La crisis nos está pegando fuerte a todos, lo vemos día a día en las noticias, en la calle y en el pesimismo que ha henchido a este nuestro querido y vivaracho país. Pero dado que eso ya lo sabemos y existen muchos medios que nos informan día sí día también al respecto, nos centraremos en lo que concierne a la industria del automóvil. Cada vez es más difícil comprar un coche, por ello en nuestro país se venden menos coches. El resultado es que muchos concesionarios tendrán que cerrar, con los consecuentes despidos y más gente en el paro. Aún más grave es el hecho de que nuestra industria esté muy ligada al sector del automóvil hasta el punto de que la reestructuración, los despidos o incluso el cierre de grandes factorías instaladas en nuestro país, parezca inevitable.
Nuestros vecinos franceses no gozan de una situación más halagüeña que la nuestra. El presidente galo Francois Hollande está indignado con la reorganización de la fuerza productiva del grupo PSA (Peugeot-Citroën), reorganización de la fuerza productiva que no es otra cosa que un eufemismo para referirse a 8.000 despidos en Francia y el cierre de la factoría de Aulnay que desde 1973 se ha encargado de fabricar millones de utilitarios de Citroën y Peugeot. Hollande quiere proteger a su industria, lógicamente, pero parece que en esta ocasión el patriotismo no será suficiente para conseguirlo.
En el pasado desde Francia se tomaron decisiones que no gustaron del todo en la Unión Europea, cualquier ayuda que se ofrezca al sector del automóvil tendrá que ser extensivo a todos los fabricantes, independientemente del país de procedencia o incluso si son ayudas directas a la compra, del lugar en que fueran fabricados. Hollande ya ha anunciado que habrá movimientos en apenas una semana y “rescates” que tratarán de invertir el mínimo capital recaudado de los contribuyentes. Acciones que difícilmente podrán salvar el cierre de Aulnay.
En resumen. Parece que el ejecutivo francés está buscando la fórmula para ayudar a su industria y revitalizar las ventas. Y en tanto no parece posible la instauración de ayudas directas para franceses que compren productos también franceses, la ayuda de haberla se extenderá a todos los fabricantes en igualdad de condiciones.
Cuando a tu vecino veas sus barbas pelar, pon las tuyas a remojar. Estaremos atentos a la fórmula escogida por el país vecino, porque parece que lo sucedido en Francia podría ser la antesala de lo que podría suceder en España. Durante muchos años fuimos una potencia productora de automóviles en Europa gracias a lo ventajoso que resultaba para muchas marcas producir en nuestro país, ventajas que cada vez son menos como también lo son los beneficios netos por consumo interno debido a la caída de las ventas.
Fuente: Bloomberg | Reuters | The Truth About Cars | PSA
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