En estos tiempos de inestabilidad geopolítica – qué casualidad que la región mundial más rica en petróleo sea una de las más inestables a nivel geopolítico – los precios del petróleo terminan por parecerse a una montaña rusa. Una montaña rusa con más ascensos que descensos, dicho sea de paso. Los precios del petróleo son muy sensibles a los acontecimientos políticos en Oriente Medio, y aunque parezca mentira, puede ser una conexión tanto o más fuerte que la existente entre oferta y demanda.
En ocasiones, rumores sobre acontecimientos de envergadura pueden hacer fluctuar de manera importante los precios del petróleo, sin que realmente haya pasado nada. El último rumor tuvo su origen en la cuenta de Twitter de Vladamir Kolokoltsv, Ministro del Interior de la Federación Rusa. En el tweet se decía que Bashar Al-Assad – actual regente de Siria – había sido asesinado por la facción rebelde, actualmente en guerra abierta contra el régimen autoritario.
Dicha información no era finalmente cierta – Al-Assad sigue vivo y coleando – y el ministro ruso niega haber enviado dicho tweet. El tweet fue enviado a las 9.59 de la mañana del 7 de agosto, y pronto el rumor alcanzó grandes medios, como pueden ser la CNN o la BBC. Entre las 10.15 y las 10.45 el precio del barril ascendió de 90,82 a 91,99 dólares. Tras la negación del rumor los precios siguieron la cotización de un día habitual, volviendo a niveles inferiores.
En un mercado que mueve miles de millones diarios, una fluctuación de un dólar en menos de una hora puede suponer unas ganancias increíbles – para todo el mercado, cientos de miles de millones, tranquilamente – para entidades o inversores con conocimiento de derivados financieros como los futuros. Cada cual que saque sus propias conclusiones, estoy seguro de que se ha hecho buena caja con una información que sí o sí, cierta o falsa, eleva el precio del barril.
La razón de este aumento del precio del barril se debe a que la muerte de Al-Assad podría suponer un cierre del Estrecho de Ormuz por parte de Irán, principal aliado del régimen de Assad en la zona, cerrando el suministro a Occidente de todo el petróleo de la zona. Un pequeño ejemplo para ilustrar el poder de la psicología, los rumores y las redes sociales en la economía real, en algo tan cotidiano y conocido como el petróleo.
Desde luego, vivimos en un mundo cambiante, y las redes sociales amplian dicho cambio con su inmediatez y difusión.
Fuente: Autoblog
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