Esperábamos como agua de mayo la llegada del nuevo deportivo de Jaguar, un biplaza de dimensiones contenidas que de momento llegará con carrocería descapotable para recordarnos los tiempos gloriosos del E-Type de los años 60. Muchos esperábamos que el Jaguar F-Type se convirtiera en el SLK, el Z4 o el Boxster de los británicos, un roadster que si bien es cierto seguiría estando fuera del alcance de la mayoría de los mortales, al menos nos permitiera soñar con que algún día podríamos hacernos con uno de “ocasión” a un precio competitivo.
Y nuestro gozo entero en un pozo. La estrategia comercial de Jaguar, su aparente posicionamiento como deportivo exclusivo y una gama de motores bastante potentes, han hecho que el Jaguar F-Type se sitúe de base por encima de sus rivales alemanes, hasta el punto de copar lo que para Jaguar es un nuevo nicho entre el roadster de lujo ligero al que estamos acostumbrados y los deportivos descapotables de altos vuelos.
Hete aquí el pecado original del Jaguar F-Type, 58.500 libras esterlinas en Reino Unido que independientemente del cambio actual podrían traducirse en más de 80.000 euros en España. La gama, ya saben, se compone de tres niveles de potencia con motores V6 y V8 siempre sobrealimentados.
Primer pecado original: un precio prohibitivo y justificado con matices
Un Jaguar F-Type en Reino Unido tiene un precio de partida similar al de un Jaguar XJ, que en España se vende desde 85.680 euros. Para ser aún más concretos, el modelo más potente y deportivo, el Jaguar F-TYPE V8 S, ya tiene un precio equiparable al de la berlina deportiva Jaguar XFR-S (ambos están en torno a las 79.500-80.000 libras esterlinas), compartiendo ambos el mismo bloque del motor. En España un Jaguar XFR-S cuesta 107.141 euros.
Evidentemente Jaguar no ha buscado limitarse a lanzar un deportivo de acceso sino hacer que este nazca de serie con un enfoque mucho más exclusivo y marcando distancias con el resto de rivales. La personalización será una de las claves del nuevo roadster, como ya vimos recientemente con la presentación del Jaguar F-TYPE Firesand.
Por si no fuera poco la oferta de extras y elementos de confort es muy extensa, tanto que al interesado le tocará pagar adicionalmente por elementos que a priori podrían haber incorporado de serie – y más teniendo en cuenta que estamos hablando de un descapotable – como el climatizador bizona (350 libras), los asientos calefactados (otras 350 libras), el deflector de viento (otras 250 libras) o la guantera y el cajón de la consola central – situado entre ambos asientos – con llave (150 libras cada uno).
Segundo pecado original: de momento sin cambio manual
En otro orden de cosas, todos estamos de acuerdo en que el deportivo de lujo con cambio manual es una especie en extinción, basta observar que marcas como Porsche ya sólo reciben una mínima parte de los encargos sin un cambio automático (en su caso el PDK de doble embrague). El problema es que en un Jaguar F-Type y salvo que se solucione en los próximos años, que efectivamente así podría ser, no cuenta con otra alternativa que no sea la transmisión automática de ocho velocidades de ZF, que ha recibido ciertos ajustes y un acortamiento de las relaciones para desarrollar sus prestaciones sin complejos.
En fin, el turno de palabra pasa a nuestros lectores y la sección de comentarios y las redes sociales de Diariomotor. ¿Será esta estrategia un impedimento para que el Jaguar F-Type tenga éxito? ¿o tal vez estemos ante un movimiento bien calculado de analistas del mercado que pretenden que el F-Type no se posicione como un roadster ligero caro, sino como un deportivo de altos vuelos económico?
Fuente: Jaguar
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