Esta semana nos encontrábamos con la amarga noticia del cierre de una planta de producción de Ford en Genk, Bélgica. Un cierre enmarcado dentro de la reestructuración de Ford en Europa con el que la producción del nuevo Ford Mondeo, Galaxy y S-Max pasaba de esta planta belga al centro de Almussafes, en Valencia. Ahora se anuncia un nuevo cierre por parte de Ford, dos nuevas plantas, en esta ocasión, en Reino Unido.
Ford ha anunciado que el próximo año se procederá al cierre de la planta de ensamblaje de vehículos comerciales de Southampton junto a la planta de Dagenham. Ambos cierres supondrán el fin de 1.400 empleados, 1.400 despidos que se unen a los 4.300 despedidos de la planta belga de Genk, buscando optimizar los resultados de la firma norteamericana en el viejo continente.
Ford quiere poner orden en las pérdidas que registra en Europa, pérdidas que contrarresta con los beneficios fuera de este continente, y lo ha hecho cortando de manera tajante y rápida con estos tres centros de producción que se encontraban por debajo del porcentaje de producción necesario para que fueran rentables.
Como contrapunto a estos cierres, Ford parece decidida a aumentar la inversión en la planta de motores de Bridgend, en Gales, mientras que la producción de los vehículos comerciales que se llevaba a cabo el Southampton pasará a la planta de Otosan en Kocaeli, Turquía. Southampton produjo el pasado año unas 30.000 Transit, una producción que se sumará ahora a las 250.000 unidades de la planta turca, con capacidad para 320.000 unidades.
Un proceso de restructuración seguro doloroso para todas las familias implicadas en los despidos, pero necesario para hacer viable la marca en Europa frente a la crisis del sector y la reducción de la demanda.
Fuente: Automotive news
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