Con la aerodinámica adecuada, posiblemente el Agera podría levantar ligeramente el vuelo. Es lo que se me viene a la cabeza cuando estoy sentado en el asiento del copiloto de un coche con más de 1.000 CV. Delante de mí, una pista de aeropuerto. A mi izquierda un chico de 25 años cuyo trabajo consiste en ser piloto probador de Koenigsegg. No es que esté sonriendo, es que su cara ha adoptado una sonrisa constante.
Os invitamos a pasar unos minutos a bordo de uno de los coches más rápidos del mundo. No os abrochéis el cinturón (que viene de serie), mejor el arnés de cuatro puntos, que se puede pedir como opción. Pero creedme, hace falta.
Koenigsegg Agera en cifras: Agera, Agera R y Agera S
La primera versión del Koenigsegg Agera tiene una potencia de 972 CV (960 hp), desarrollada por su motor V8 de 5 litros, del que mañana conoceremos algún detalle más. Acelera de 0 a 100 en 3 segundos, de 0 a 200 en 8 segundos, y de 0 a 200 y otra vez a la detención total en 13,5 segundos. Es decir, en el tiempo en el que un utilitario con un motor pequeño alcanza los 100 km/h, al Agera le ha dado tiempo a llegar a 200 km/h y detenerse de nuevo.
Pero esto no era suficiente para Christian Koenigsegg, así que decidieron lanzar el Koenigsegg Agera R, que puede utilizar biocombustible E85 o E100. Con este combustible su motor alcanza los 1.155 CV (1.140 hp), según su catálogo. Pero también puede utilizar gasolina normal de 95 octanos, reduciéndose su potencia a la misma que el Agera normal.
Con este aumento de potencia baja una décima el 0 a 100 km/h, y realiza el 0-200-0 en 12,3 segundos. Y pregunta de trivial: ¿qué es capaz de hacer nuestro querido Agera R en 21,19 segundos? En menos de lo que dura un anuncio de televisión, puede arrancar desde parado, alcanzar los 300 km/h y volver a detenerse.
¿Y qué hay de su consumo? Normalmente en algunas revistas de coches se utilizan expresiones del tipo “se conforma con cinco litros”. En Diariomotor no la solemos utilizar, pero en este caso tiene sentido decir que el Agera R se conforma con 12,5 litros a los 100 en autopista. Y decimos que se conforma porque si quisiese beberse el doble, nadie podría protestarle. La bestia bebe lo que ella considera oportuno y no somos nadie para juzgarla, ¿entendido?
Koenigsegg Agera en circuito
El modelo que hemos probado es el Agera normal. De hecho, es la primera unidad que se fabricó del coche, es una versión de pre-producción. Según nos cuentan ha pasado por muchas manos de periodistas y clientes de todo el mundo, y tiene un total de 70.000 kilómetros a sus espaldas.
La prueba se realiza en una pista del aeropuerto de Ängelholm, donde lo prueban habitualmente. El paisaje e incluso las nubes que nos acompañan esta mañana nos recuerdan a la pista de Top Gear. En esta prueba no podemos conducir nosotros el coche, aunque viéndolo por el lado bueno no podríamos dominarlo ni de lejos al mismo nivel que su piloto probador. Lo cual no evita que nos quedemos con las ganas, claro.
La mecánica de la prueba es sencilla: ir hasta el final de la pista y volver. Christian, el padre de la criatura, nos cuenta que en esta pista han alcanzado más de 300 km/h, pero que llegaban algo apurados a la frenada final. Utilizan otro circuito cercano en Suecia para las pruebas de velocidad punta.
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Nos abrochamos el arnés y comienza la prueba. A pesar de prededible y manido, la única forma de la que puedo calificar la aceleración es de brutal. Es de una progresividad sorprendente, como el despegue de un avión. Una vez hemos alcanzado algo más de 200 km/h, en un abrir y cerrar de ojos, el piloto me dice que hará una simulación de prueba del alce. Gira el volante y vuelve a la trayectoria. Más que la prueba del alce, parece el AVE en un cambio de agujas.
A continuación toca la frenada. Suelta el volante por completo para demostrar lo bien que funciona el reparto electrónico de frenada. Y en unos seis segundos el coche se ha detenido por completo.
Al final de la pista hacemos un giro de 180 grados, a una velocidad normal. Nos muestra su ángulo de giro sorprendentemente corto. Es cierto que al estar en una pista de aeropuerto las distancias se ven mayores, pero apostaría que el Agera gira en una distancia más corta que algún utilitario.
Y en ese momento llega lo más espectacular. Nos ponemos a 160 km/h (por supuesto, en un abrir y cerrar de ojos). No es una velocidad alta para ese coche. Pero empezamos a movernos a izquierda a derecha, cogiendo todo el ancho de la pista. El agarre es impresionante. No es un coche ni un avión: es una montaña rusa que va sobre raíles. Acaba de destrozar mi valoración de los coches que, hasta el momento, consideraba estables y con buen agarre.
me siento afortunado por poder haberlo probado minutos antes de que las nubes empezasen a dejar gotas sobre el circuito. A 160 km/h no quiero comprobar los límites de adherencia en un volantazo. Dicen que cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia y, efectivamente, me bajo del coche con la sensación de haber visto un truco de magia.
Zapatos a medida para el rey: Michelin y Koenigsegg
Normalmente cuando asistimos a un evento de este tipo es la marca la que nos invita. Pero en este caso Michelin ha sido la encargada de llevarnos a la fábrica de Koenigsegg. El motivo es que han realizado los neumáticos a medida para el Agera, y obviamente para ellos es motivo de orgullo ser los proveedores de una pieza importante de un coche que roza la perfección en todos los aspectos técnicos.
El año pasado probamos la gama de neumáticos deportivos Michelin en Estoril (sí, aquellos 16.000 caballos juntos). Los desarrollados para Koenigsegg están basados en los Michelin Pilot Supersport, con medidas 265/35 R19 delante y 345/30 R20 detrás, ambos con código de velocidad ‘Y’.
Están homologados hasta 400 km/h, con lo cual todavía tendrían margen para superar los 388 del récord conseguido por Koenigsegg. Cuando le pregunto al responsable de Michelin encargado de esta colaboración qué es lo más importante en un neumático de este tipo, me responde tajantemente: todo.
En este vídeo realizado por Michelin, Christian Koenigsegg habla del coche y de cómo los neumáticos han sido una parte necesaria para alcanzar los récords conseguidos por el Agera.
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Como curiosidad todos los asistentes nos preguntamos cuál es el precio de estos neumáticos tan específicos. Mi apuesta era de 8.000 euros el juego completo, pero me he quedado bastante sorprendido al conocer que “sólo” cuestan 1.840: 600 los traseros y 320 los delanteros. Resultan económicos en comparación con el precio total del coche, que mañana os detallaremos cuando conozcamos un poco mejor cómo se fabrica el Koenigsegg Agera.
En Diariomotor: Christian Koenigsegg y el sueño de una vida: el niño que quería construir el mejor coche del mundo