Los estereotipos que conocemos sobre los coches americanos están empezando a caer poco a poco. Los motores populares ya no son los V8, sino frugales 4 cilindros de menos de 2.5 litros de cilindrada. El lema de “grande, ande o no ande” tampoco es ya cierto, muchos consumidores están dejando de lado los SUV y están optando por segmentos boyantes como el de los utilitarios y compactos, que en Estados Unidos engloban en “small cars” en lugar de segmentos A, B y C al estilo europeo.
La noticia es que las ventas de coches pequeños están disparadas en Estados Unidos. Su cuota de mercado en coches nuevos se está acercando al 20% – 19,3% del mercado en lo que va de año – y en el último mes de septiembre las ventas del segmento aumentaron un 50% con respecto al mismo periodo del anterior año. Según los analistas, no es una moda, es una tendencia que ha llegado para quedarse, entre otros motivos debido al creciente precio del combustible, cuya media es de 4$/galón en EE.UU.
Los analistas también coinciden en señalar que los coches pequeños son cada vez más seguros, estables y atractivos, motivo por el que muchos consumidores empiezan a preferirlos a coches de mayor tamaño. La percepción de inseguridad y mala calidad está desapareciendo. Los líderes del segmento son viejos conocidos: Chevrolet Cruze, Honda Civic y Toyota Corolla, pero existe una fuerte pujanza de modelos como el Chevrolet Sonic – nuestro Aveo en Europa – o incluso el Fiat 500.
El Fiat 500 ha tenido su mejor mes en Estados Unidos hasta la fecha, moviendo 4.176 unidades – un 50% mejor que el mes pasado -. El Dodge Dart ha vendido un 72% más que en el mes pasado y tanto el Ford Focus como el Ford Fiesta han tenido el mejor septiembre de su historia: el Fiesta ha movido casi 25.000 unidades en un mes, y el Focus casi 20.000 unidades. Como punto adicional, algunos analistas apuntan a que está de moda ser frugal, pero que realmente es una tendencia irreversible.
Fuente: Carscoop
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