sutcliffe y su esfuerzo prácticamente nulo con el volante.
Mi compañero David probó el coche en Ibiza, y aunque de serie no cuenta con controles electrónicos, no es un vehículo nervioso o de reacciones peligrosas, ni siquiera tiende al sobreviraje cuando se le buscan las cosquillas. En contra de lo que parece, tiene un agarre al suelo excelente y sólo en condiciones artificiales puede bailar de la manera que lo hace en el vídeo que ya habréis visto.
Fuente: YouTube
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