Con la presentación del nuevo y espectacular Audi RS6 Avant 2013, es probable que alguno de nuestros lectores se preguntase, ¿en qué momento decidió Audi desarrollar sus primeros familiares Avant deportivos? ¿cuándo nacieron las siglas RS? ¿qué necesidad existía para desarrollar un deportivo en una carrocería tan grande, espaciosa y en cualquier caso atípica para sus prestaciones?
Para hallar los orígenes de la nueva generación de Audi RS4 Avant y Audi RS6 Avant tendríamos que remontarnos a comienzos de los años 90. Con las primeras berlinas y coupés S rodando por Europa, Audi tuvo la feliz idea de amortizar sus vínculos con Porsche para construir un espacioso deportivo familiar, basado en Audi 80 Avant (B4) de la época, haciendo uso de la versión más potente, evolucionada y sobrealimentada del motor de cinco cilindros en línea de la casa. El resultado, sería el Audi RS2 Avant de 1994.
315 CV de potencia a 6.500 rpm tenían la culpa de que 2.881 clientes quedaran prendados de un vehículo tan espacioso como rápido.
Audi RS2 Avant, el matagigantes que sonrojaba al nine-eleven y al Ferrari
Esta joint venture con Porsche se concretó fabricando el Audi RS2 Avant en las mismas líneas de producción que años antes se había fabricado el Porsche 959. Los de Stuttgart también fueron responsables de buena parte de las mejoras que se aplicaron a este motor de cinco cilindros en línea y 2.2 litros de desplazamiento, para desarrollar la suficiente potencia como para hacer el 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y superar los 260 km/h.
Un dato curioso es que el nombre de Porsche apareciera en ciertos detalles del Audi RS2 Avant, como las pinzas de los frenos o el emblema RS de la parrilla y el portón trasero.
De esta forma el Audi RS2 Avant pasaba de ser un “matagigantes” a un verdadero “gigante”. Pensemos que en el sprint era más rápido que la mayoría de los Porsche 911 (993) de la época, con registros que incluso estaban muy cerca de los Turbo. Y lo que es aún más llamativo, un Audi RS2 Avant podía ganarle metros en una salida lanzada desde parado a un Ferrari 456, aunque evidentemente el cavallino tuviera todas las de ganar por su mayor velocidad punta.
Viajando en primera clase en un “Concorde” de Autobahn
Precisamente una de las razones de ser de los Avant deportivos de Audi es la velocidad punta, esa capacidad de un mastodonte como este RS2 que en su día pesaba más de 1.600 kilogramos, para alcanzar velocidades de infarto y sobrevolar las emblemáticas autopistas alemanas acortando las distancias – o por lo menos los tiempos que se tarda en recorrerlas – con el mayor aplomo, confort y seguridad posible.
De hecho, por mucho que sus prestaciones nos pudieran indicar lo contrario, un RS Avant no es un deportivo pensado para circuito – aunque pudiera dar el Do de pecho en este escenario – sino para aquellos que buscan un turismo práctico y espacioso para viajar con toda la familia sin echar de menos las prestaciones y la velocidad de un deportivo de verdad.
RS: del familiar deportivo a la gama ultra-deportiva de Quattro GmbH
Aunque las siglas RS nacieron inicialmente como el origen de una nueva sección de familiares ultra-deportivos, con el tiempo también se extendió la denominación para abarcar a berlinas (Audi RS6 C6) y coupés (Audi RS5) de altos vuelos.
Entonces, y hasta hace bien poco, el color azul se convirtió en el leitmotif de los RS. Actualmente a juzgar por los últimos modelos presentados y el despliegue de imágenes oficiales que nos ha llegado, la estrategia de Audi pasa por seguir potenciando el color rojo para evocar la deportividad de sus máquinas.
Fuente: Audi
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