Ya os adelantábamos otra de las claves de esta berlina al comienzo de la prueba del Jaguar XF, estamos ante un modelo que al menos con esta mecánica y configuración está más enfocado al confort en carretera, y a cruceros altos, que a la deportividad. De serie toda la gama está dotada de cambio automático, en este caso una transmisión ZF de ocho velocidades. Pero sin duda alguna lo más destacable del 2.2 Diésel de cuatro cilindros que tuvimos ocasión de probar son sus consumos.
Nuestro sujeto de pruebas, un Jaguar XF con el motor 2.2 Diésel y carrocería berlina, es también la opción más económica de toda la gama partiendo de 47.994€. Recientemente se estrenaba también una versión con carrocería familiar, el Jaguar XF Sportbrake que parte de los 50.850€ (la diferencia entre uno y otro no llega a los 3.000€). Pero sin más dilación, pasemos a analizar la dinámica y los entresijos mecánicos de este XF.
Todos los Jaguar XF parten de base con tracción trasera, aunque el motor V6 de gasolina y 340 CV también puede optar a tracción total.
Sin más opciones que un cambio ZF automático de ocho velocidades
El Jaguar XF es una berlina pensada por y para recorrer muchos kilómetros en carretera, preferiblemente autovía y autopista. Sin duda alguna el cambio ZF de ocho velocidades ha sido concebido con tal fin, con una octava velocidad ideal para mantener velocidades de crucero dentro de los límites legales o ligeramente por encima con unos consumos envidiables y excepcionalmente bajos para una berlina de su tamaño.
En llano a 120 km/h de velocidad y en octava marcha, el cuentarrevoluciones se mantiene en torno a las 1.500-1.600 rpm, con una sonoridad muy baja y casi inapreciable gracias también al buen aislamiento acústico del habitáculo. En dichas condiciones es relativamente sencillo lograr consumos incluso por debajo de los 5 litros/100 kilómetros. Pero de ello os hablaremos con más detalle en una tercera y última parte de esta prueba dedicada exclusivamente a consumos.
Evidentemente este cambio basado en convertidor de par, de serie y sin alternativa posible en esta mecánica diésel, no está pensado para la deportividad sino para el confort. No obstante la transición entre marchas es muy suave y contamos con levas en el volante que nos permiten accionar manualmente las marchas. En la última actualización de motores las relaciones se han alargado para ayudar a la mejora de los consumos, que son unas tres décimas de litro más bajos en esta última iteración.
La combinación ganadora: diésel de cuatro cilindros y cambio automático ZF
La combinación de motor diésel de cuatro cilindros y cambio ZF con convertidor de par, sin duda es óptima para los consumos, aunque las prestaciones siguen siendo muy decentes para una berlina de su tamaño con un motor en torno a los 200 CV de potencia.
Para mayor refinamiento y prestaciones siempre quedarán los V6 diésel de 240 y 275 CV, y por supuesto las alternativas de gasolina, pero estoy convencido de que este motor es el más adecuado para la mayoría de los clientes del Jaguar XF, máxime si tenemos en cuenta que la pérdida de refinamiento del motor de cuatro cilindros no es tan alta y llega a ser algo casi anecdótico si tenemos en cuenta los buenos ajustes, en general, de esta berlina y el aislamiento de cualquier ruido o vibración indeseables.
El Jaguar XF dotado del motor 2.2 Diésel es la opción más económica de la gama (desde 47.994€). Los diésel V6 son algo más de 5.000€ más caros que el cuatro cilindros. Los modelos de tracción total parten de los 75.400€ del 3.0 V6 Premium Luxury AWD, para más información ver precios del Jaguar XF AWD de tracción total.
Un chasis muy confortable ayudado por unos neumáticos con mucha goma
Otro de los aspectos que me aportó una mayor satisfacción y confort de este Jaguar XF es el tarado del chasis. Las suspensiones cumplen su función con nota alta, absorben muy bien cualquier imperfección del asfalto pero también sujetan la carrocería con eficacia cuando viajamos por ejemplo por vías reviradas a un ritmo alto.
En este caso ayudaron y mucho las medidas de llanta y neumático de nuestra unidad de pruebas con acabado Classic, que calzaba unas 225/55 ZR 17. Sin duda alguna estéticamente tanta goma puede dejar que desear, de hecho optar a un tamaño de llanta más grande no es tan mala idea, pero si en definitiva lo que se busca es el máximo confort y refinamiento es probable que no exista mejor opción que esta.
El tacto artificial de la dirección asistida de dureza variable y los frenos
A mi parecer el aspecto menos agradecido de este Jaguar XF, al menos con esta combinación de motor y equipamiento, es la excesiva asistencia de la dirección eléctrica, algo bastante habitual en berlinas de este tamaño no enfocadas tanto en la deportividad sino en el confort. En carreteras de montaña con muchas curvas, no ya por su tamaño sino sobretodo por la asistencia y el tacto artificial de la dirección, no es un coche demasiado cómodo de llevar, pero eso sí, en autovía, autopista o incluso en los trayectos urbanos la comodidad es absoluta y nos olvidaremos por completo de que conducimos una berlina de casi 5 metros.
La asistencia de dureza variable ayuda a que a baja velocidad la dirección se muestre excesivamente cómoda y ligera y a mayor velocidad se endurezca y presente un tacto más directo, pero en cualquier caso los ajustes de la dirección están más logrados para lo primero que para lo segundo.
También me sorprendió la asistencia de la frenada, a mi parecer un tanto excesiva e incómoda en todo el recorrido del pedal y la entrada prematura del ABS para evitar cualquier pérdida de tracción. En general se trata de un problema de tacto y de sensaciones, puesto que la presión que ejerce el sistema de frenos y la distancia de frenado son bastante correctas para una berlina de este tamaño.
Las mejores virtudes del Jaguar XF 2.2 Diésel: confort y consumos
Pero en líneas generales este Jaguar XF pese a no gozar de la dualidad entre deportividad y confort que tal vez esperásemos, sin duda alguna ha aprovechado al máximo su mayor virtud, la del confort, consiguiendo que la puesta a punto y la elección de todos los elementos que condicionan su dinámica estén escogidos y ajustados para lograr precisamente ese objetivo.
Salvo para aquellos que busquen mejores prestaciones o sensaciones más deportivas, hoy por hoy el Jaguar XF 2.2 Diésel me parece la mejor opción de toda la gama amén de ser la más económica.
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