Cuando realizamos la prueba del Mazda CX-7 en abril de 2010 os presentábamos un todocamino impecable en muchos aspectos, con el manejo de una buena berlina, equipamiento muy completo a un precio no prohibitivo y el empujón que supuso un lavado de cara al filo del ecuador de su vida comercial y el estreno de una motorización diésel para el público europeo.
Pero sucede que llegó un rival más joven y esbelto, ciertamente pensado para el cliente que se decantará por un todocamino compacto de aquí a los próximos años. Con la llegada del Mazda CX-5 pensábamos que el CX-7 quedaría relegado al papel del todocamino premium y menos generalista, pero de ser ciertas las informaciones que nos llegan los últimos días (y que hasta el momento no han sido confirmadas oficialmente por la marca), el fin del Mazda CX-7 podría llegar muy pronto y su producción ya habría cesado, según dicen en la revista británica Autocar.co.uk, en la misma factoría de Hiroshima que durante los cinco últimos años se encargó ello.
Incluso a día de hoy el Mazda CX-7 sigue siendo un modelo coherente y muy recomendable, pero las motivaciones para mantenerlo en el catálogo se van reduciendo si tenemos en cuenta que en la mayoría de los aspectos se ha visto superado por el nuevo Mazda CX-5.
En nuestra prueba del Mazda CX-5 ya os lo adelantábamos, el nuevo todocamino nipón hace que a su lado el CX-7 parezca vetusto y anticuado.
Aunque a priori no se presentase como tal, estaba claro que el Mazda CX-5 se vislumbraba como el candidato perfecto para suceder a un CX-7 en un panorama de la industria del automóvil que prima lo compacto y eficiente, lo asequible y razonable, a las aptitudes quasi-premium que podía ofrecernos el CX-7.
Por sino fuera poco no parece que de momento vaya a tener un sustituto, dado que el Mazda CX-5 debería ejercer ese papel. Por encima seguirá estando un Mazda CX-9 que si bien es importante para mercados tan representativos como Estados Unidos o Rusia, de momento tampoco se comercializará en España.
En fin, parece que esta podría ser la última oportunidad de hacerse con un modelo muy interesante si su estética o su halo premium nos disuaden de optar por un Mazda CX-5. Por otro lado y hasta que desde Mazda nos confirmen que se cierran los pedidos, otro de los aspectos en los que sin duda el Mazda CX-7 seguirá marcando la diferencia será el motor 2.3 de 260 CV, un motor de cuatro cilindros en línea para el que esté dispuesto a disfrutar de las mejores prestaciones posibles y a cualquier precio. No obstante, con equipamiento full-equipe este modelo se comercializa por 42.000€ y su consumo homologado es de 10.4 litros/100 kilómetros, cifra elevada y casi anacrónica si lo medimos con modelos por tamaño y potencia comparables.
Fuente: Autocar.co.uk
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