Hasta hace unos años, el segmento de las deportivas naked de medio litro era uno de los más populares. Motos como la Kawasaki ER-5, la Honda CB500F o la incombustible Suzuki GS500 eran máquinas sencillas, asequibles y divertidas para todo aquél que quisiera una moto para divertirse sin complicaciones. Su potencia de en torno a 40 CV era moderada, pero más que suficiente para un uso variado. La clave de su éxito quizá fuese su fiabilidad, un bajo consumo y un precio apto para todos los públicos. Hace años que ninguna de dichas motos se vende.
El mercado se ha polarizado hacia las motos de 125 y hacia las deportivas de 600 centímetros cúbicos, dejando huérfano el cuarto de litro y las quinientos. Pero parece que dicha tendencia se interrumpe, ya que Honda pondrá a la venta de forma inminente tres motos de 500 cc que planean entrar por la puerta grande y ser compañeras ideales para todos aquellos que no quieran una moto demasiado potente o acaben de sacarse el carnet A2. Con todos ustedes, aquí están las nuevas CB500F, CBR500R y CB500X, respectivamente naked, deportiva y trail.
Todas las motos comparten motor y chasis. El motor es un nuevo bicilíndrico de 471 cc y cuatro válvulas por cilindro. Cuenta con inyección electrónica PGM-FI y cotas de cilindro basadas en la CBR600RR. Es un propulsor compacto cuyos anclajes al chasis refuerzan la estructura del conjunto. Desarrolla 48 CV de potencia a 8.500 rpm y un par máximo de 43 Nm a 7.500 rpm. La transmisión es por cadena, a través de una caja de cambios manual de seis relaciones. Su consumo medio declarado es de sólo 3,7 l/100 km.
Con un peso en vacío de 192 kg – en las versiones sin ABS 190 kg – la CB500F se presenta como la opción que a priori más va a venderse en nuestro país. El depósito de combustible de estas motos tiene 15,7 litros, lo que debería permitir una autonomía de unos 420 km. El diseño de las CB500F recuerda mucho al de la CB600, su hermana mayor, con ya más de 100 CV de potencia. La clásica máscara del faro sigue en posición, el tubo de escape cromado tiene un aspecto generoso y las llantas multirradio tienen un aspecto desenfadado.
Es un moto bonita, aunque quizá podría tener un equipo de frenado algo mejor. Sólo monta un disco delantero, con 320 mm de diámetro y pinza de dos pistones. Llevan disco de 240 mm trasero. El chasis es tubular en las tres motos y la suspensión – horquilla delantera de 41 mm y Pro-Link ajustable trasero – también, aunque lleva un reglaje más apto para un uso mixto en la CB500X, la trail del grupo. Ya en este punto, hemos concluido que se trata de la misma moto, aunque con posiciones de conducción y diseños diferentes.
La CBR500R tiene un aspecto deportivo que un profano podría confundir con una deportiva de mucho más calibre, con elementos de diseño inspirados en la brutal CBR1000RR. Por su parte, la CB500X toma la postura de conducción elevada y la habilidad de ir a cualquier parte de la CrossRunner de 1.200 cc, así como su diseño aguerrido. Máquinas muy interesantes que prometen avivar un segmento desaparecido, ya que se ha armonizado un carnet A2 para toda Europa y el mercado demanda motos de potencia moderada, bajo consumo y precio asequible.
Fuente: Honda
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