Hoy es 4 de julio, y supongo que sabéis que hoy es el día de la Independencia en Estados Unidos. Hoy hace 236 años que se firmaba la Declaración de Independencia del Imperio Británico, dando lugar a lo que hoy conocemos como Estados Unidos. Aunque hubo baches en su historia – como la guerra de Secesión en el Siglo XIX – el país ha prosperado y en Diariomotor nos gusta por su desarrollada cultura automovilística. Aunque Alemania fuese la cuna del automóvil, EE.UU. ha sido donde aprendió a caminar y desarrollarse.
Es por ello que en este día nos gustaría hacer un breve repaso a lo mejor que puede ofrecernos Estados Unidos en cuestión del automóvil deportivo, nuestro Top 5. Lejos queda el concepto clásico de muscle car, lejos queda el hierro pesado sólo capaz de ser rápido en línea recta: hoy por hoy son de origen americano algunos de los deportivos más radicales y deseados del mundo. Lo que más me gusta, es que no pierden sus raíces y siguen siendo fieles al motor V8, reinventando y mejorando todo lo que va a su alrededor.
1. Chevrolet Camaro ZL1: el Chevrolet más potente de la historia
El Chevrolet Camaro ZL1 es el tope de gama de los Camaro. Muy esperado, y reviviendo una denominación mítica, el Camaro ZL1 hace uso del potente motor 6.2 V8 LSA. Es un bloque sobrealimentado por compresor que desarrolla la monstruosa cifra de 580 CV. Como viene siendo habitual, Chevrolet no suele publicar a bombo y platillo los datos prestacionales, pero a pesar de pesar en torno a los 1.800 kg, es capaz de acelerar hasta los 100 km/h en menos de 5 segundos.
En el plano dinámico, además de un sistema de Launch Control cuenta con la suspensión adaptativa Magnetic Ride, que modifica en tiempo real la dureza de los amortiguadores en función del estado del firme. Este sistema está heredado de los Corvette. No está a la venta en España ni tiene visos de estarlo en un futuro, pero lo podemos disfrutar en los múltiples vídeos que circulan por internet y recrearnos en su imponente aspecto musculado.
2. Shelby Mustang GT500 2013: el V8 más potente fabricado en masa
Una de las evoluciones más alucinantes que recuerdo ha sido la del Shelby Mustang GT500, cuya potencia ha pasado de en torno a 500 CV hace unos años a los descomunales 662 CV que entrega su motor 5.8 V8 de aluminio, sobrealimentado por compresor. Recordemos que el Ford Mustang no es un coche grande, y a pesar de todos los refuerzos sigue manteniendo una estructura clásica de eje rígido trasero. Eje rígido que los probadores valoran como el mejor eje rígido del mercado, pero no alaban sobre un sistema de suspensión independiente.
Se trata del motor V8 de producción más potente del mundo y es el primer Mustang capaz de romper la barrera de las 200 millas por hora, es decir, 320 km/h. La locura es inherente a esta víbora, pintada con franjas de diferentes colores y con enormes tomas de refrigeración para el motor: es más, no existe calandra, se ha eliminado para que los radiadores reciban mejor flujo de aire. Este suicidio con cuatro ruedas y caja de cambios manual se vende en Estados Unidos a un precio de en torno a los 50.000$.
3. Hennessey Venom: te morderá y envenenará
En nuestra lista de deportivos americanos la locura no escasea, y tampoco lo hacen los motores de ocho cilindros (como debe ser). El Hennessey Venom es la obra maestra del preparador John Hennessey, conocido por sus potenciaciones en los Corvette y Dodge Viper. El Venom se construye sobre una plataforma modificada de un Lotus Exige, que se alarga y se refuerza con el objetivo de lograr una relación peso-potencia de 1 kilogramo por caballo de potencia.
Con 1.200 kg de peso, ello implica recurrir a un motor 7.0 LS7 V8 sobrealimentado por dos turbocompresores que genera la monstruosa cifra de 1.200 CV, 199 CV más que un Bugatti Veyron, al que es capaz de poner las cosas difíciles en el plano prestacional: acelera de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos, a pesar de contar con sólo tracción trasera y caja de cambios manual. Su precio supera el millón de dólares, y es por ello que sólo afortunados como Steven Tyler se lo pueden permitir.
4. SSC Tuatara: con el récord de velocidad en mente
Todos contra el Bugatti Veyron. Desde que el Veyron viese la luz hace unos cuantos años un montón de fabricantes se han afanado en arrebatarle la corona de la velocidad máxima. Sus 407 km/h de punta fueron pronto superados, pero con el lanzamiento del Veyron SuperSport, sus 1.200 CV y sus 431 km/h el bólido europeo sigue teniendo la corona. El SSC Tuatara es el paladín de Shelby Super Cars, que pretende vencer al Veyron con una punta aún no certificada de 444 km/h.
Velocidades que superan Mach 0.33 en tierra logradas a base de potencia y aerodinámica. El motor es de nuevo un 7.0 V8 – es una base excelente para potenciaciones – bien masajeado para alcanzar la pavorosa cifra de 1.350 CV de potencia. La carrocería es mucho más elegante que la del SSC Aero, con el motor ubicado en posición central-trasera y unas líneas dignas de un diseño Pininfarina. Aún tiene que demostrar y certificar su velocidad máxima, que hace que su precio ascienda al millón de dólares.
5. SRT Viper: la víbora vuelve
El patrón de automóviles deportivos y serpientes es consistente en la industria estadounidense, pero la verdadera víbora es el SRT Viper. Es la tercera generación de la saga Viper, que ahora se comercializa bajo la marca SRT, aunque siga siendo Dodge para nosotros. Con una plataforma completamente nueva, el Viper no abandona su filosofía de ligereza: pesa sólo 1.521 kg y está movido por un gigantesco V10 atmosférico cuyos 8.4 litros de cilindrada generan 640 CV de potencia.
No es una potencia específica alta, pero tiene un par motor demoledor: 813 Nm, más que algunos sobrealimentados de potencia similar. No hay cifras prestacionales, pero el 0 a 100 km/h debería bajar de los 4 segundos. Aunque equipa por primera vez control de estabilidad y algún refinamiento interior sigue siendo una bestia ruda y primitiva: sólo se ofrece con caja de cambios manual (de desarrollos cortos) y su motor tiene dos válvulas por cilindro, entre otras lindezas.
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