Probablemente sea la cita más famosa entre todos aquellos que sentimos auténtica pasión por el mundo del automóvil y presumimos de que por nuestras venas fluye gasolina de 98 octanos. C’etait un rendez-vous, un vídeo de culto rodado en 1976 y un sueño que a todos nosotros nos gustaría ver cumplido, poder recorrer el centro de París a más de 200 km/h para llegar a tiempo a nuestra cita, sin pensar en las consecuencias y en el más que probable arresto – como al que fue sometido el responsable de esta filmación – ni en la altísima probabilidad de sufrir un accidente mortal para nosotros o para cualquiera de los pobres conductores que nos encontrásemos por las calles. En fin, una hazaña digna de los mejores videojuegos, con la sutil diferencia de que esto sucedió en la vida real.
Sin trucos ni efectos especiales, la única artimaña del director Claude Lelouch fue que el vídeo se rodase con un Mercedes-Benz 450 SEL 6.9 y el sonido sea de un Ferrari 275 GTB. Si a nosotros no nos importaba cuando hablábamos de C’etait un rendez vous en 2008, tampoco le importó a la distribuidora de Spirit Level Film, que contactaron directamente con Lelouch para remasterizar esta obra maestra y distribuirla en DVD al módico precio de 15 libras (18,5 euros) para que todos podamos disfrutar de menos de diez minutos de infarto.
Por irresponsable y delictivo que nos pueda resultar y más con la cultura de la seguridad vial que – por suerte – se ha impuesto tres décadas después, el trabajo de Lelouch fue una auténtica proeza y una idea descabellada que prácticamente se planificó la noche anterior al rodaje.
El recorrido se realizó al amanecer, por la iluminación natural del sol a esas horas y obviamente por el poco tráfico que circularía por las concurridas calles del centro de París. Aún así tuvo suerte de llegar a tiempo a su cita y hacerlo vivo, pues en más de una ocasión tuvo que saltarse semáforos en rojo, cruzar estrechos pasadizos a velocidades escándalosas o incluso invadir el carril contrario con autobuses de frente para evitar detenerse.
La única premisa era no parar en ningún momento o la grabación sería un desastre. Lelouch reconoce que eran conscientes del riesgo que corrían, aunque también que no merece la pena arriesgar tres vidas por un buen cortometraje.
Se llegó a rumorear que el conductor era un famoso piloto de Fórmula 1 pero, nada más lejos de la realidad, era el propio Lelouch. La elección de una berlina de Mercedes-Benz en vez de un deportivo se debía a la suspensión autonivelante hidroneumática, que hacía de improvisado estabilizador para mostrar una imagen más fluida. Junto con Lelouch, viajaban otros dos pasajeros en el momento del rodaje. El sonido se grabó en una nueva pasada con un Ferrari 275 GTB.
Para la grabación se montó una estructura especial improvisada sobre el parachoques delantero del Mercedes 450 SEL 6.9, por aquellos tiempos no existían las sofisticadas cámaras on-board de tipo GoPro que cualquiera podemos adquirir en una tienda electrónica a precios populares. Desde el coche y utilizando un control remoto, un operador de cámara y su acompañante se encargaban de regular la apertura del diafragma para adaptarlo a la luz de cada calle y cada tramo.
Es una pena que por cuestiones de derechos de propiedad intelectual no podamos ver el vídeo completo, pero os dejo un extracto del vídeo Open Your Eyes de Snow Patrol en el que por desgracia tampoco podemos escuchar el sonido del motor del Ferrari.
Fuente: Spirit Level Film | Hemming’s Auto Blog
En Diariomotor: “C’etait un rendez-vous”, a más 200 km/h por el centro de París