A lo largo de este año he tenido ocasión de probar dos buenas berlinas que a mi parecer, por su tamaño (en torno a 4,85 metros de longitud), su potencia y distribución de gama, así como su enfoque, equipamiento completo y precios, tienen mucho que ver entre si. Primero os ofrecíamos la prueba del Kia Optima, y más recientemente la prueba del Chevrolet Malibu. Para más detalle tuve ocasión incluso de probar ambos con el único motor diésel de que disponen, transmisión manual y el nivel de acabado y equipamiento más completo de la gama.
Raíces norteamericanas para el Chevrolet Malibu, raíces coreanas para el Kia Optima, el nexo común de ambos es Alemania en tanto la plataforma del primero procede precisamente de General Motors (Opel Insignia) y sus instalaciones en Rüsselsheim y el diseño del segundo a tan sólo 30 kilómetros en Frankfurt y el Centro de Diseño de Kia en Europa. Pero el verdadero nexo común entre Chevrolet Malibu y Kia Optima es el espacio, el confort de marcha y la habilidad de una buena berlina de estas características para cubrir centenares de kilómetros con mucha comodidad.
Entonces, ¿cuáles son las verdaderas diferencias entre el Chevrolet Malibu y el Kia Optima?
Dos diésel contenidos con prestaciones con pírrica ventaja para el Malibu
Para empezar existen sutiles diferencias mecánicas entre uno y otro, la única alternativa de gasolina en el Optima es un híbrido (ver prueba del Kia Optima Híbrido) que se lanzará en los próximos meses y será con diferencia la opción más cara de ambos modelos, el Malibu por contra dispone de un motor de gasolina de acceso con un precio de acceso muy competitivo (24.845 euros), aunque sigue siendo más caro que el Optima diésel con equipamiento muy básico (22.523 euros).
Pero incluso en los diésel de esta comparativa existen diferencias. El Kia Optima 1.7 CRDi cuenta con 136 CV frente a los 160 CV del Chevrolet Malibu 2.0 VDCi. El bloque mayor y más potente se traduce en unas prestaciones ligeramente mejores para el Malibu (medio segundo en el 0 a 100 km/h), aunque un servidor requeriría de una prueba mucho más exhaustiva para comprobar que tales diferencias son bien visibles a simple vista, lo cual dudo con absoluta sinceridad.
Consumos similares en carretera pero mejores para el Malibu en ciudad
Aún más importante el hecho de que los consumos sean técnicamente los mismos, 5,1 litros/100 kilómetros sin Start&Stop. Con la sutil diferencia de que el Kia Optima mejor equipado, el Emotion Eco-Dynamics, incluye de serie Idle Stop and Go (un Start&Stop) y homologa 4.9 litros/100 kilómetros. Ambos Chevrolet y Kia están gravados con un 4,75% en el Impuesto de Matriculación.
En mi prueba de consumos particular realizada en el mismo recorrido con ambos coches pero en diferentes condiciones de tráfico, temperatura y demás, pues entre una prueba y otra pasaron varios meses, el consumo medio final fue de 5,4 y 5,5 litros/100 kilómetros. Es decir, incluso en ese caso los consumos entre uno y otro no deberían variar considerablemente, ni en carretera ni en combinado, si acaso en términos teóricos el Optima debería ser más eficiente en ciudad (5,7 litros/100 kilómetros) que el Malibu (6,6 litros/100 kilómetros) por carecer este último de parada y arranque automático del motor, no disponible ni de serie ni como opción.
Pese a las diferencias de potencia y consumos, sigue siendo un empate técnico en toda regla.
Un Chevrolet Malibu más rutero y ágil en carretera y un Kia Optima más versátil
En carretera ambos tienen un buen chasis, dinámico y agradable de llevar también por recorridos revirados y siempre teniendo en cuenta su longitud, el tamaño de sus voladizos y la distancia entre ejes de dos grandes berlinas. La dirección de ambos es bastante suave y cómoda, pero el Chevrolet Malibu destacó por un tacto más directo y agradable en curvas penalizado en ciudad frente a la maniobrabilidad del Kia Optima. En este punto el Malibu se empieza a desmarcar como el más rutero y ágil en todo tipo de carreteras y el Optima el más apto para el día a día, aunque ambos cumplen con relativa solvencia su función en estos dos territorios. Curiosamente el radio de giro de ambos es similar, 4,45 metros para el Optima y 4,50 metros para el Malibu.
