Después del recital ofrecido por Fernando Alonso sobre el circuito de Hockenheim (G.P. de Alemania), el campeonato se ha trasladado en menos de una semana a tierras magiares para disputar la que será la última carrera antes del periodo de vacaciones veraniegas.
El G.P. de Hungría, que comenzará a celebrarse dentro de unas horas sobre el viejo trazado de Hungaroring, se convierte así en una cita ineludible que deberá ser aprovechada por Red Bull, McLaren y Ferrari para presentar sus credenciales de cara al reinicio del calendario en Bélgica (Spa-Francorchamps, 2 de septiembre próximo) —Lotus y Mercedes AMG tampoco pueden bajar los brazos, aunque aparecen ligeramente descolgadas—.
En este orden cosas, Alonso parte como favorito este fin de semana. Su saldo de puntos (34 sobre Webber, 44 sobre Vettel y 56 sobre Hamilton) parece a todas luces una ventaja suficiente como para desenvolverse con suma tranquilidad sobre un circuito que a priori no parece el más adecuado a las características del F2012 (bacheado y con más curvas de baja velocidad que rápidas), lo que no es óbice para que pueda volver a sorprendernos tanto en calificación como en carrera, dado que su ritmo de evolución es endiabladamente rápido y fiable.
Peor lo tiene Hamilton, cuyas necesidades son en estos momentos extremas. El MP4/27 parece haber mejorado considerablemente, tal y como pudimos observar con Jenson Button en Alemania, pero los problemas sufridos en los garajes de la de Woking, los abandonos y sucesos como los del fin de semana pasado (pinchazo), han puesto a Lewis en una situación muy delicada de la que tiene que salir ya si no quiere dar por perdido el año. Alejado de la cabeza, necesita una victoria y Hungaroring se posiciona como el lugar donde conseguirla.
La situación que vive Red Bull, sin embargo, origina que las opciones de sus dos pilotos sean bastante abiertas. Webber, conocedor del trazado magiar (ganó en él en 2010), permanece en una posición relativamente cómoda frente al español de Ferrari, si bien ésto debería bastar para rubricar sus opciones en Hungría, sus aspiraciones se verán ineludiblemente comprometidas por lo que haga Vettel (también Sebastian necesita reivindicarse al estilo Hamilton), quien sin duda saldrá a por todas, intentando por todos los medios hacerse con la pole esta tarde para paliar la dificultad de adelantar salvo en la zona de DRS, aprovechando para ello la idoneidad del propulsor Renault que lleva sel RB8, el cual, en un trazado como el de Hungaroring puede suponer un gran aliado en la búsqueda del éxito.
Características: Hungaroring tiene 4,381 km. de cuerda, distancia que habrán de recorrer los pilotos durante 70 giros para completar los 306.603 metros de la carrera.
Aerodinámica: El de Hungría es un trazado revirado en el que sus 14 curvas y sus respectivos enlaces llevan a los vehículos a recorrerlo con una rap1dez sensiblemente menor que en otros circuitos del calendario, debido entre otras cosas, a que la mayor parte de los giros son de mediana y baja velocidad, con pequeñas frenadas que hacen prácticamente imposible intentar los adelantamientos. Los equipos recurren a utilizar niveles elevados de carga aerodinámica, muy similares a los utilizados en Mónaco, en aras de poder optimizar el paso por curva, tanto en el momento de la frenada y en el de la salida para asegurar así la tracción necesaria. Todo ello origina que las velocidades máximas alcanzadas en la recta principal (700 metros), raramente superan los 300 km/h. incluso con el DRS activado.
Suspensiones: En un circuito lento e irregular como Hungaroring, obtener agarre mecánico es un factor de suma importancia, para lo cual se usan reglajes intermedios, asegurando con ello la correcta respuesta del monoplaza a baja velocidad, y como decíamos antes, optimizando la tracción en la salida de las curvas. Así, se tiende a endurecer la suspensión del tran trasero y a suavizar la del delantero, lo que puede originar más de un quebradero de cabeza a los ingenieros, quienes tratarán de evitar por todos los medios a su alcance que los compuestos más blandos sean demasiado castigados en la zaga de los vehículos.
Motor y frenos: Hungaroring no es un trazado exigente en el apartado mecánico. La aceleración máxima que se consigue apenas dura 10 segundos y tan sólo alcanza el 56% durante una vuelta completa. De las 14 curvas de que dispone, cinco se abordan en segunda velocidad, con mínimos que no sobrepasan los 90 km/h., lo que implica que el motor trabaje holgadamente y con unos regímenes de revoluciones bastante bajos. Las cajas de cambio tampoco sufren demasiado pues trabajan con relaciones cortas en aras de obtener una buena respuesta del motor a velocidades bajas y medias. De idéntica manera, el esfuerzo a que se somete a los frenos no es excesivo, ya que los abundantes puntos de frenada se abordan con velocidades no demasiado elevadas.
Neumáticos: El circuito magiar dispone de un nivel medio de adherencia aunque puede estar muy sucio en diferentes partes de su cuerda. A pesar de todo, Pirelli repite elección de gomas y vuelve a traer los compuestos blandos (vitola amarilla) y los medios (vitola blanca), lo que sin duda animará la calificación.
DRS: Como ocurriera el año pasado, la zona de utilización de DRS se sitúa sobre la recta de tribunas, con la detección colocada entre las curvas 13 y 14, la de activación al término de esta última, y la de cierre a pocos metros de la entrada de la 1.
Consumos: Las estimaciones son de unos 2,03 kg. de combustible por cada giro, con una ganancia de aproximadamente 4,1 décimas por cada 10 kg. utilizados.
En Diariomotor: Fernando Alonso vence en un igualado GP de Alemania 2012 y se destaca como líder del campeonato
