Arrancamos con la segunda parte de la presentación y prueba del nuevo Ford Focus ST. En la primera parte lo hemos podido conocer por fuera, tanto a la versión “normal” como con la carrocería Sportbreak, también por dentro, destacando detalles como sus asientos Recaro o los relojes con los que ahora cuenta sobre el salpicadero y que nos informa de la presión del turbo y del aceite y de la temperatura de este.
Pero ahora, toca conocer su propulsor, ponerlo en marcha, conducirlo durante 300 kilómetros para conocer cómo se desenvuelve con 250 caballos tirando desde el eje delantero, su peculiar dirección, sus consumo con una conducción deportiva, precios, rivales y en definitiva, conocer un poco más a fondo a este nuevo Ford Focus.
Su motor y parte ciclo: 4 cilindros, 2 litros y 250 caballos con frenos y suspensiones mejoradas
El Ford Focus ST cuenta con un bloque de 4 cilindros y 2 litros de cilindrada que alcanza una potencia de 250 caballos a 5.500 rpm, con un par de 360 Nm disponible entre 1.750 y 4.000 rpm, aumentando de este modo la potencia respecto a su predecesor en 25 caballos y su par en 40 Nm. Pero además, porta la etiqueta de EcoBoost lo que se traduce en medidas ya conocidas en otros modelos de la marca destinados a mantener a raya los consumos como la parrilla activa.
Cuenta con inyección directa, doble distribución variable y un turbo de baja inercia y en definitiva, consiguiendo aumentar la potencia, reduciendo el número de cilindros (el bloque del anterior ST era un 5 cilindros) consigue homologar un consumo de 7.2 l/100 km mientras que la anterior generación del ST marcaba en la misma medición 9.3 l/100 km, dejándonos por consiguiente unas emisiones menores de CO2 que pasan de los 224 g/km a los 169 g/km. Prestacionalmente, las cifras oficiales marcan una aceleración en el 0 a 100 km/h de 6.5 segundos, mientras que alcanza una velocidad máxima de 248 km/h.
Junto a este motor, nos encontramos con una parte ciclo en la que, además de una dirección específica, nos encontramos con nuevos amortiguadores y muelles más duros, pero sin suponer una pega en el día a día. Su altura se reduce en 1 centímetro comparándolo con un Ford Focus normal para contribuir a mejorar el centro de gravedad. Los discos de freno delanteros son 20 mm mayores respecto a un Focus normal, las pinzas traseras también están mejoradas.
Comportamiento: un gran equilibrio entre deportividad y confort
Dejamos la teoría y nos ponemos en marcha con el nuevo ST. Para comenzar, el primer día de ruta, elijo un ST Sportbreak en “Red Colorado”, como ya dije en la primera parte, me ha gustado este concepto de compacto familiar deportivo. Arrancamos, configuramos el navegador y nos ponemos en marcha dejando atrás el aeropuerto de Niza.
El primer tramo lo recorremos por autovía, aquí, no le podemos tachar pega alguna. Se desenvuelve como si de un compacto normal y corriente se tratara, siempre por supuesto que no hundamos algo más el pedal del acelerador. Circulando a 100 kilómetros por hora por algunos de los tramos de autovía el cuentavueltas se mantenía en unas 2.100 rpm. Buscando la ventaja de contar con 250 caballos en autovía, en el momento de adelantar, yendo a 100 km/h y en sexta, sin reducir, el ST alcanza los 120 km/h, en unos 3 segundos. En este terreno, la marca declara un consumo de 5.6 l/100 km, cifra que dadas las condiciones de la prueba, el tiempo disponible, así como la distancia recorrida en autovía no pudimos corroborar.
Atrás queda la autovía, comenzamos a encarar las primeras curvas, a subir el ritmo a dejar la conducción relajada de la autovía para afrontar de un modo más deportivo cada trazada. Primer aspecto que me sorprende, su sonido. Del trayecto a velocidad constante y relajado de la autovía, donde apenas escuchábamos el ruido del motor, pasamos ahora a, en cada roce con el acelerador, escuchar un rugido grave que llega directamente desde la admisión al interior del habitáculo y que Ford ha denominado como Sound Symposer. Empuja realmente bien a medida que nos alejamos de las 2.500 rpm y empezamos a ascender por encima de 3.000 rpm.
Me sorprende también la facilidad para mantener la trayectoria, para no tener pérdida alguna de tracción al abordar una curva a alta velocidad, forzándolo. Parte de esto hay que agradecérselo al sistema de Control Vectorial de Par que se encarga de reducir el subviraje. En recta, hundiendo el pedal del acelerador a máximo, si notamos cierto movimiento en la dirección al entregar 250 caballos al eje delantero, a pesar de contar con un sistema encargado de mitigar estos desplazamientos.
Y llegamos así a otro de los aspectos que más me llamaron la atención precisamente: su dirección, a la que Ford ha denominado Sport Steering System. En autovía, circulando tranquilos, en largas rectas, adquiere un comportamiento cómodo, poco informativo, blanda. Pero en cuanto comenzamos a despachar a un mayor ritmo las curvas, su tarado se vuelve duro, muy directo, permitiéndonos con muy leves movimientos un buen control y transmitiendo un buen nivel de información de lo que está ocurriendo tras la columna de la dirección.
