Aquel tiempo en el que los vehículos urbanos de tamaño muy contenido sólo eran meros medios de transporte, sin más aspiraciones que transportarnos por ciudad de A a B, con un equipamiento reducido y calidades espartanas, parece que ya ha pasado. Todavía siguen existiendo este tipo de urbanitas en los que el precio sigue siendo una importante variable, cierto, pero el segmento cada vez gana más integrantes con mayor refinamiento, posibilidades y una imagen mucho más atractiva y aparente.
Es el caso del Opel Adam, un modelo completamente nuevo y diseñado desde cero buscando rivalizar con modelos como el Fiat 500 o el ya habitual Mini, e incluso fijándose en los Citroën DS3 o Audi A1 (estos de tamaño ligeramente mayor), y restarles cuota de mercado. Algún genio del marketing debió de pensar el por qué limitar el diseño, refinamiento o los equipamientos más sofisticados sólo a segmentos más elevados, en modelos de categoría superior y tamaño más grande, y lo cierto es que el tiempo esta confirmando esta teoría. ¿Estará el Opel Adam a la altura de tales expectativas? Lo hemos comprobado en directo en el Salón de París 2012.
Que el Opel Adam no busca ser un urbano más es algo que se distingue desde un primer vistazo a su exterior, con un diseño que no pasa desapercibido y múltiples detalles llamativos, como su línea cromada que envuelve la superficie lateral acristalada o las particulares ópticas traseras, que también toman protagonismo en su paragolpes posterior. También el interior se reafirma en esta pretensión, y aquí toma protagonismo su combinación de colores (en volante y palanca de cambio), sus revestimientos o sus asientos deportivos.
El equipamiento brilla a gran nivel, al menos en estas unidades tope de gama y con abundante equipamiento que suponemos será opcional, destacando elementos tecnológicos como su gran pantalla de siete pulgadas, desde la que podemos controlar todos los sistemas multimedia y la conectividad con aparatos externos. También el ordenador de a bordo, o los mandos en el volante, toman protagonismo. La apariencia general es muy positiva y de calidad, por encima de lo tradicional en el segmento puramente urbano, aunque su salpicadero y consola central puedan parecernos con un estilo un tanto recargado, pero atractivo en todo caso.
Con cuatro plazas individuales (los asientos traseros son abatibles en proporción 50/50), el espacio ofrece lo que se espera de él, sin excesos en la distancia longitudinal en la parte posterior para las piernas, pero intentando aprovechar sus 3,70 metros de longitud. El maletero, debido a este tamaño contenido, tampoco ofrece un volumen generoso, pero en cualquier caso estos son aspectos con los que debemos contar y habituales en un vehículo de su tamaño.
Donde sí destaca, como decimos, es en sus posibilidades de equipamiento y personalización: colores bitono, muchísimos diseños y tamaños de llantas y hasta sus molduras interiores, volante y espejos retrovisores se pueden escoger en diferentes colores, lo que puede propiciar múltiples combinaciones. Esta será una de las grandes bazas que definirán al Opel Adam cuando llegue al mercado, en Enero del 2013.
En Diariomotor: Opel Adam, moda para asaltar el segmento utilitario urbano