La noticia es muy reciente, Mariano Rajoy ha anunciado que el próximo paquete de medidas contra la crisis – también llamados recortes – incluye una subida del tipo general del IVA desde el 18% al 21%. Sin entrar a valorar el carácter de las medidas y sin meternos en política, está claro que va a afectar al maltrecho mercado del automóvil nuevo en España. Si en 2011 se vendieron apenas 800.000 vehículos nuevos, 2012 no verá replicada dicha cifra, y menos tras este palo impositivo.
El IVA grava directamente al consumo y afecta directamente al poder adquisitivo de un consumidor. El efecto de una subida de 3 puntos porcentuales en el precio final de un automóvil nuevo no es en absoluto despreciable. Pongamos un ejemplo con un coche más que conocido en el mercado español. Un nuevo Citroën C4 con motor 1.6 HDI de 112 CV y acabado Exclusive cuesta actualmente 21.500€, tras descontar 2.000€ del descuento que ofrece el fabricante. Este precio es con el IVA al 18%.
Aplicando un IVA del 21% su precio sería de 22.100€. De un plumazo el precio del coche ha subido en 600€, que se repercten directamente a nuestro bolsillo. La subida es más acusada a medida que subimos en la escala de precios. Un BMW X3 xDrive20d – uno de los SUV premium con más éxito en España – tiene un precio base de 43.150€ y con el nuevo tipo impositivo su precio aumenta en unos 1.400€. No sólo se encarece el precio de los coches, también lo hacen los combustibles.
No se salvan los combustibles ni los repuestos, pero sí los vehículos para discapacitados
El precio del combustible es el principal coste operativo de nuestros vehículos, y tampoco se salva de la subida de impuestos. Con precios que rondan 1,30€/l para el gasóleo convencional, deberíamos esperar una subida de entre 3 y 4 céntimos por litro en el caso del gasoil y unos 4 céntimos para la gasolina, que de por sí es más costosa. Lo realmente grave es que el coste de transporte de todos los bienes de la economía aumenta: el gasoil es la sangre de la logística en España.
Los repuestos en los talleres y la mano de obra también verán repercutida la subida del IVA. No obstante, no todo son malas noticias. El tipo superreducido del IVA se queda en el 4% por lo que no aumentará el coste de adquirir un nuevo vehículo para personas con discapacidad. Tampoco aumenta el tipo para los alimentos básicos, así que al menos podremos comernos un trozo de pan en el coche sin que nos cueste más caro.
Bromas aparte, es una medida que afectará negativamente a un sector que ya ha sido asediado por la crisis, y que los gobernantes parecen ver como una fuente de ingresos sin fin. El automovilista no es una especie a la que se pueda ordeñar de manera infinita, tiene sus límites. Esperemos que esta sea la última subida de IVA que tengamos que soportar y que verdaderamente ayude a paliar los efectos de la crisis, en vez de financiar los excesos de cierta minoría.
Aún no se ha anunciado cuando entrará en vigor la subida.
Actualización: El Gobierno ha aprobado el Plan PIVE 2012, 2.000 euros de ayuda para comprar un coche entre el 1 de octubre de 2012 y 31 de marzo de 2013.
Fuente: El Pais
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