Si en el habitáculo ya vimos que el Audi A5 trata de llegar a un buen equilibrio entre confort y deportividad, su dinámica precisamente también presume de ello. En nuestro caso además nos tocó lidiar con un Audi A5 3.0 TDI dotado del motor de gasóleo más potente, con 245 CV, cuyos consumos siguen siendo más contenidos que en las opciones de gasolina – es obvio – pese a ser un seis cilindros en uve con una cilindrada considerable, para lo que nos estamos acostumbrando en los últimos tiempos. Estaba dotado además de cambio automático S tronic – de accionamiento electrohidráulico – y tracción total.
No me gustaría tampoco terminar esta prueba del Audi A5 sin concluir las razones por las cuales tiene sentido, o no lo tiene, un coupé deportivo de gasóleo de estas características, con un breve repaso a algunos de sus rivales.
3.0 V6 TDI de 245 CV: el diésel más potente de la gama
El Audi A5 3.0 TDI cuenta con un motor de seis cilindros en uve con ángulo de 90º entre cilindros y cuatro válvulas por cilindro. La razón de ser de esta mecánica es ofrecer unas muy buenas prestaciones gracias a sus 245 CV entre 4.000 y 4.500 rpm y sus 500 Nm de par máximo entre 1.400 y 3.250 rpm, aprovechándose además del empuje desde un régimen bajo del gasóleo. Ni mucho menos será comparable a un uve seis de gasolina, pero sí es visiblemente más refinado que los cuatro cilindros diésel del resto de la gama.
Sus prestaciones son equivalentes a las del motor de gasolina más potente de la gama Audi A5 (sin considerar ni S5 ni RS5), el 3.0 TFSI quattro 272 CV S tronic. Ambos practican el 0 a 100 km/h en 5,8 segundos y tienen limitada electrónicamente su velocidad punta a 250 km/h. Pero obviamente, en cuanto a consumos, el 3.0 TDI no tiene rival en el 3.0 TFSI en tanto según homologación están separados por 2,4 litros/100 kilómetros.
Otro dato importante a favor del diésel, es que su precio base está 2.000€ por debajo que en su alternativa de gasolina.
A la hora de valorar los consumos hay que tener en cuenta que estamos ante un diésel V6 asociado a un sistema de tracción total permanente con diferencial central autoblocante de corona. De ahí que la diferencia con un 3.0 TDI de 204 CV de tracción delantera y cambio Multitronic de variador continuo, sea según homologación en ciclo mixto de 0,8 litros/100 kilómetros – a favor precisamente de este último motor -.
En nuestra prueba de consumos a 120 km/h de marcador y con la orografía del terreno relativamente llana y recorrido de ida y vuelta, el resultado fue de 6,4 litros/100 kilómetros. Una cifra alta para un motor de gasóleo, pero considerablemente baja si lo comparamos con opciones de gasolina de similar potencia y muy correcta si también tenemos en cuenta la potencia y la naturaleza de su sistema de tracción. Aumentando el ritmo o en recorridos urbanos es fácil que los consumos se nos disparen por encima de los 7 y los 8 litros/100 kilómetros, lo cual siguen siendo cifras correctas para un diésel muy potente y de tracción total.
Una buena combinación: cambio S tronic y tracción total permanente Quattro
Respecto a la transmisión, hay que decir que el S tronic es uno de los cambios más agradables, naturales y efectivos por el empleo de dos embragues multidisco de accionamiento electrohidráulico bañados en aceite. Sobra decir que su consumo es ligeramente inferior al de un cambio manual de seis velocidades. La diferencia de consumos en carretera no es notable, pese a que cuenta con una séptima marcha, siendo mayor según homologación en ciclo urbano.
Pero lo mejor sin duda es la efectividad de la tracción total permanente quattro de Audi. Entre esto y los “rodillos” que lleva por ruedas con llantas de 20” y neumáticos Dunlop SportMaxx era realmente complicado hacer que perdiera la compostura. El rendimiento dinámico es excelente y el paso por curva de los más rápidos que haya visto en un coupé de su tamaño y potencia. La tracción total no podrá suplir en diversión a un buen tracción trasera, pero por seguridad y efectividad está claro que no tiene rival. Si forzamos el gas en pleno apoyo, siempre podemos lograr que la trasera se insinúe, pero en condiciones normales y en una conducción rápida pero cuidadosa, es difícil que nos suceda.
