No es necesario que seas un buen analista económico para que te hayas percatado de la realidad del precio del combustible en España: los noticiarios anuncian que el precio del galón de crudo crece, ya sea por un conflicto bélico o discrepancias con los países productores, y la subida de los precios es inminente y exagerada; en cambio cuando el galón se estabiliza o incluso desciende, la bajada es muy ligera o prácticamente inapreciable. Es lo que la Comisión Nacional de la Competencia califica de “cohetes y plumas”, precios que se disparan con las subidas y bajadas demasiado lentas.
Ya analizábamos hace unas semanas el problema del déficit tarifario y las razones por las que los impuestos al gasóleo y la gasolina subirían este año para equipararse a los europeos. El problema precisamente estaba en que el precio del combustible en España está condicionado por su coste antes de impuestos, el tercero más elevado para la gasolina de 95 octanos tras Dinamarca e Italia y el sexto en el caso del gasóleo tras Grecia, Finlandia, Portugal, Italia y Dinamarca.
Diferencial de los precios de la gasolina de 95 octanos antes de impuestos en Europa
Lo que se hace patente tras el análisis de la Comisión Nacional de la Competencia es que estamos ante un problema de competencia y la hegemonía de las grandes distribuidoras de hidrocarburos que pueden permitirse gestionar a su antojo los precios, según la oferta y la demanda, y sin seguir la lógica aparente que existen en otros sectores. Resulta de lo más curioso que el margen de diferencia existente entre unas provincias y otras no haya dejado de aumentar, viéndose claramente como aquellas en las que la red de las grandes distribuidoras es menor y por tanto su competencia es más importante, los precios son hasta 5 céntimos/litro más económicos que en el resto.
Según un informe de 2009, un 39.1% de la cuota de mercado estaba dominada por Repsol YPF, un 16.1% por Cepsa y un 7.1% por BP. La proliferación de hipermercados y el aumento de las facilidades para emprender negocios de gasolineras independientes ha mejorado en este sentido – aún deben mejorar mucho más-. No obstante los hipermercados según el estudio de 2009 tan sólo ostentaban entonces un 2.9% de la cuota del mercado y las denominadas gasolineras blancas – por no presentar rótulos de ninguna petrolera – un 16.3%. La ventaja de estos últimos es que obtienen el combustible del proveedor que ofrece un precio más competitivo y no de aquel del que son franquiciados, ergo el precio final que se ofrece al cliente es menor.
Imágenes: David Villarreal – Diariomotor | Informe CNC
Fuente: Informe de la Comisión Nacional de la Competencia (PDF) | Vía Motorpasión
En Diariomotor: Desmontando mitos: gasolina de hipermercado vs tradicional | Los impuestos al combustible crecerán en torno a 5 céntimos