Acabo de terminar de comer, pero al ver las imágenes de Pizza del Popolo (literalmente, “pizza del pueblo”), se me está volviendo a abrir el apetito. Tras la pequeña empresa está el emprendedor John Dansky, que se propuso cocinar pizzas de alta calidad, al estilo napolitano, y servirlas en venta ambulante. En Estados Unidos es muy común ver camiones adaptados a la cocina y venta de comida, pero Darsky ha tomado una aproximación muy diferente que hace honor al nombre de su empresa.
Una pizza margarita casera al estilo napolitano puede costar 25$ en un restaurante del centro de San Francisco, pero Del Popolo las vende a sólamente 10 dólares, para llevar. Y no escatimando en calidad, los ingredientes se compran a pequeños productores locales, en lugar de importarse del extranjero, resultando en una calidad igual de elevada a una fracción del coste. Lo realmente llamativo para nosotros es la adaptación del camión a una auténtica pizzería móvil.
En lugar de una caja adaptada, Darsky ha empleado un contenedor marino de 20 pies, un TEU que está mucho más cómodo sirviendo como cocina portátil que cargado de mercancía, doblegado por Incoterms en algún carguero chino. En la parte trasera se ha instalado un horno Stefano Ferrara alimentado por madera. El horno pesa dos toneladas y media, y alcanza los 800 grados de temperatura en su interior. Gracias a ello, las pizzas se hacen en sólamente un minuto, no los 10 o 15 habituales.
Todo el camión ha tenido que sufrir modificaciones y refuerzos en el chasis. Las ventanas que permiten ver todo el proceso de producción de pizzas abarcan toda la superficie lateral del camión, y tienen un complejo sistema de amortiguación para que el cristal no se rompa al pasar por baches. El coste total del proyecto ha superado los 180.000 dólares, pero parece ser que a Pizza Del Popolo no le faltan clientes y que pronto será capaz de rentabilizar la inversión.
Mientras tanto, rueda por San Francisco un horno de 13 toneladas, que actualiza su ubicación a través de Twitter y vende por 10 dólares pizzas que han sido reputadas por la crítica como las mejores de la ciudad. John Darsky aspira a que su idea inspire a otros y aleje a las masas de las grandes cadenas de pizzería, que suelen tener productos no tradicionales, de baja calidad y alto coste relativo. A mí se me ha abierto el hambre, que pena que San Francisco me quede algo lejos.
Fuente: DesignBoom
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