El tacto de su cambio me ha gustado, rápido, directo, sin flaquezas aparentes, una dureza correcta, ni demasiado blanda ni demasiado tosca. No se le puede tachar pega alguna o por lo menos así me lo ha transmitido en estos 300 kilómetro. No está disponible con cambio automático, sólo el manual de 6 velocidades.
Por reacciones me ha parecido un coche con el que es fácil rodar rápido. No exige demasiado al conductor y se encuentra, en una relación entre confort en marcha y reacciones de corte más radical, en un punto intermedio. Por ejemplo, comparándolo con el Mégane RS que hace poco tiempo pude probar en el circuito de Monteblanco, no es tan radical, lo que para muchos, será un inconveniente, pero para otros tantos una gran ventaja, más si tenemos en cuenta la mayor practicidad de su carrocería. Ford lo comparó en la presentación con el Dr. Jeckyll y Mr. Hyde.
Ford Focus ST 2012: el primer Ford deportivo comercializado a nivel global
El nuevo Ford Focus ST supone un importante paso para la marca ya que es el primer deportivo que se comercializará a nivel global por la firma, poniéndose a la venta en 40 países, es más, al día siguiente de esta presentación, Ford comenzaba la comercialización de este modelo en China, dando paso también este mismo verano su comercialización en Europa y Estados Unidos.
De la mano de Javier Pardeiro, gerente de producto de la marca y tras el recordatorio de la mala situación del sector, nos adentramos en el palmarés deportivo de la marca con las victorias en la Nascar, los Benetton de Fórmula 1 con motor Ford, Le Mans con el GT 40 y por supuesto los rallyes, presente en el caso del WRC desde 1973. Además, tampoco podía faltar el repaso a la historia de modelos deportivos para lacalle de la mano del Thunder, el Capri, el Mustang, el Escort Cosworh, el Sierra RS 500 o el más reciente Ford RS 500.
Tras este repaso histórico, apuntes para nuestro mercado sobre el Focus ST, dejándonos un porcentaje de ventas para el Focus ST con carrocería Sportbreak de entre el 15 y 20% del total. El ST supone el broche a la gama mientras llega el RS, comercializándose en dos series, el Ford Focus ST y el Ford Focus ST Plus, diferenciándose ambos por cambios en el interior del habitáculo (Pomo, volante…) con especial atención a los asientos traseros, con un corte más deportivo y que son, en este caso, más incómodos a la hora de llevar 3 ocupantes en las plazas traseras. Además, el ST cuenta con dos colores específicos en su catálogo, el Tangerine Scream, el tono amarillo-naranja metalizado y el Spirit Blue, bastante favorecedor.
El precio del Ford Focus ST 2012 es de 29.250 euros, ascendiendo a 31.759 euros en caso de optar por el acabado ST Plus. Para hacernos con la carrocería Sportbreak el desembolso es 950 euros mayor.
Fijándonos en los rivales más directos del Focus ST nos encontramos con el León Cupra R, con 265 caballos y un precio de partida de 31.550 euros mientras que prácticamente empatado en precio con el Focus ST nos encontramos con el Mégane RS, desde 29.470 euros y también 265 caballos.
Me he encontrado en estos 2 días y 300 kilómetros por las carreteras de Niza con una idea bastante presente: es un compacto deportivo muy equilibrado, precisamente lo que por lógica se le presupone a un compacto de estas características. No es radical en su comportamiento, pero obviamente tiene 250 caballos que unidos a su talante deportivo van a conseguir agradarnos en una conducción más rápida. Por suspensiones, tacto de mandos, posición de conducción (no muy deportiva) y dirección, un coche totalmente válido en el día a día, quizá los asientos Recaro puedan poner algún punto negativo en los primeros kilómetros, pero es el contrapunto a un excelente agarre.
Estéticamente me ha gustado, pero curiosamente lo ha hecho más su versión Sportbreak, por la mezcla de compacto, familiar y deportivo que bajo mi punto de vista le sienta bastante bien. Especial atención merecen la parrilla frontal y el escape central con un particular diseño. En su habitáculo quizá se podía haber pedido un toque algo más deportivo, pero no deja de ser una muestra más de este equilibrio.
Últimos kilómetros descendiendo del tramo de montaña que ha sido durante estos días casi tan compañero como el Focus ST. Al fondo ya se ve el mar y nos tenemos que despedir del Focus ST, esperemos que hasta una prueba de mayor duración que nos permita conocer más detalles, por ejemplo contrastar los consumos, que durante la prueba, con una conducción deportiva,con bastantes subidas y con el climatizador puesto, fueron de unos 11 l/100 km.
En Diariomotor: Ford Focus ST y Ford Focus ST Wagon, más práctico y eficiente| Ford Focus ST, presentación y prueba en Niza (I): 250 caballos de Sport Technologies
