Una de las novedades estrella de este Salón de París 2012 ha sido sin duda el Volkswagen Golf VII. Pese a haberse dado a conocer hace unas semanas, la séptima generación del compacto alemán se presentó oficialmente en París con un único objetivo, seguir en lo alto de las listas de ventas europeas y marcar el camino en el segmento de los compactos, algo que cada vez es más difícil, dada la máxima igualdad existente en la categoría.
Evolución, y no revolución. Esa podría ser la frase que mejor define, una vez más, al Volkswagen Golf. Su diseño continúa fiel a la filosofía clásica del modelo, llevando por bandera la sobriedad y reconociéndose como un Golf de un primer vistazo. Quizás algunos puedan en falta un poco más de riesgo y personalidad, pero a estas alturas eso supondría renunciar a parte del espiritu del modelo. ¿Seguirá siendo en los próximos años uno de los compactos de referencia? Lo hemos comprobado en vivo y en directo.
Volkswagen Golf VII: renovación calculada, con la tecnología como protagonista
“Cambiar todo para que nada cambie”, rezaba un anuncio del Volkswagen Golf de hace unos años, y lo cierto es que esta frase lo define muy bien, porque lo cierto es que aunque su diseño es completamente nuevo puede no dar esa impresión en un primer vistazo. Se le reconocen los aires de familia tradicionales a lo largo de la historia del Golf, sobre todo con la quinta y sexta generación, y no hay rupturismos ni radicalismos en ningún aspecto, aunque evoluciona con líneas más rectas y marcadas.
Si en diseño sus cambios son menos evidentes, las novedades más destacables del Volkswagen Golf VII vienen desde el aspecto técnico y tecnológico. Su nueva plataforma modular MQB hace que el chasis sea completamente nuevo, aumentando sólo muy ligeramente en dimensiones exteriores hasta los 4,255 metros de longitud o los 2,637 metros de distancia entre ejes. Esto propicia un espacio interior muy aprovechado y aprovechable, pese a sus dimensiones exteriores nada exageradas.
En esta séptima generación, el Golf cuenta con una calidad de acabados bastante alta, un poco más que la generación anterior y también podemos decir en este aspecto que en comparación, está muy cerca del Audi A3. Continúa siendo un compacto eminentemente práctico, con una habitabilidad interior y maletero (con formas muy cúbicas y regulares) por encima de la media y buena ergonomía, con mandos accesibles, intuitivos y una consola central que ahora está orientada al conductor. En su interior el diseño también apuesta por el clasicismo, aunque con detalles novedosos respecto a las generaciones anteriores como la citada consola central.
En equipamiento disponible y tecnología estará a un nivel muy alto, con elevadas posibilidades de elementos de confort y lujo, así como de asistencias a la conducción y seguridad. En su interior destaca la pantalla multimedia táctil, de generoso tamaño, que preside la consola central. La nueva plataforma empleada destaca también por el ahorro de peso, si bien tiene una importante contrapartida: a diferencia de las anteriores generaciones, las versiones de menos de 110 CV no contarán con tren trasero multibrazo, sino con un sencillo eje torsional. Está por ver cómo afectará esto a la calidad de conducción.
Por último, destacar también la versión Bluemotion, que homologará un consumo de sólo 3,2 litros/100 km y unas emisiones de CO2 de 85 gramos por kilómetro, convirtiéndose en la más ecológica de la gama. En resumidas cuentas, el VW Golf se renueva acertadamente mirando al futuro sin traicionar su pasado; sin grandes defectos, con un diseño clásico que busca gustar a una mayoría y una gama muy completa busca una vez más ser el rey de los superventas.
Volkswagen Golf VII GTI, continúa la saga de la deportividad funcional
Sin retraso con respecto a las versiones estándar, como en generaciones pasadas, también en París se presentó oficialmente el Volkswagen Golf VII GTI. Compartiendo con el resto de hermanos de gama que no llevan el noble apellido las características de funcionalidad para el día a día, el GTI pretende aportar un poco más de pimienta y diversión a la familia Golf. Con motor 2.0 TSI, ahora con 220 CV, no faltan las clásicas señas de identidad de la saga GTI.
La unidad que pudimos ver en París lucía el clásico color blanco “Candy White”, y tampoco faltan en el nuevo GTI la tapicería interior de cuadros, el volante achatado en su parte inferior con costuras rojas o los pedales de aluminio. En su exterior, destacan la doble salida de escape, la parrilla con forma de nido de abeja cruzada por la línea roja, en su frontal, o las ópticas LED completas.
Las llantas de aleación son una evolución de las ya clásicas “Detroit” de los Golf V y VI GTI, con superficie pulida y lacado en negro en su cara interior. Tampoco aquí nos llevamos sorpresas, pero seguro que los fans de los GTI habrán quedado satisfechos con esta nueva generación. Y es que, también aquí con el GTI, podemos decir, “más de lo mismo, pero mejor”.
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