En un momento en que el Estado no es capaz ni tan siquiera de asumir una parte de los costes de los medicamentos que se recetaban por la sanidad pública hasta ahora, es difícil justificar o reclamar ayudas para las ventas de automóviles, en tanto nos guste o no en la mayoría de los casos – por supuesto no en todos – sigue siendo un bien de lujo no imprescindible. Aún así merece la pena plantearse la posibilidad de recuperar modelos de ayudas que gozaron de gran éxito en un pasado como el Plan VIVE o el Prever.
Actualización: El Gobierno ha aprobado el Plan PIVE 2012, 2.000 euros de ayuda para comprar un coche entre el 1 de octubre de 2012 y 31 de marzo de 2013.
Desde este verano el Gobierno de Cantabria ya se ha adelantado con un plan que pretende subvencionar la adquisición de nuevos vehículos por un importe de 1.200€, de los cuales un 300€ los sufragará el Gobierno y de los 900€ restantes se hará cargo el concesionario. En lo que va de año la Comunidad Autónoma de Cantabria ha visto como las matriculaciones descendían un 16%. Es obvio que la ayuda supone un importante paso adelante, que según el ejecutivo podría garantizar que las ventas remonten hasta un 30%, lo cual me genera ciertas dudas (eso ya lo analizaremos en los próximos meses). Pero como veremos a continuación la medida es a todas luces precipitada e insuficiente.
Teóricamente el trasfondo de la cuestión, y la razón por la cual soy totalmente partidario de que se implementen este tipo de ayudas, es la mejora para la seguridad o la calidad del aire por la renovación del parque automovilístico con coches más avanzados tecnológicamente y eficientes. A diferencia del antiguo Plan VIVE, en este caso no se ha tenido en cuenta que la subvención afecte a modelos poco contaminantes o que respondan a un cierto estándar de seguridad, siendo el único requisito el achatarramiento de un vehículo con más de diez años. ¿Por qué no limitar la subvención a turismos con emisiones por debajo de los 100 g/km de CO2 o dotados de serie con sistemas como el ESP o la frenada automática en ciudad?
Así las cosas el que adquiera un Ferrari 458 Italia, por poner un ejemplo cualquiera, se beneficiaría del mismo descuento que aquel que opte por un Fiat Panda de dos cilindros. No es justo ni razonable dado el compromiso con la seguridad y el medio ambiente que deberían adquirir nuestros gobernantes.
Sinceramente espero que los resultados en Cantabria animen a que cunda el ejemplo y en otras regiones, o incluso a nivel nacional, se apliquen medidas similares. Pero digámosle a nuestros gobernantes que tal vez merezca la pena plantearse restringir el ámbito de las ayudas a una porción determinada de los vehículos que se ofertan en nuestro país, ¿no crees?
Fuente: La Voz Libre | Motorpasión