Én las últimas décadas, hemos visto cómo los principales fabricantes de deportivos y coches de lujo han ido cayendo en manos grandes grupos automovilísticos, un movimiento en muchos casos necesario para la supervivencia de modelos que necesitan grandes costes de desarrollo y períodos de recuperación de inversión más elevados que en los coches generalistas. En contra de la tendencia, Aston Martin escapó del paraguas de Ford en 2007, y desde entonces funciona independientemente.
La firma británica fue a parar a manos de un grupo inversor kuwaití, lo cual prometía buenos tiempos para Aston Martin puesto que contaba con un fuerte respaldo económico para crear productos a su gusto, sin tener que rendir cuentas a un gran grupo, que en muchas ocasiones cortan las alas a los pequeños fabricantes de sueños. Sin embargo, poco ha durado esta situación puesto que se ha sabido que este grupo inversor ha contratado a una asesoría para gestionar la venta de Aston Martin.
Investment Dar, que así se llama la compañía, se encuentra en una delicada situación económica, con una deuda pendiente de casi 5.000 millones de dólares (casi 4.000 millones de euros al cambio actual). Hace cinco años, adquirió Aston Martin por 805 millones de dólares (630 millones de euros) y ahora pretenden venderla por un valor similar, toda vez que tienen claro que nadie pagará más de esa cantidad por ella. Por el momento las conversaciones son secretas, pero se sabe que hay dos grandes grupos detrás de adquirir la marca.
El primero de ellos es Mahindra&Mahindra, el gigante indio que, entre otras cosas, fabrica coches de bajo coste y ha intentado en vano introducirse en Europa con mediano éxito. Dos fuentes del portal Bloomberg confirman este hecho, pero Mahindra ha declinado pronunciarse al respecto. No obstante, lo más llamativo del caso es la identidad del segundo postor, que no es ni más ni menos que Toyota. Según la propia Bloomberg, ya han contratado a una consultora para estudiar el escenario de una posible adquisición de Aston Martin.
Por el momento, no hay declaraciones oficiales por parte de ninguna de las partes implicadas, pero parece claro que Aston Martin necesita dinero contante y sonante para acometer sus futuros proyectos. Para un fabricante tan pequeño, resulta difícil contar con la más avanzada tecnología, y movimientos como su alianza con Mercedes así lo demuestra. Seguiremos pendientes de estas suculentas informaciones, sobre todo por el interés de Toyota, que parece haberse relanzado en la carrera por fabricar deportivos después del éxito que ha tenido con el Toyota GT-86. ¿Sería este intercambio de coches entre los presidentes premonitorio de lo que veremos en el futuro?
Fuente: Jalopnik
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