Llegamos a la segunda parte de la prueba del Peugeot 208 Allure e-hdi 115 cv. Es el momento de ponernos al volante del último modelo de Peugeot y conocer qué tal se desenvuelve en el día a día. Viajes, trayectos cotidianos, una conducción más deportiva… en definitiva analizar la dinámica del Peugeot 208 con el motor diésel de 115 caballos, el más potente de la gama diésel y sólo superado por el gasolina 1.6 VTi de 120 caballos en cuanto a potencia se refiere.
No acomodamos en su asiento, con un muy buen agarre lateral (sorprenden las orejas que tiene para ser un utilitario) y cómodos, como ya apunté en la primera parte de la prueba. Me gusta su diseño. Ajustamos el volante y arrancamos. Pocas vibraciones y ruidos en su interior, ponemos la ruta en el navegador con pantalla táctil (el protagonista principal de su habitáculo) y engranamos primera…
Su motor: 4 cilindros HDi turbo de 115 caballos y 270 Nm
Con unas dimensiones de 3.96 metros de largo, con una anchura de 2 metros y una altura de 1.46 metros, el 208 registra un peso de 1.165 kg. Como hemos visto, el Peugeot 208 3 puertas que nos acompaña llega equipado con un bloque HDI de 4 cilindros turboalimentado con inyección directa con una cilindrada de 1.560 cc. Declara una potencia de 115 caballos a 3.600 rpm y cuenta con un par de 270 Nm a 1.750 rpm que asciende hasta los 285 Nm con la función overboost. Para su transmisión Peugeot confía en un cambio manual de 6 velocidades, por el momento, sólo ofrece un cambio CMP de 5 marchas en el 1.4 e-HDi de 68 caballos.
Con este bloque, Euro 5, el 208 es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 190 km/h marcando un tiempo de 9.7 segundos en el 0 a 100 km/h. Por el momento, es el más rápido de la gama, en aceleración gana al VTi de 120 caballos por 2 décimas. En cuanto a los consumos homologados, el Peugeot 208 con el e-HDi de 115 caballos marca un consumo urbano de 4.6 l/100 km y un consumo en vías rápidas de 3.4 l/100 km, quedándonos con un mixto de 3.8 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 99 g/km. En todas las variantes del 208 el depósito tiene la misma capacidad, 50 litros.
En su parte ciclo, con el chasis del 207, nos encontramos con una suspensión delantera pseudo Mc Pherson y una suspensión trasera de traviesa deformable, contando para sus frenos con discos en ambos ejes, con un disco ventilado de 266mm en el eje delantero y un disco de 249 mm en el trasero. Para sus ruedas, el 208 que hemos probado cuenta con unas llantas de 17 pulgadas con unas medidas de 204/45.
Su dinámica: sorprende por su buen comportamiento y contenido consumo
Ahora sí, es el momento de ponernos al volante. He de reconocer que la primera vez que abrí la puerta del conductor del 208 el volante me llamó muchísimo la atención ¡es diminuto! Al ponernos tras él y cogerlo la sensación especial de su tamaño sigue estando presente y me gusta, me gusta como se mueve y el toque deportivo que le da ¡En marcha!
Un buen aplomo, una buena estabilidad, no parece que estemos ante un vehículo con las dimensiones tan compactas, me gustan las sensaciones que transmite. Apenas tenemos balanceo, digiere muy bien las curvas enlazas, me está sorprendiendo su dinámica, no me parece para nada una conducción ligada a su condición de utilitario, se mueve realmente bien buscando una conducción más deportiva… y ¡clank! Aquí lo malo de esta conducción, la suspensión se muestra algo dura, con cierto rebote en cuanto dejamos la tranquila, la solitaria, carretera secundaria y nos topamos con el primer badén en ciudad. Un gran punto a favor el de su dinámica, pero tal vez una pega, en mi caso por ejemplo sería una pega que asumiría encantado, si tenemos en cuenta que es un coche que vamos a usar a diario y muy posiblemente, principalmente en ciudad.
En este terreno, más allá de la dureza de las suspensiones, nos encontramos con un buen aislamiento acústico, con unas dimensiones cómodas a la hora de buscar aparcamiento y con una estética que no pasa desapercibida. Le sienta muy bien este tono marrón chocolate con los cromados y su carrocería tres puertas, tiene un toque elegante. La gente mira al 208, les gusta. También en parte por el efecto novedad. Su dirección en este terreno es buena, cómoda y bien asistida para las maniobras.Es muy suave. En cuanto a la visibilidad no encontré pega alguna por ninguno de sus retrovisores. Mi acompañante protesta, su ventanillas no baja en un sólo click, hay que mantener pulsado el botón, ya que no hay ventanillas traseras, esta debería ser automática.
Chequeamos el consumo que nos marca su ordenador de abordo después de la conducción en ciudad. Hay atasco, he tenido el climatizador puesto… y ¡4l/100 km! Creo que nos vamos a llevar bien el 208 y yo después de la dinámica de antes y los consumos que arroja en ciudad.
En autovía apenas notamos ruidos aerodinámicos, tampoco del motor. La gran parte de filtraciones que llegan al habitáculo lo hacen en ciudad y por culpa de la dureza de las suspensiones. Mientras me incorporo el indicador de cambio aconsejado de marcha me avisa a las 1.900 rpm de que suba a 6ª. Empuja bien desde antes de este aviso. Hay poco tráfico y pruebo a llanear a 80 km/h, a unas 1.200 rpm. La respuesta, sin ser tas efectiva como a las 1.800 rpm, es totalmente válida, me parece que tiene una franja de entrega bastante agradable.
En viajes diarios por este terreno, en distancias de algo más de 100 kilómetros he marcado consumos de 3.7 l/100 km con una conducción normal, sin llevar a cabo una conducción más eficiente de la que practico normalmente y de nuevo con el climatizador puesto. Se puede marcar sin problemas los 3.4 l/100 km que declara Peugeot.
Su cambio, con el motor en temperatura correcta de uso, es blando, cómodo y sin imprecisión alguna. Es blando pero no en exceso. Al conjunto de pedales no le puedo reprochar nada y en definitiva me gusta su suavidad de uso, salvo por el toque de las suspensiones, su respuesta entre curvas, su aplomo y lo bien que la parte ciclo digiere las zonas revirada. Hay cierta renuncia al comfort entre badenes y baches a cambio de una notable mejora en su dinámica me gusta esta relación.
La entrega de los 115 cv puede hacernos disfrutar, teniendo en cuenta su peso, con una conducción agradable, con ciertos tintes no deportivos, pero sí lúdicos, consiguiendo unos consumos realmente buenos, uno de los puntos sin duda más favorables de este 208. No he tenido oportunidad de probar el 208 VTI de 120 caballos, pero muy posiblemente, el motor e-HDi de 115 caballos sería la alternativa con la que me quedaría. La sensación de calidad, su dinámica por chasis y respuesta del motor (dentro del segmento) y sus consumos son los puntos clave de este 208 e-HDi de 115 caballos, pero no adelantemos acontecimientos con las conclusiones, para ello tendremos que esperar a la tercera y última parte de esta prueba. Momento de echar el freno de mano (el reposabrazos molesta un poco en la operación), de aparcar y de despedirnos mientras se apaga la pantalla táctil y las luces de cortesía…
En Diariomotor: Peugeot 208 Allure e-HDi 115 CV, a prueba (I)| Peugeot 308 CC 2.0 HDi 163 CV, a prueba