Una marca como Ferrari es competición, deportividad, lujo, diseño italiano, pero también imagen, sobre todo imagen. Es por eso que si osas utilizar su nombre y la propiedad intelectual de sus deportivos inapropiadamente, lo menos que te puede pasar es que tengas que enfrentarte con su legión de abogados y dar marcha atrás en tus intenciones de hacer uso del nombre de Ferrari en vano, y sobre todo sin la autorización expresa de la marca. He aquí una de las razones por las cuales no puedes inventarte tu propio Ferrari, al menos llamándolo como tal.
La semana pasada pulularon por internet las imágenes o renders (montajes realizados con un programa informático de tratamiento fotográfico) de un supuesto Ferrari 770 Daytona de un supuesto fabricante con el evocador nombre Milano Torino que supuestamente estaría basado en el Ferrari F12berlinetta para supuestamente hacer que un Ferrari F12berlinetta rememorase al clásico Ferrari Daytona de finales de los sesenta.
Demasiadas suposiciones y pocas certezas, salvo la seguridad de que en Maranello no gustó y ejercieron su legítimo y por otro lado razonable derecho a proteger su propiedad intelectual.
Ferrari F12 Berlinetta preparado (legalmente) por Novitec Rosso
Los abogados de la marca exigieron la retirada de la web que se habilitó a tal efecto y por supuesto conminaron al responsable so pena de complicados y costosos litigios a no volver a utilizar la marca registrada Ferrari ni un nombre que jamás existió, como el del 770 Daytona.
Sinceramente no creo que la preocupación de Ferrari llegue hasta el punto, como desde hace tiempo se comenta por ahí, que cualquier preparación no autorizada oficialmente por Maranello exija la retirada de los identificativos de Ferrari y cualquier cavallino en el coche. Aunque son notables los casos de preparaciones (o monstruosidades) que acabaron en los tribunales, ¿se acuerdan de aquel Ferrari 360 Modena limusina?
Es por eso que antes de hacer cualquier mamarrachada o preparación de mal gusto sobre un cavallino, por lo que pudiera pasar, yo al menos me aseguraría de contar con la supervisión legal de un abogado o no exhibir en exceso el coche, algo que – para ser honestos – es realmente inconcebible en un Ferrari.
Fuente: Jalopnik
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