El mayor inconveniente según mi parecer del Chevrolet Malibu en su maniobrabilidad, más allá de la dirección o el tamaño de sus voladizos, fue la ausencia de sensor de parking delantero (sólo cuenta con trasero) ni de serie ni como opción. En el Optima es de serie desde el nivel equipamiento Drive. Por su tamaño es un extra, si no imprescindible, sí muy útil para movernos en zonas estrechas, por ejemplo en el aparcamiento del centro comercial o en un parking estrecho.
La visibilidad en el Optima también es mayor, en parte por los voladizos prominentes del Malibu que son menos prácticos, pero mucho más atractivos visualmente.
En cuanto a equipamiento, más extenso para el Kia Optima
El equipamiento de ambas berlinas a este nivel es muy completo: climatizador automático bizona, tapicería de cuero, asientos delanteros calefactables y con reglajes eléctricos, sensor de lluvia y de iluminación, control de crucero, faros de Xenón, sistema de arranque por botón, navegador, retrovisores plegables eléctricamente…
El Chevrolet Malibu también cuenta con memoria en el asiento del conductor y el Optima con asientos delanteros ventilados. Pero el Kia Optima se desmarca con otros extras, tal vez no tan prácticos pero interesantes, como la luz diurna LED, el volante calefactado, los asientos traseros calefactados, el sistema de asistencia de mantenimiento de carril o el techo solar que en el Malibu es opcional por 1.025 euros.
En ambos casos las pinturas especiales y metalizadas cuestan en torno a 430-460 euros.
El Chevrolet Malibu es aproximadamente 1.000 euros más barato que el Kia Optima
Pero aún no habíamos hablado de los precios. El Chevrolet Malibu 2.0 VCDI LTZ de nuestra prueba tiene un precio de tarifa de 31.250 euros, incluyendo descuentos promocionales en el momento de publicación de esta comparativa, es de 27.890 euros. El Kia Optima 1.7 CRDi VGT EMOTION Eco-Dynamics asciende a 32.700 euros de PVP y un precio real de 28.959 euros.
Es decir, aproximadamente unos 1.000 euros de diferencia entre uno y otro que de nuevo terminan en empate técnico si equipamos al Chevrolet Malibu con el techo solar opcional.
Conclusiones de la comparativa entre Chevrolet Malibu y Kia Optima
En definitiva, por algunas incomodidades en ciudad del Chevrolet Malibu, me resultó más práctico el Optima tanto para carretera como para el día a día en la ciudad. Incomodidades que por otro lado, bien pueden subsanarse o no ser tan importantes si lo que en realidad buscamos es una buena berlina para viajes y no tanto para batallar en la ciudad, que también es algo muy habitual si se tiene más de un coche en casa.
La razones por las que me decantaría por el Kia Optima son su equipamiento – aunque salvo el sensor de parking delantero prácticamente su equipamiento exclusivo frente al Malibu no es imprescindible – y su maniobrabilidad en ciudad.
El Chevrolet Malibu destaca por otro lado por un precio más asequible, con una diferencia de 1.000 euros salvo que queramos equipar techo solar o consideremos determinante el equipamiento extra del Optima. Además el Chevrolet Malibu me resultó mucho más agradable en todo tipo de carreteras, de la autopista al tramo de curvas.
En cuanto a valores más subjetivos, como la estética, juzguenlos ustedes mismos y extraigan sus propias conclusiones de esta breve comparativa que os hemos ofrecido.
En Diariomotor: Prueba del Kia Optima 1.7 CRDi Emotion | Prueba del Chevrolet Malibu 2.0 VCDi LTZ