Está claro que el Plan PIVE ha logrado movilizar, en mayor o menor medida, la matriculación de nuevos automóviles en España y atenuar la caída que se ha venido produciendo a lo largo de todo el año. Pero las ayudas del PIVE traen consigo toda una serie de efectos colaterales, como – por incongruente que resulte – la agilización de las operaciónes en el mercado de segunda mano y sobre todo en aquellos vehículos más baratos que hasta ahora, probablemente, no tendrían otra salida que el desguace y su destrucción definitiva.
Pero lo cierto es que estos automóviles de ocasión no tendrán oportunidad para una segunda vida, en su mayoría son turismos que no se valoran por más de 300 euros y que están destinados única y exclusivamente a servir de moneda de cambio para cumplir la exigencia de achatarramiento de un vehículo viejo, para recibir la correspondiente ayuda de 2000 euros, a repartir a partes iguales entre el Gobierno y la marca y los concesionarios.
Según la plataforma de ventas de automóviles de ocasión, la demanda de usados de hasta 300 euros ha aumentado casi un 42% desde que se pusiera en marcha el Plan PIVE.
Una triquiñuela completamente legal
Pillería o no, lo cierto es que el movimiento de adquirir un vehículo viejo para achatarrar – en el caso de no tener uno – y así poder beneficiarse de las ayudas, es completamente legal, en tanto el Plan PIVE no exige la titularidad del automóvil durante un tiempo determinado siempre y cuando este coche tenga más de doce años de antigüedad.
Es más, siempre hay que tener muy en cuenta que el precio del automóvil usado a comprar para achatarrar sea muy económico, dado que si el precio y los inconvenientes de la transmisión se elevan es posible que la ayuda no compense, puesto que recordemos que los 1.000 euros de ayuda del Gobierno deben declararse como ingresos patrimoniales y tributarán en la declaración del IRPF del año.
El efecto positivo, en cualquier caso, es que el vehículo viejo será achatarrado de una u otra forma, aunque probablemente incluso antes de la entrada en vigor del Plan PIVE ese hubiera sido también su destino a corto plazo.
Las ofertas de las marcas hacen que el mercado de ocasión reaccione
Otro de los efectos colaterales y beneficiosos para el comprador, en este caso para el que opta por el vehículo de ocasión para su usufructo y no únicamente para su achatarramiento y recibir la subvención del Plan PIVE, ha sido la mejora de las ofertas del mercado de ocasión. Las agresivas campañas de los fabricantes para vender productos de nueva matriculación ha logrado que el precio medio de los automóviles de segunda mano también descienda, y la posibilidad de encontrar productos en mejores condiciones haya aumentado.
Y ahora lanzamos una pregunta a nuestros lectores: ¿conoces el caso de alguien que haya comprado un viejo coche de segunda mano para beneficiarse del Plan PIVE?
Fuente: Autoscout24
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