Ayer fue una dura jornada de trabajo en Yeongam, circuito que albergará en apenas una hora y media el Gran Premio de Corea, sin duda la prueba más extraña del calendario, pues sigue disputándose sobre un trazado en permanente mejora durante el fin de semana, y que seguramente alcanzará las óptimas condiciones cuando los equipos lo estén abandonando.
Con el telón de fondo del bis a bis protagonizado por Ferrari y Red Bull —escuderías que llegan a la decimosexta cita del campeonato con Fernando Alonso y Sebastian Vettel apretados en un puño (4 puntos de distancia a favor del asturiano)—, el G.P. de Corea supone la primera de las reválidas que tendrán que superar tanto el alemán como el español hasta que termine la sesión en Interlagos.
Así las cosas, Yeongam no parecería a priori el lugar más adecuado para cruzar limpiamente las espadas, ya que el trazado acumula bastante suciedad y aunque técnico, resultaba previsible que la propuesta de Pirelli con sus compuestos superblandos (vitola roja) y blandos (vitola amarilla), supusiera más un quebradero de cabeza que una ayuda, como se demostraría durante las tres tandas de entrenamientos, lo que a la postre definía la calificación como un escenario en que se hacía enteramente necesario conservar las gomas para hoy domingo.
En sintonía con lo expuesto, la Q1 empezaba con la mayoría de los equipos en liza buscando mitigar los primeros problemas que ofrecía la pista calzando en sus vehículos las gomas blandas, aunque Alonso y Hamilton superarían la coyuntura in extremis, montando superblandos para pasar a la Q2 por los pelos (16º y 17º, respectivamente).
Liderada por Sebastian Vettel, los descartes, como de costumbre, y más a estas alturas del campeonato, afectaban a las tres escuderías parias de la parrilla: HRT, Marussia y Caterham, de manera que Narain Karthikeyan (sin marcar tiempo) y Pedro de la Rosa ocupaban las últimas plazas. Por delante de ellos, Timo Glock y Charles Pic, inmediatamente detrás de Heikki Kovalainen y Vitaly Petrov, y de la sorpresa del día, Bruno Senna, quien no fue capaz de arrancar un buen tiempo a su Williams.
La Q2, con la pista en mejores condiciones que durante la primera tanda, aunque quedaría marcada por una bandera amarilla sufrida en sus últimos compases, seguiría siendo liderada por el vigente bicampeón del mundo. Pero no adelantemos acontecimientos. Jean-Éric Vergne y Daniel Ricciardo, ambos con Toro Rosso, se mostraban a las primeras de cambio incapaces de llegar más lejos. Pastor Maldonado, sancionando que Williams no pasa por un buen momento en Corea, se colocaba inmediatamente delante. A Paul di Resta (Sahara Force India) también se le iba a atragantar Yeongam, así como a Kamui Kobayashi y Sergio Pérez (ambos de Sauber).
Quien no estaba previsto que sufriera tanto era Jenson Button, pero la mencionada bandera amarilla y algunos problemas de tráfico, impedirían al británico pasar a la Q3 por tan sólo unas milésimas.
La Q3 ofrecía un asfalto más rápido y en sintonía, los participantes de la última tanda clasificatoria iban a protagonizar numerosos cambios de posiciones hasta que la bandera ajedrezada la diera por concluida.
No obstante, esta vez Sebastian Vettel no iba a ser el máximo protagonista, pues su compañero Mark Webber se iba a llevar la pole en una vuelta muy limpia. El alemán quedaba segundo, y tras él, un Lewis Hamilton que no parece haber dado nada por perdido y que muestra abundantes ganas de seguir peleando hasta donde le sea posible. En la cuarta plaza saldrá hoy Fernando Alonso, justo por delante de Kimi Raikkonen, quien compartirá tercera línea de parrilla con Felipe Massa.
La sexta posición quedaba en manos de Romain Grosjean y la séptima, de Nico Hulkenberg. Cerrando la Q3, los dos Mercedes, con Nico Rosberg por delante de Michael Schumacher.
En líneas generales, la carrera se propone interesante. Tras la calificación de ayer, la prueba parece muy abierta pues los tiempos conseguidospor los pilotos han desterrado el temor a una supremacía de la austriaca. En este sentido, Red Bull querrá proteger a Vettel y sus opciones para el campeonato, y por ello es previsible que Webber ceda pronto su posición para limitarse a partir de entonces a controlar a Hamilton y a Alonso. Resulta obvio decirlo, pero sospecho que ni el británico ni el español estarán por la labor de ceder tan pronto en sus aspiraciones.
Fuente: Statsf1.com
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