La tracción quattro en el Audi A5 y con un motor potente, es siempre una buena opción para cualquiera que quiera disfrutar con seguridad de las prestaciones de un coupé de esta potencia.
Audi drive select: adaptándose a nuestro ritmo y estilo de conducción
Por otro lado el sistema de modos de conducción Audi drive select también condiciona el dinamismo y lo adapta al tipo de conducción que queramos llevar a cabo, aunque la transición entre modos no supone un cambio realmente radical. Cada modo adapta los reglajes del motor, las reacciones del acelerador, la transmisión (por ejemplo el régimen en el que el cambio S tronic sube a una marcha superior), la dureza de la dirección, la rigidez de los amortiguadores y el diferencial deportivo trasero (si cuenta con él, puesto que es opcional por 1.160 euros).
Como novedad el modo efficiency, que trata de optimizar el flujo energético y el ahorro de combustible, optimiza el sistema de climatización para que su consumo energético sea menor.
La mayor diferencia la apreciamos entre los modos dynamic y comfort, siendo el primero el que ofrece un tarado más duro de las suspensiones y menos balanceo (se aprecia únicamente cuando vamos a un ritmo bastante alto), pero también se presta más incómodo al absorber irregularidades del terreno sobre todo con las llantas de 20” de nuestra unidad de pruebas.
Bien es cierto que habrá quien no entienda la deportividad con un motor de gasóleo, pero lo cierto es que para encontrar una versión más rápida tendremos que irnos a un Audi S5 o un Audi RS5, además, para el día a día este coupé no nos hipoteca con unos consumos altísimos ni requiere que estemos continuamente pasando por la gasolinera a repostar. En definitiva me parece una opción muy equilibrada y recomendable para el que quiera un coupé deportivo y divertido, pero también planifique realizar muchos kilómetros al año.
El Audi A5 3.0 TDI 245 CV S tronic quattro, parte de los 53.210 euros. No obstante, si lo queremos configurar a nuestro gusto y tal vez con extras como los que se aprecian en nuestra unidad de pruebas de las fotografías, tales como paquete exterior S line (2.000 euros), llantas de 20” (2.870 euros), acabado de carrocería efecto perla (975 euros), paquete S line interior (1.350 euros), asientos delanteros deportivos (2.430 euros), equipos de navegación y ciertos elementos de entretenimiento y confort, estaremos hablando de un coupé de más de 70.000 euros.
Lo mejor
- Seguridad y capacidad de tracción (quattro)
- Eficacia del cambio S tronic
- Consumos del diésel
A mejorar
- Precio de los extras opcionales
Algunos de los rivales más interesantes del Audi A5
Un buen rival que cuenta con la ventaja – y también el inconveniente – de estar cercano a su relevo generacional es el BMW Serie 3 Coupé. Si por ejemplo queremos adquirirlo con un motor más modesto, hay ofertas bastante interesantes actualmente con un equipamiento de serie razonable: los BMW Serie 3 Coupé M Sport Edition desde 32.900 euros. El Audi A5 más económico ya parte de los 37.800 euros.
El Mercedes-Benz Clase C Coupé también puede ser una buena alternativa desde 37.801 euros, con un modelo diésel también potente, el C 250 CDI Sport de 204 CV y tracción trasera por 52.348 euros. Un precio inferior pero similar al del 3.0 TDI 245 CV de nuestra prueba.
Incluso metería en el saco de rivales a un coupé nipón del que os hablábamos hace poco en nuestra prueba del Toyota GT 86, económico desde los 30.900 euros. No obstante limitado en mecánicas y equipamiento y con una apuesta mucho más radical, nos parece que ningún cliente debería tener lugar a equívocos a la hora de decidirse entre un A5 más versátil y un GT 86 más pasional.
En Diariomotor: Audi A5 2012 | Prueba del Audi S5 Cabrio